El mensaje en el voto no positivo de Sapag


La frase se recuerda por el vicepresidente Julio Cobos cuando no acompañó la Resolución 125 y fue el inicio de su distanciamiento.


La política pendular que practica el Movimiento Popular Neuquino (MPN) en el Congreso nacional siempre deja señales. El reciente voto negativo de la diputada Alma “Chani” Sapag, hermana del exgobernador Jorge Sapag, para el proyecto de Aporte Solidario o y Extraordinario de las grandes fortunas no fue la excepción. La onda expansiva del rechazo, pese a su nula influencia para el resultado final, terminó enviando un mensaje que golpeó las puertas de despachos provinciales, nacionales y hasta la misma Vaca Muerta.

La iniciativa, impulsada por los diputados Carlos Heller y Máximo Kirchner, tuvo algunas idas y vueltas. Una de ellas fue el destino que se le daría a los fondos recaudados que, además de enfocarse en morigerar los efectos económicos y sociales de la pandemia, también habilitó una línea que involucra casi directamente a Neuquén.

Con la propuesta, que grava al 0,02% de la población, el gobierno podría recaudar unos 307.000 millones de pesos, algo así como un presupuesto y medio de Neuquén. De lo recaudado, un 25% está destinado a programas y proyectos desarrollo y producción de gas natural, es decir, unos 76.500 millones de pesos, casi 1.000 millones de dólares. La cifra representa cerca de la mitad de las inversiones petroleras en Neuquén para el año en curso.

Los yacimientos de la provincia de Neuquén, con Vaca Muerta como primera trinchera, producen más del 60% del gas que se extrae en el país por lo que los programas tendrían una fuerte influencia local.


Un 25% de lo recaudado por el Aporte Solidario de las grandes fortunas será destinado a proyectos de gas que estarán a cargo de la petrolera YPF.


La diputada argumentó su oposición al calificar el aporte como un nuevo impuesto para el sector privado. El MPN históricamente administró a la perfección esa dualidad de Estado amplio y blindaje a los capitales privados, pero también cuidó la relación con los oficialismos. Sapag utilizó una famosa frase de Winston Churchill y la redondeó diciendo que “somos pocos los que queremos mantener sano al equino para que pueda seguir tirando de un carro cada día más pesado”.

No hizo una sola mención al destino que el proyecto de ley pretende darles a los fondos.

Tampoco se sabe sin en la provincia hay personas que puedan estar alcanzadas, más allá de los dueños de las petroleras que operan en la cuenca, pero que tienen sus oficinas en Buenos Aires.

Sin embargo, el proyecto aprobado da otras pistas. Uno de los agregados de último momento, según confiaron fuentes al tanto de la redacción, fue incluir a la Secretaría de Energía, que conduce el neuquino Darío Martínez, como la autoridad de aplicación para ese 25% de los fondos.

Además el texto explicita que los proyectos se motorizarán a través de Integración Energética Argentina SA (la ex-Enarsa) e YPF. También las obliga a reinvertir, por 10 años, las utilidades que puedan obtener por esos proyectos.

Un colaborador de Omar Gutiérrez le bajó el tono a lo sucedido y dejó entrever que no sería un escollo para la relación con el presidente Alberto Fernández por tratarse de un proyecto “del kirchnerismo” y no uno propio.

Lo que no tuvo respuestas es si el gobernador, que además es presidente del MPN, estaba al tanto de la decisión de la legisladora. Todo hace suponer que, más allá de un acuerdo ideológico con el voto de Sapag, lo conoció por los medios. Qué hubiese pasado si el oficialismo dependía de esa voluntad, porque incluso el Frente de Todos en la previa la contaba a favor, es terreno de la imaginación.

Para lo que no hace falta usar la inventiva sino recurrir a la historia es para reconocer cómo el partido provincial ha actuado cada vez que percibe un acercamiento federal a los yacimientos. Se recordará el duro conflicto de Sapag con la YPF de Miguel Galuccio. La actualidad muestra algunas reminiscencias de ese pasado reciente: el propio Fernández prometió, desde Vaca Muerta, un apuntalamiento para la petrolera nacional tras el “sufrimiento” que padeció, dijo, durante el macrismo.

Al impulso a la operadora de mayoría estatal se le suma la base operativa de Energía con Martínez, a quien le resulta cada vez más difícil ocultar su proyección electoral. El mensaje político de un sector del MPN esta vez pudo tener uno, dos o tres destinatarios, pero seguro no fue adrede.


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