El pueblo mapuche realizó el «grito del Lanín»
Participaron varios centenares de personas al pie del volcán. Exigieron acabar con la explotación indiscriminada. Consideraron que "está teniendo efectos catastróficos".
JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- Una encendida defensa de la biodiversidad, contenida en el llamado «grito del Lanín» desde la cosmovisión mapuche, hicieron representantes del pueblo nativo y miembros de la confederación aborigen, durante tres días de actividad que culminaron ayer con una ceremonia abierta al público, para recuperar como patrimonio propio lo que llaman «Pillan Mahuiza», ante el avance de proyectos de explotación comercial del coloso de 3.776 metros.
La medida fue una reacción ante la iniciativa del municipio de Junín de los Andes, que gestiona la instalación de un parque de nieve en la base del volcán, con el objeto de quebrar la estacionalidad turística de esta villa cordillerana.
Varios centenares de personas, entre miembros de las comunidades, de la confederación, de organizaciones sociales y políticas, participaron del acto final, que también contó con la presencia de Sandra Rodríguez, la esposa del asesinado maestro Fuentealba.
Los dirigentes mapuches, entre los que se contaba el huerquen Fidel Kolipan, decidieron reunir una vez al año a las diversas comunidades en el mismo lugar donde se realizó esta rogativa, como muestra de la fortaleza y para mantener viva la lucha del pueblo mapuche en defensa de esta montaña y la biodiversidad.
Precisamente, citando a los mayores, se indicó que el volcán está sufriendo los embates de la presión comercial. En un documento previo difundido por la Confederación, se hacía referencia a la celebración de esta ceremonia filosófica como una reacción ante «el avance de emprendimientos económicos privados con anuencia de organismos del estado y las consecuencias del calentamiento global», por lo que el pueblo mapuche de Neuquén «se moviliza para defender su territorio. Desde décadas el Pillan Mahuiza (volcán Lanín) viene soportando la explotación irracional de sectores con mayor poder adquisitivo», sentenciaba el escrito.
Con ese espíritu como telón de fondo se realizaron las actividades. Se señaló que «los mapuche habitamos los sistemas mas frágiles de la región, sean estos bosques, montañas, estepas, y somos el grupo más vulnerable frente a los efectos del calentamiento global. Estos efectos ponen en peligro a las diversas vidas del 'Waj Mapu' y, en consecuencia, a nuestra cultura, cosmovisión y sustento material. Los científicos 'wigka' dicen que en este siglo la temperatura media se elevará de 1,8 a 4,0 grados centígrados, y confirman lo que venimos denunciando de todas las formas: pronto nuestra Pijañ Mawiza no tendrá nieve, desequilibrando con este hecho todo a su paso. No necesitamos esperar mucho. Hoy nuestra Pijañ Mawiza sufre consecuencias catastróficas y nadie percibe ese dolor y ese daño», enfatizan los documentos.
En ese sentido, subrayan que «nuestro Lanín ha soportado desde décadas las consecuencias de un desarrollo occidental, basado en un capitalismo voraz, con un modelo es un ocio perverso que busca en un turismo inconsciente, desafiar a 'pu newen (diversas vidas)', dejando año tras año las cicatrices que hoy comienzan a sangrar».
En consecuencia, las comunidades apuntan a declarar al Lanín como patrimonio mapuche y a velar por su preservación.
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