El padre que secuestró a su hijo se dice enviado de Dios y fue viral en Bolivia
Adrián Zaitsev es ruso con documento uruguayo y argentino. Su búsqueda en Añelo reveló detalles de un perfil que preocupa por su salud mental.
Kilin Adrián Zaitsev es buscado junto a su hijo, Eric Rusakov, a quien la Policía sospecha que secuestró el lunes por la tarde, en Añelo. El primer alerta «Nati» que se envió para difundir la búsqueda daba un dato sobe el hombre que en los siguientes partes se eliminó: «padecería problemas psiquiátricos». Es que ya se había difundido un las redes un video en el que él mismo decía que quien escuchara su mensaje se iba a salvar «de las catástrofes y las guerras que iban a haber».
Zaitsev tiene 43 años, es ruso con documento uruguayo y argentino, aunque también lo conocen en Bolivia. En febrero del 2020 lo detuvieron en Santa Cruz de la Sierra por violencia de género psicológica y física, cuando era pastor de una iglesia. Él aseguraba que lo había hecho a propósito, para ser detenido en la cárcel Palmasola porque era parte de un plan divino.
Intentó escapar dos veces, la primera vez se paró sobre el muro con un estandarte. Un preso lo filmó y el video se hizo viral. La última vez fue en mayo de este año cuando se escondió en un tanque de agua. Desde ese momento, las autoridades comenzaron los trámites para que al «mesías» lo trasladaran a una institución psiquiátrica.
Desde la cárcel mostró sus manos y pies perforados, más una herida a un costado, emulando los estigmas de Cristo. Aseguró que lo habían crucificado unos rusos, pero había sobrevivido. Decía que era Manco Kapac y que estaba en Bolivia porque la Torá decía que en Santa Cruz de la Sierra, la «ciudad de los anillos» empezaba la liberación, y que se llevaría a todos los gringos.
Había llegada en 2018 a predicar su mensaje y buscar seguidores en las ferias, donde practicaba la kinesiología tradicional que afirmaba haber estudiado en un monasterio ortodoxo de Siberia y haber concluido en Uruguay (también contó que atendía pacientes en Paysandú). En 2019 se lo vio sirviendo ollas populares durante las protestas contra el golpe de Estado y volvió a los medios por su detención.
Poco se sabe desde su liberación hasta su regreso a Argentina. Daniel, el papá de Adrián, le dijo a RÍO NEGRO que su hijo llegó al país sin acompañamiento, después de ser liberado de un instituto psiquiátrico boliviano y estar preso un año y seis meses.
En las redes sociales muchos usuarios afirman que vivía en Fernández Oro, en la chacra de su familia, y que lo habían podido reconocer por su aspecto particular, de pelo y barbas muy largos.
Lo que sí se supo este fin de semana es que regresó a la zona rural entre Añelo y Viste Alegre llamada Fortín Vanguardia, a orillas del río Neuquén. En esta zona había sido entrevistado en 2016 por un diario local. En la nota contaban que eran una familia de 20 personas integrantes de la colectividad rusa que se dedicaban a la agricultura orgánica y la medicina tradicional, con respeto a sus tradiciones.
Adrián contó ser sobrinonieto de Vasili Ziatsev, el francotirador soviético al que le atribuyen más de 240 bajas del ejército nazi durante el asedio a Stalingrado, en la segunda Guerra Mundial.
Adrián Zaitsev también era parte de «Manos de Vida», un centro de medicina tradicional rusa donde daba capacitaciones ubicado en Paysandú, Uruguay, que también tiene sede en Italia 652 de Neuquén capital, donde funciona la Pastoral Social. El mismo seguiría funcionado y en la foto de perfil del Whatsapp que se ofrece como contacto se puede identificar a su mamá, Marja, abrazada por Daniel, el padre.
Según informó ayer, al menos Eric, uno de sus 8 hijos, quedó en este lugar, al cuidado de la familia que realizó la denuncia. Se detalló que Adrián había llegado el fin de semana pidiendo verlo y se cree que robó un caballo para llevárselo.
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