El Papa advirtió sobre excesos de la legítima defensa policial

Casi todo lo que dice el Papa se lee en clave argentina. Francisco advirtió ayer que “todo uso de fuerza letal que no sea estrictamente necesario para este fin solo puede ser reputado como una ejecución ilegal, un crimen de Estado”, al referirse a excesos en la legítima defensa de parte de agentes de seguridad. Los comentarios del Papa llegan después de que el presidente Mauricio Macri avalara por decreto un protocolo de actuación policial ideado por su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que fue criticado por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y dirigentes de partidos políticos, incluso dentro del oficialismo.

Francisco dio un discurso improvisado tras reunirse con los miembros de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. En su mensaje, invitó a todos los países que no han abolido la pena de muerte pero que tampoco la aplican “a que continúen cumpliendo con este compromiso internacional y que la moratoria no se aplique solo a la ejecución de la pena sino también a la imposición de las sentencias a muerte”.

El pontífice subrayó que “la defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar perjuicio”, por lo que “los que tienen autoridad legítima deben rechazar toda agresión, incluso con el uso de las armas, siempre que ello sea necesario para la conservación de la propia vida o la de las personas a su cuidado”.

“Toda acción defensiva, para ser legítima, debe ser necesaria y mesurada”, remarcó el Papa al advertir que “un acto que proviene de buena intención puede convertirse en ilícito si no es proporcionado al fin”.

Francisco cumplió ayer años y Macri envió sus saludos a través de un mensaje en Twitter, donde le hizo llegar sus “mejores deseos de felicidad”. Tras las críticas de la Iglesia por la situación social en el país, el presidente recibirá a la cúpula del Episcopado el jueves a la mañana en la Rosada.

“Todo uso de fuerza letal que no sea estrictamente necesario para este fin solo puede ser reputado como una ejecución ilegal”.

Papa Francisco