El lago Nahuel Huapi tendrá un ROV para bucear sus profundidades
Cuatro barilochenses se unieron para diseñar y producir un vehículo operado de manera remota que podrá sumergirse a 300 metros de profundidad.
En unas pocas semanas, Bariloche tendrá un ROV (un vehículo operado en forma remota) que permitirá indagar los lagos o mares hasta unos 300 metros de profundidad. El desarrollo corresponde al emprendimiento Pancora, conformado por cuatro profesionales que apostaron a combinar su pasión por la robótica y el mundo subacuático.
Tiempo atrás, en el Centro Atómico se hizo el prototipo de un pequeño ROV, aunque con fines académicos.
En esta oportunidad, Pancora diseñó un ROV para inspeccionar mares, lagos y ambientes acuáticos abiertos. Sería el primero en el país con fines comerciales. “Fue un desafío tras otro. Trabajar con cualquier equipo que deba soportar presiones de 300 metros de profundidad -o más- siempre es un desafío. Siempre el agua encuentra lugar por donde entrar”, resumió Mariano Nowakowski, ingeniero nuclear del Centro Atómico Bariloche, que integra Pancora.
Recalcó que la estructura del ROV debe soportar presiones de 30 atmósferas: “Cada 10 metros de profundidad, se agrega una atmósfera de presión que la estructura debe soportar. Es todo un desafío desde el punto de vista de la electrónica”.
En pleno desarrollo del ROV, cuando se produjo la desaparición del kayakista Andrés Quinteros en el lago Moreno, en diciembre del año pasado, el equipo aceleró la fabricación de una cámara de deriva para participar en la búsqueda. “Salimos seis veces y vamos a seguir buscándolo. No es un tema cerrado”, acotó Nowakowski.
Detalló que esa cámara tiene “menos electrónica y no tiene motores. A través de un cable, se puede arrastrar con embarcaciones para tomar imágenes de fondo”.
Esa misma cámara se empleó para abordar las profundidades del lago Nahuel Huapi, a la altura de Punta Galiani -en el kilómetro 22 de la avenida Bustillo- y Villa Tacul. Permitió registrar imágenes que nunca antes se habían visto, con innumerables cuevas y rocas.
“Cuando diseñamos la cámara, la probamos a 200 metros de profundidad y no tuvo problema. En esta oportunidad, para el documental, bajamos, bajamos y bajamos. No se ve nada hasta que de pronto, prendes la luz y ves las partículas iluminadas. En un momento, ves el suelo a menos de 10 metros y de golpe, aterrizar en ese fondo, es una sensación muy especial”, señaló al tiempo que describió esas imágenes como “hipnóticas y muy atrapantes”.
El equipo de Pancora le agregará una luz más potente para abarcar más área de búsqueda. “Por debajo de los 50 metros, solo ves lo que iluminás. Con una luz más potente, podés abarcar un área de búsqueda más grande”, indicó Nowakowski.
El ROV, en cambio, tiene mayor capacidad de maniobra y se puede ubicar donde uno quiera. Se puede subir y bajar, fijando la atención en un punto particular. La cámara de deriva, en cambio, baja pero depende del movimiento del barco que está sobre la superficie. “Como el ROV tiene motores, lo podés ir moviendo con joystic para donde uno quiera”, advirtió.
Las aplicaciones del ROV son múltiples, más allá de las búsquedas de un cuerpo u objetos en ambientes acuáticos. “Se puede usar en centrales hidroeléctricas, estructuras de petróleo o energías renovables (en muchos lugares se instalan molinos en el mar). Cuando se hunde un barco, es necesario hacer inspecciones, peritajes. Hasta ahora, no se usaban tanto en Argentina porque hay que importarlos”, especificó Nowakowski. Recordó que para la búsqueda del ARA San Juan se contrató a una empresa que aportó un ROV importado.
Describió el ROV como “un aliado y un complemento para el buzo” ya que, según el diseño, no tiene tantas limitaciones de capacidad. “Aunque el buzo pueda bajar, se le acaba el oxígeno antes de volver a subir”, dijo.
El biólogo Gastón Trobbiani, el informático Leonardo Leocata, Mariana Kozulj (a cargo del marketing) y el ingeniero nuclear del Centro Atómico Bariloche Mariano Nowakowski conforman Pancora.
En unas pocas semanas, Bariloche tendrá un ROV (un vehículo operado en forma remota) que permitirá indagar los lagos o mares hasta unos 300 metros de profundidad. El desarrollo corresponde al emprendimiento Pancora, conformado por cuatro profesionales que apostaron a combinar su pasión por la robótica y el mundo subacuático.
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