El «riesgo étnico»
BAGDAD (AP).- El chiíta Ahmed Shammar reza en una mezquita suní porque está cerca a su casa. Su mujer, Shatha, una suní, improvisa sus rezos diarios mezclando rituales chiítas y suníes. Para Shatha no significa nada el que ella y su esposo pertenezcan a diferentes sectas del islam. "El es musulmán y yo soy musulmán", dice. Los dos eran colegas en una oficina gubernamental cuando se casaron en 1990 en una ceremonia chiíta. Tienen tres niños que van a colegios cristianos, dónde les enseñaron el Corán, el libro sagrado del islam. "Yo no sé cuál es la diferencia entre suníes y chiítas", dice Mustafá, el hijo de 12 años de ambos. "Y no quiero saberla''.
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