El municipio cipoleño quiere hacer trampas por la invasión de murciélagos
Desde la comuna indicaron que la invasión se da por los crecientes loteos y proyectos inmobiliarios que invaden los espacios que habitaban y los obliga a reubicarse. Los intersticios entre edificios sirven de alojamiento.
La invasión de murciélagos es cosa de todos los años en algunos barrios cipoleños, pero luego de relacionaron a estos animales con la propagación del temido coronavirus, vecinos del barrio Bogotá pusieron de manifiesto la alarmante situación que viven adentro y fuera de sus casas. Olores nauseabundos y ruidos generan indignación en este sector de la ciudad.
Desde el municipio sostuvieron que la afluencia de estos animales se debe a los crecientes loteos y proyectos inmobiliarios, que invaden los espacios que habitaban y los obliga a reubicarse. Los intersticios entre edificios resultan el alojamiento, que noche tras noche deja ver como salen, al caer el sol.
Diego González, director de Comercio, sostuvo en diálogo con LU19 que ya tomaron cartas en el asunto. «Fuimos a ver el lugar y hablamos con los vecinos», y ratificó que se trata de «un problema real que afecta a los vecinos del barrio».
Pese a que reconoció que el problema viene «desde hace un tiempo», desde «Fauna de la provincia informaron que es una especie protegida y estamos en un período de destete», por lo que se debe esperar hasta marzo o abril para que «puedan alimentarse por si mismos y hay que hacer una tarea de exclusión, es decir cerrar el lugar e ir sacándolos», señaló el funcionario.
«Hay que darle intervención a la junta vecinal porque tenemos que limpiar el lugar y es un proceso que va a llevar unos días», detalló. y precisó que trabajarán con Fauna para que brinden «espacio adonde albergar a estos murciélagos».
Se trata de una especie protegida, por lo que está descartada la fumigación ni cualquier otro tipo de medida similar que apunte a la aniquilación. «
«A partir de que nosotros invadimos los espacios de estos animales con nuevos complejos habitacionales y casas quintas ellos buscan otros espacios», puntualizó González.
Lo principal, por el momento, será «cerrar en los espacios que quedan entre un edificio y otro, adonde se meten los murciélagos», indicó. Utilizarán «poliuretano y chapa», informó, y además intentarán generar una especie de «trampa», para que «cuando entren no puedan salir».
En el barrio Bogotá los vecinos viven esta situación todos los años, y ya están familiarizados con los murciélagos. En este verano solo se observó un sector plagado de animales, en un pequeño espacio entre dos bloques de departamentos. Cada entrada tiene 8 departamentos y por estos días no pueden ni abrir las ventanas, en días que alcanzaron los 38° C.
«Yo vivo en el ultimo piso y no podes abrir las ventanas, muchos pusieron malla metálicas, pero en el mínimo orificio entran», reclamó Soledad Chaures, una de las vecinas que presentó el reclamo en el municipio.
«Un vecino ahumó en varias uniones y en esos lugares ya no hay», señaló una señora que caminaba por uno de los pabellones del barrio.
Los murciélagos son portadores de casi todos los géneros de la familia de los paramixovirus, que provocan enfermedades infecciosas como el sarampión, la neumonía, paperas, gripe o encefalitis.
También trasmiten rabia, una enfermedad que afecta a animales domésticos y salvajes, y se propaga a las personas por saliva, mordeduras o arañazos.
La invasión de murciélagos es cosa de todos los años en algunos barrios cipoleños, pero luego de relacionaron a estos animales con la propagación del temido coronavirus, vecinos del barrio Bogotá pusieron de manifiesto la alarmante situación que viven adentro y fuera de sus casas. Olores nauseabundos y ruidos generan indignación en este sector de la ciudad.
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