El reclamo mapuche contra el fracking tiene respaldo de dos geofísicos que los vinculan con los sismos
Se trata de dos doctores en geofísica que descartaron otros posibles orígenes de los temblores y explicaron que se los pueden relacionar con la inyección de fluidos y la activación de una falla tectónica preexistente.
Dos doctores en geofísica afirmaron que no había sismicidad antes del 2015 en la zona de Vaca Muerta y que no es necesario contar con sismógrafos en el lugar para tener información confiable. En un contexto marcado por las protestas de comunidades mapuches que viven en la zona y hoy cortaron los accesos a los principales yacimientos, el origen de los temblores sumó un cuestionamiento más a la actividad hidrocarburífera.
La comunidad Wirkaleo es una de las que bloqueó esta madrugada el ingreso a los yacimientos insignia de Vaca Muerta. También son quienes protagonizaron, junto a los vecinos de Sauzal Bonito, las denuncias sobre sismos que afectaban las casas, provocaban desprendimientos de rocas y llegaron a romper la bomba de agua en enero del 2019.
Siempre afirmaron que los sismos comenzaron cuando se empezó a aplicar la hidrofractura para obtener petróleo y gas no convencional, pero oficialmente, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) explicó que esta zona de la provincia se encontraba en un área de sismicidad reducida.
Ante la repetición de los temblores, la respuesta por parte del organismo, junto al Gobierno provincial, las empresas y el Conicet fue que había que desplegar una red de 16 sismógrafos y estudiar la información que recolecten información al menos por un año para responder si los sismos están vinculados a la actividad humana y de ser así, a cuál, porque además de la hidrofractura, interesados en el tema señalaron a los pozos sumideros y a los embalses.
En este contexto, llamaron la atención las declaraciones de dos doctores en geofísica e investigadores del Conicet que hablaron sobre la sismicidad inducida en Vaca Muerta. Los especialistas Silvana Spagnatto y Sebastián Correa Otto dieron una charla para la Asociación Geológica Argentina (AGA) titulada: «La problemática de los recientes sismos en Neuquén y su vínculo con la extracción petrolera. 2021″.
Correa Otto está especialmente vinculado a la zona porque, como parte de su investigación, se colocó la única red de sismógrafos que hay en la región (más allá de las estaciones privadas que tienen las empresas). Se trató de 11 equipos distribuidos en los alrededores de Sauzal y Añelo, entre noviembre del 2014 y junio del 2016.
El geofísico explicó que no había sismicidad en la zona hasta el 2015, según los registros de 50 años del Servicio Geológico de los Estados Unidos (conocida por sus siglas en inglés como (USGS). Spagnatto resaltó la «calidad en las localizaciones» e indicó que para sismos pequeños «de dos o tres grados para arriba» no es necesario «tener la estación al lado», sino que los han podido registrarlo desde San Luis.
«Podemos confiar que no había sismos en esa zona», resaltó la geofísica. Señaló que en 2010, después del terremoto del Maule, Chile reforzó su red de monitoreo, la que habría detectado sismos fuertes en la cuenca neuquina.
En la primera foto se observan los sismos registrados por la USGS hasta el 2015. La segunda foto muestra los sismos registrados luego de ese año por Correa Otto.
Correa Otto explicó que generó un modelo con errores de localización menos de 30 kilómetros en la región y sus mediciones en la red de Añelo tuvieron un margen de error de menos de cinco kilómetros, lo que es esperable en este tipo de trabajos: «siempre trabajamos con errores más grandes (..) si encontramos 62 sismos en un mismo lugar, no importa que tenga error, sabemos que es una zona que está activa«.
Sobre el origen de los sismos, los geofísicos indicaron que la posibilidad de un vínculo con cambios de estrés asociados a los grande sismos en el Maule son bastantes bajos. Spagnatto detalló que, si tuviesen relación «se esperaría que empezara en 2010 y no cinco años después». También descartaron vínculos con el «paso de la onda» que están «asociado al cambio dinámico» porque duran muy pocos días.
Tampoco pudieron asociar los temblores a otros causantes naturales porque «son menores» como huracanes o cambios de mareas: «son valores muy bajitos y no dispararan esta cantidad de sismos», puntualizó la especialista. La caída de meteoritos o deslizamiento por minerías también fueron descartados por ser eventos puntuales y no registrados en la zona.
Así llegaron a los sismos inducidos y remarcaron que, en el mundo, están relacionados al fraccionamiento hidráulico para la extracción de hidrocarburos o «sistemas geotérmicos mejorados».
Insistieron que en la cuenca neuquina se da un escenario particular porque cambios por grandes volúmenes de inyección pueden activar una falla existente que genere un sismo de más de 2.5°. O sea que el sismo está asociado a una falla que ya existe, pero que no se habría activado sin esa inyección de fluidos: «eso explica por qué en otros lugares donde hay fracking no hay sismos». En la zona se señala a la falla tectónica de la dorsal Huincul, cercana a Los Barreales
Correa Otto aclaró que si bien el pensamiento común es que donde se está trabajando, tiembla, eso no es así porque el cambio en el estrés es a nivel del área. Esto quiere decir que se puede registrar un sismo en una zona donde no esté trabajando una empresa, pero puede estar relacionado a algo que se hizo dos o tres meses antes en las cercanías. Señalaron que los fluidos van migrando y pueden llegar a fallas más grandes, lo que puede ocurrir semanas después de la inyección».
Finalmente, ambos geofísicos resaltaron el riesgo asociado a la sismicidad inducida para la población. Spagnatto pidió: «hay que pensar qué medidas vamos a tomar porque los sismos no van a parar».
Sismógrafos
- 16
- equipos de registro sísmico continuo se colocarán en la región, según informó el Ministerio de Energía.
- 12
- serán donados por las empresas que operan en la cuenca neuquina
- 2
- funcionan actualmente en la zona: uno en Sauzal Bonito y otro en Añelo.
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