El jardín: recomendaciones floridas
Hoy, desde el vivero Mi Jardín, de Neuquén, nos aconsejan qué plantas elegir en estas fechas, dónde ubicarlas y cuánto hay que regarlas. Morena Zunino, nieta de la mujer que le dio forma a este negocio, cuenta además la historia de este lugar
Septiembre es la época dónde los viveros se colman de plantas y flores, una oportunidad para colorear el inicio primaveral decorando los espacios verdes de nuestra casa. “En este mes tan nutrido de matices y de clima variable comienza la llegada de plantas con flores y también comienzan a florecer las ya plantadas”, cuenta Morena Zunino una de las dueñas del vivero Mi Jardín de Neuquén.
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Para los que prefieren las plantas de exterior se puede elegir entre aquellas que necesitan y soportan el sol pleno y acostumbran a vestir la primavera de cualquier jardín, espacio o macetas. ¿Por ejemplo? Las gazanias, rayitos de sol, portulacas, popis, malvones y geranios, clavelinas, pensamientos, violas, dimorfotecas, dalias, copetes, kalanchoes, entre otras.
Las marimonias, petunias, calceolarias, alegrias del hogar, gerberas, crisantemos, cinerarias, azaleas, y prímulas “son ideales para ocupar un espacio donde los rayos de sol no peguen en forma directa”, explica la experta.
El hecho de que no dispongamos de un lugar al aire libre o patio, “no es pretexto para restarle espacio a las plantas de interior”, sugiere. “Desde un rincón, en una buena maceta podemos darle la oportunidad de embellecer el líving de casa”.
Para estos casos, Zunino explica que “existen diversidad de tamaño en hojas y tonalidades como: palos de Agua, dólar, spatifilium, dracaena, aglaonema, raphis, potus, palmitos, ficus, aralia, peperonias, sansevierias, crotones, marginata, estrella federal, agave, y dieffembachia, son las más solicitadas en el mercado”, enumera. Y suma también “las increíbles orquideas, anthurium, spatifilium, que forman una gran preferencia en plantas de interior con flores”.
Una buena opción para decorar al sol son las gazanias junto con los rayitos de sol, las portulacas y las popis. La gazania, al ser una planta que crece en altura y como arbusto, le da lugar a las otras 3 que son rastreras. A su vez, estas cuatro tienen un cuidado practicamente igual, por lo que el riego, el lugar donde ponerlas y todo, quedaría perfectamente armonioso”-explica Morena.
La importancia del riego
Los que aman la jardinería deben disfrutar levantarse muy temprano, ya que es la mejor hora para regar. Por supuesto, también se puede regar unas horas más tarde y al atardecer.
Las plantas por lo general necesitan riego moderado, de a poco; y, no de forma excesiva ó inundándolas. Dice Morena que es mejor ir tocándoles la tierra y si está seco arriba verificar si abajo también están secas. “Entonces conviene regar. El fin es humedecer la tierra y no inundarlas”, concluye la experta.
Lo cierto es que con el calor del verano las plantas tienden a secarse más rápido, por lo que resulta ser necesario un riego más seguido en algunas de ellas, no todas. Cuando hace mucho calor, regar mal las plantas puede causar tanto daño como no darles agua prácticamente.
Los días de mucho calor regar al mediodía quema las plantas. Las gotas de agua sobre las hojas funcionan al sol, como un vidrio y las queman. Además, si se riega al mediodía, es posible que se evapore el 90 por ciento del agua poco después.
Por la mañana, en cambio, apenas se pierde entre el 25 y el 30 por ciento del agua de riego.
Al final del día, el suelo suele tener aún una temperatura elevada, entonces hace que se siga evaporándose el agua. El agua tarda más en secarse, lo que favorece el crecimiento de hongos y atrae caracoles.
Para cuando llegue el verano entonces, se recomienda hacer el riego por la mañana o al atardecer. En esa estación, las plantas de pleno necesitan más riego porque al estar más expuestas se secan más rápido, por lo que se recomienda que esas plantas tengan la tierra húmeda todos los días antes de que llegue el medio día y el sol les de muy fuerte”, concluye la experta.
Un poco de historia: el vivero que nacio en la puerta de la casa
Allá por septiembre del ´88, y ante la necesidad de contribuir al sustento familiar Silvia Fernandez comenzó a hacer pequeñas plantitas para que sus hijos vendieran en la puerta de la casa, junto a la cosecha de higos del árbol del patio.
Pronto, los vecinos y la gente de la zona comenzaron a conocer el lugar y así se encaminó el pequeño emprendimiento familiar, con esfuerzo, sacrificio y voluntad, relata Morena Zunino, su nieta.
En Octubre del 2000, lograron mudarse a la ubicación actual, Juan B. Justo 280, dónde su mamá comenzó a trabajar más tiempo. “Al año siguiente llegué yo y en realidad -me crié ahí adentro, entre las plantas y las flores” – cuenta Morena. Es el día de hoy que mi familia, constituida por mis padres Virginia y Ulises, mi hermano menor Joaquín y yo estamos a cargo del vivero que fue pasando de generación en generación.
Hoy, Silvia la mujer que por aquellos años le dió pelea a la vida apostando al emprendimiento, decidió disfrutar lo que más ama, las plantas de su patio y dejar el trabajo y atención del vivero al resto de la familia, junto a Nelson y Marisa colaboradores de hace varios años brindando envíos a otras localidades como Cutral Có, Catriel y 25 de Mayo.
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