El presupuesto participativo volverá en 2022 a Bariloche
Desde el gobierno municipal aseguraron que la intención es cumplir el año que viene con la obligación de consultar sobre el destino de un 7% del presupuesto.
El gobierno municipal quiere recuperar el programa de presupuesto participativo y prepara una nueva convocatoria para el año próximo que ponga fin a un incumplimiento que lleva ya doce años.
El anuncio fue formulado por la secretaria de Planifiación y Evaluación de Políticas Públicas, Gabriela Rosemberg, quien aseguró que en 2022 volverán a realizar una ronda de selección de proyectos con participación vecinal, para determinar las obras “que se ejecutarán en 2023”.
El presupuesto participativo es una obligación impuesta por la Carta Orgánica a partir de 2007, aunque las primeras experiencias piloto datan de 2005. El último proceso de selección con voto vecinal se llevó adelante en 2009, cuando el intendente era Marcelo Cascón.
Desde entonces todos los gobiernos en forma sistemática incumplieron con la ordenanza que obliga a someter a la opinión de los ciudadanos las prioridades de gasto en una proporción no menor al 7% de lo que recauda el municipio por tasa de servicios, tasa comercial, coparticipación y regalías. Este año esa suma sería de unos 210 millones de pesos.
Rosemberg reconoció que hay una deuda pendiente. De hecho el gobierno del intendente Gustavo Gennuso ya lo admitía en 2016, cuando también prometió reflotar el presupuesto participativo, pero no cumplió.
Desde entonces más de una vez los funcionarios dijeron a modo de excusa que había otros mecanismos de consulta como las “mesas de concertación barrial”, y una iniciativa de “coparticipación” de recursos con las juntas vecinales que intentó implementar Gennuso en su primer gobierno, aunque se trata de herramientas que no cumplen con la ordenanza.
Este año el presupuesto municipal que elaboró el Ejecutivo y aprobaron los concejales prevé 87 millones de pesos, pero sin convocatoria a los vecinos.
Concejales quieren saber
Un pedido de informes presentado hace diez días por los concejales del Frente de Todos le pide al Ejecutivo que explique qué destino tuvo ese dinero, “si fue utilizado o redireccionado, total o parcialmente”, y también que detalle cómo fueron empleadas las partidas de presupuesto participativo desde 2015, en los seis años que lleva Gennuso al frente del municipio.
Rosemberg dijo que desde el área a su cargo habían comenzado a trabajar en 2019 para retomar el mecanismo, pero “la pandemia retrasó todo”.
Aseguró que realizaron un análisis a fondo de la ordenanza, la reglamentación y las experiencias de otras ciudades, como Rosario, donde hay ya una “tradición” de participación ciudadana en la asignación del presupuesto. “La intención es reflotarlo en nuestra ciudad”, afirmó.
También dijo que pretenden modificar la ordenanza, para darle “un marco de viabilidad”. Según Rosemberg, ya no sería eficiente un voto presencial por los proyectos y se podrían emplear otros “modelos y plataformas” de participación digital. “La metodología que prevé la ordenanza quedó obsoleta”, dijo la secretaria. Explicó que un tema técnico a estudiar es “cómo identificar a la persona para que no vote dos veces”.
Gennuso busca otra norma para bajar el tope del 7%
El Ejecutivo apuntaría a reducir el tope del 7% de la recaudación para el presupuesto participativo que impone la ordenanza actual. El argumento es que en otros municipios que llevan adelante el programa el porcentaje es bastante menor.
Rosemberg aseguró que tener el dinero asignado en el presupuesto no significa que esté disponible. Refirió que la partida de presupuesto participativo prevista para este año “se usó en parte para obras menores de las delegaciones”, aunque en buena medida quedó subejecutada porque “hubo que tomar recursos de todos lados para afrontar la pandemia”.
Señaló que “la desconfianza es entendible”, porque hubo proyectos que fueron elegidos y jamás se realizaron. Dijo que en algunos casos hubo dificultades para gestionarlos, “porque deben intervenir distintas áreas del municipio”, y en otros “no estaba la plata”.
Aun así, subrayó que “algunas obras que estaban pendientes se pudieron concretar, como el gas de Villa Lago Gutiérrez”. Entre los incumplimientos más notorios está el polideportivo par Los Coihues.
La funcionaria dijo que tienen “más o menos decidido” avanzar con un nuevo ciclo de participación, pero en paralelo promoverán cambios en la ordenanza, para lo cual piensan “convocar a las organizaciones” que históricamente participaron.
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