El hito que marcó el inicio de las marchas por los desaparecidos

“Era un despliegue desmedido de militares en las inmediaciones de la marcha, sólo por un grupito de unas 10 ó 12 personas”, recordó Osvaldo Ortiz, periodista de “Río Negro” en 1980, cuando comenzaron las manifestaciones en reclamo por la aparición con vida de los desaparecidos, frente a la Casa de Gobierno de Neuquén capital.

La primera manifestación fue en la plaza Roca. Un grupo permaneció allí mientras otras cinco ingresaron con un petitorio para las autoridades de facto.

Los militantes regresaron desde la gobernación hasta la plaza de las Madres que se encolumnaron detrás de una sábana con letras en negro que identificó a la APDH y a los familiares de “detenidos por razones políticas”.
“Era grotesco el despliegue militar y de soldados por un grupo pequeño de familiares” que exigía conocer dónde estaban los jóvenes que faltaban, recordó Ortiz.

En la esquina de la Vuelta de Obligado, el interventor militar de la policía, Osvaldo Laurella Crippa, vigilaba de cerca cuántos continuaban la marcha desde la plaza Roca -donde se entregó el petitorio- hasta la plaza de las Madres. Lo hacía con “un coronel, Rodolfo García que era secretario de Gobierno”.

Y luego el que le daba “in voce”el informe de los pormenores de la marcha era Pedro Heraldo Brodi, periodista que integró el listado de agentes civiles de inteligencia en Neuquén.

Desde arriba de los edificios, había militares que les sacaban fotos, recordó siempre Lolin Rigoni, como una de las imágenes que no se borran de esas primeras movilizaciones.

Fue un 14 de agosto de 1980. Luego el grupo de familiares y de la APDH que reclamaba por Justicia no dejó de marchar y exigir justicia. Y sumaron miles al cabo de casi cuatro décadas.

Familiares de “detenidos por razones políticas” presentaron una nota al gobernador de facto, Domingo Trimarco, querían saber dónde estaban los jóvenes que se habían llevado de sus casas, del trabajo, o de la vía pública. Era 1980 y aún no se dimensionaba la posibilidad de que los desaparecidos no volvieran. “Pensábamos que los tenían en lugares clandestinos, que iban a volver”, describió una sobreviviente del centro clandestino de Bahía Blanca.

Cuando las Madres y los familiares de detenidos políticos marchaban por Neuquén – a partir de 1980- lo normal era que saliera de Casa de Gobierno un fotógrafo, que era de alguna de las fuerzas y “no sólo identificaba a los manifestantes, sino también a los periodistas que hacían la cobertura: cubríamos con Ricardo Villar, Jorge Ocampo y en fotos Raúl Rodríguez o Jacobo Ainseberg, que más de alguna vez los enfocó a ellos, para que se fueran”, destacó Ortiz.

Hoy en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue habrá una actividad para conmemorar la primera manifestación, en agosto de 1980. Será en el Aula Magna de la UNC a las 20:30 con la presentación de un espectáculo artístico.

El primer reclamo se hizo con un petitorio en Casa de Gobierno

La primera marcha de los organismos de Derechos Humanos está señalizada en la plaza Roca como parte de los “hitos” o marcas de la historia social en la ciudad.

Ese día de agosto, fríos como los días actuales, asistieron familiares de estudiantes secuestrados en Plaza Huincul, Neuquén y Cutral Co. Buscaban jóvenes que no aparecían luego de haber estado en las cárceles de Neuquén, Roca y Trelew.

Entraron a dejar el petitorio Noemí Labrune, Oscar Ragni, Horacio Ventura, Lolín Rigoni y Flora Betancourt de Seguel, que tardaron una interminable hora en salir.

Las Madres Lolín Rigoni, Inés Ragni, Feliciana Pichulmán, Tránsito Lamuñier, Maria Magdalena Bamonde y Flora Seguel estrenaron ese día los pañuelos blancos: pañales de tela con el nombre de sus hijas e hijos escritos en el lienzo blanco.

Estuvieron también Betina y Cristian Labrune, Ricardo Ventura, Liliana Paredes, Aurelio y Rogelio Méndez, Toto y Ana Rigoni, Ana María Chaina, Patricia y Carlos Roca, Gloria Sánchez, Norma Luna, Alicia Cintas y Luis Velázquez.