El nuevo desafío de Invap: la construcción de minisatélites
El proyecto es en realidad de la empresa Gsatcom, una sociedad entre Invap y la turca Turkish Aerospace Industries.
La empresa rionegrina de tecnología Invap procura que la experiencia y el prestigio internacional que obtuvo en el área espacial no queden en el olvido. La nueva apuesta es la construcción de minisatélites geoestacionarios de comunicaciones de propulsión eléctrica, como los Arsat que hoy orbitan a 36.000 kilómetros de la Tierra pero más pequeños.
El proyecto, que es un nuevo desafío para un equipo de gente acostumbrada a volver a empezar, es en realidad de la empresa Gsatcom, una sociedad entre Invap y la turca Turkish Aerospace Industries.
Gsatcom contratará a su vez a Invap para el desarrollo de los minisatélites y la construcción de partes de un prototipo, y saldrá a venderlos en el mercado internacional.
El CEO de Gsatcom, Luis Genovese, que es subgerente de Desarrollo de Negocios de Invap, le explicó a “Río Negro” que, en realidad, se trata de una familia de satélites “small geo”, adaptables a lo que el cliente precise.
No hay compradores aún para este producto, que tiene por delante unos dos años y medio de desarrollo de ingeniería, un proceso que casi no requiere más que horas/hombre (que es el mayor valor de Invap) y financiamiento para el prototipo de algunas de las partes del satélite, que se ensayarán en el centro que existe en Bariloche.
El dinero que se necesita no es poco, aunque Genovese no quiso hablar mucho del asunto. Y en Argentina el acceso al crédito ya se sabe que es imposible, con las tasas disparadas que tiene el mercado. Gsatcom buscará los recursos afuera, como empresa internacional (de hecho, tiene domicilio en la ciudad de Ankara, en la zona central de Turquía).
Si los desarrollos tecnológicos de Invap (espacial o nuclear) son famosos en el mundo es gracias a los que diseñan y producen, pero también a los que venden: hay que salir al mundo a buscar clientes. Y en eso la empresa con sede central en Bariloche aprendió mucho en su casi medio siglo de vida.
Argentinos y turcos saldrán, entonces, a buscar oportunidades de negocios: sin clientes no hay ingresos. “Ya estamos en contacto con algunos”, dijo el CEO de la empresa.
Los minisatélites pesarán un tercio o la mitad que el Arsat 1 y 2, que partieron de la tierra con el 50% de los 3.000 kilos de combustible. El hecho de que los “small geo” funcionen con electricidad reduce también el volumen.
Genovese aclaró que no se trata de nanosatélites sino de aparatos pequeños, que se pueden adaptar fácilmente a los requerimientos del cliente.
Con una potencia de 7 kilovatios se podrá “dotar holgadamente de un servicio de banda ancha satelital a toda la República Argentina”, dijo Genovese.
Como los Arsat, orbitarán a 36.000 kilómetros y a una velocidad que imitará la del planeta, lo que permitirá, como su nombre (geoestacionario) lo indica, que permanezca siempre en el mismo punto respecto de la Tierra.
Además de banda ancha, estos aparatos pueden retransmitir datos, telefonía, televisión y demás.
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