«El Nene»: la historia de un rocanrol dedicado a un ídolo del fútbol regional
El legendario Cacho Lobello compuso una canción futbolera inspirado en el gol de Travesino al seleccionado argentino en el Maiolino. RÍO NEGRO los reunió para un emotivo encuentro.
Barrilete cósmico de qué planeta viniste!” / Maradó/Maradó…!”/ Te quiero Diego!/ Santa Maradona reza por mi! Las estrofas, las voces, los relatos, los estribillos daban vuelta por la cabeza de Cacho Lobello. Apasionado de la pelota, guerrero de potreros, el guitarrista se sentía movilizado por una canción que no terminaba de aparecer, abrumado por tanto homenaje a ese futbolista admirado.
Hasta que un día la ficha cayó y la canción fluyó. Fue el día en que Lobello se dio cuenta que el ídolo estaba a su lado. Y que era Ángel Francisco Travesino, el Nene. El 9 del Deportivo Roca, héroe de incontables tardes de gloria en el Maiolino y más allá.
La guitarra se dejó tocar, los riffs fluyeron, la letra desplegó alas y la canción apareció: “El Nene”, el track 3 de Lanza con cuerdas, el reciente disco de Buscados Vivos. Una gran canción para un gran disco.
“¿Escuchaste la canción que te hicieron?” El Nene escuchó esta pregunta decenas de veces, pero no sabía nada de la canción en cuestión. Donde iba, le preguntaban. Y la respuesta era siempre la misma, que no tenía idea de qué canción se trataba.
Fuera de las redes sociales y de toda plataforma de streaming, Buscados Vivos solo se consigue a través del disco físico y de algún que otro video en Youtube. El Nene no tenía manera de encontrar el tema, salvo que alguien le acercara un disco de la banda, algo que tampoco es fácil de lograr.
Río Negro se puso en campaña y una calurosa tarde de noviembre reunió a Travesino y Cacho Lobello en el búnker de los Buscados Vivos, un sótano húmedo de la calle Viedma. Allí abajo, los esperaba el resto de la banda.
“Te tenemos una sorpresa que creo te va a gustar mucho”. Cacho recibió a su ídolo de la adolescencia futbolera con un abrazo afectuoso y la sonrisa de aquel pibe feliz. “Hace mucho que quería hacerlo. No sabía como resolverlo hasta que en un momento apareció”.
Allí abajo, entre más risas y abrazos, las anécdotas aparecieron. Y también el suceso que inspiró la canción: el gol del Nene al Seleccionado argentino en el Maiolino, el 2 de marzo de 1977.
Aquel gol que puso en ventaja al Depo sobre el equipo de Menotti, que luego dio vuelta la cosa y terminó ganando 2-1, fue en uno de los tantos partidos que el Seleccionado hacía por las provincias como preparación para el Mundial 78.
Cacho Lobello es un de los introductores del rock en esta ciudad. De los primeros en tocarlo, pero también en lucirlo en su pelo, su ropa, su actitud, desde Goliat, aquella banda que colaba rocanroles en los bailes sociales de Italia Unida allá por los 70. Luego vendrían Remolcador, Skirlas y los actuales Buscados Vivos.
Tan roquero como futbolero, Lobello admiraba, como muchos, al Nene Travesino, un goleador implacable siempre vestido de naranja. Obviamente, el guitarrista estuvo en la cancha aquella tarde del gol al Seleccionado.
De aquello no hay registro alguno. Sólo la memoria de su protagonista y de los que fueron a la cancha. Así se (re)construyó una jugada que sólo pudo ser gol por la genialidad de Tomás del Ciotto y la eficacia de Travesino, los únicos jugadores del Depo que la protagonizaron en 1200 metros cuadrados de campo de juego.
Con los 22 jugadores en campo local, el Depo cortó un ataque que Del Ciotto convirtió en un contraataque feroz. Desbordó por la banda izquierda dejando a Pérez, Olguín y Mouzo. Mientras todo eso ocurría, el Nene lo acompañó con Carrascosa pegado en la marca.
En el momento justo, cuando intuyó que su compañero iba a tirarle el centro, el Nene desacomodó al capitán del Seleccionado con un leve freno que le dio el espacio necesario para recibir en el vértice del área grande y pegarle fuerte y a donde fuera. Y fue adentro. ¿El arquero? Le hizo “la de Dios”. Era Hugo Gatti.
Cacho nunca olvidó lo que vivió y sintió aquel miércoles en el Maiolino. Admiraba a los jugadores del Seleccionado, claro. Pero mucho más admiraba a los jugadores de su Depo. Y al Nene.
La canción tiene una particularidad. Es la primera que está dedicada a una gloria del fútbol regional y forma parte de un discografía oficial.
Inspirada por aquel gol, es por sobre todas las cosas un homenaje al fútbol tal como lo siente su compositor. “Lo pensé por el lado del afecto que genera el fútbol y el afecto que generan los jugadores en la gente. Quizás no se den cuenta de eso, de lo que generan, las alegrías en el pueblo, lo que produce el fútbol en la gente”, revela Lobello.
Sobre el origen de la letra, reconoce que primero buscó inspiración en Maradona pero pronto cayó en la cuenta de que a Diego ya le habían hecho canciones grandes compositores. “Cómo le voy a hacer yo un tema al Diego Maradona si yo tengo al Maradona nuestro en la ciudad, un ídolo, un amigo, trabajé con él, lo vi jugar desde pibe, me llenó de alegrías, llenó de alegrías al pueblo de esta ciudad”.
Era con el Nene la cosa”, se dijo Lobello. “Tenía al personaje al lado y no me estaba dando cuenta. Era cuestión de mirar a une costado y darme cuenta que la canción que yo quería cantarle a un futbolista era para el Nene Travesino”.
La canción en cuestión habla del fútbol. O, en palabras del músico: “Del futoblista que va a al campo de juego como a un campo de batalla, las sensaciones que vive un jugador durante un partido. A mi me gusta el fútbol, lo juego y siento eso. Cada vez que entro a una cancha y aunque esté vacía siento ese sonido de cancha llena, debe ser el berretín que me como yo de que hay mucha gente (risas)”.
Buscados Vivos: más vivos y roqueros que nunca
La letra es bastante directa, sostiene Lobello. “Se trata de lo que siente un jugador adentro de la cancha y como yo soy jugador de barrio expreso ese sentimiento. Lo que me hizo vivir el Nene cuando yo tenía 14 años nunca más lo volví a vivir. Hoy estoy más que feliz de poder transmitir todo ese sentimiento a través de una canción, una época dorada del fútbol de acá”.
Autor de todas las letras y las músicas de las canciones de sus siete discos, Cacho Lobello sostiene que tiene una experiencia haciendo canciones: “Cuando hice la melodía de esta canción inmediatamente me di cuenta de que era la melodía futbolera que estaba buscándole desde hacía tanto tiempo. La canción se sacude entre la guitarra y la base del bajo y la batería, como gambeteando, no? Hasta que se endereza”. Esta canción como todas las demás que compuso no fueron arrebatos de inspiración ni la visita musa alguna, sino trabajo, mucho trabajo. “Es puro trabajo de escribir, componer y llevarla al instrumento. Y así hasta que la encontrás”.
–Vos solito ahí con Carrascosa, recuerda Lobello, 42 años después, en su sótano, con su banda y con el Nene.
–Yo venía por el lado de afuera, metí un freno, lo desacomodé y la gané la posición, relata el ex delantero.
–Cuando el Loco Gatti te sale, te hace “¡la dios!”. ¡No podés hacerle un gol al tipo con esa jugada!, se sorprende Cacho.
–Con la marca encima y el Loco que me salía, no se la podía tirar ni para un lado ni para el otro, cerré los ojos y le di (risas) con tanta buena suerte que fue gol. Aveces dicen “Mirá vos, qué astuto, qué definidor”, pero no fue tan así, ríen el Nene y todos.
Cacho pone play y la canción empieza a sonar. Travesino, con la letra en la mano, descubre esa canción de la que todos le hablaban y que pocos habían escuchado. Emocionado, ya es uno de ellos. El set se cierra con la interpretación potente y precisa de “El Nene” por los Buscados Vivos.
Abrazado, Cacho invoca a aquel pibe del Maiolino que supo ser, que aún es, y ofrenda a su ídolo: “Nos has hecho tan felices, tan felices”. La despedida no podía ser otra: “olé, olé, olé olé/Nene, Nene…”
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