El grito incendiario de Las Manos de Filippi

Quinientas personas llenaron el Centro Cultural de Viedma para ser parte de un recital enérgico y provocativo

VIEDMA.- Con la pasteurización del rock, el género se ha convertido en una bolsa de consorcio donde entra todo; siempre hay lugar para uno más, para el nuevo último orejón del tarro, para una música más que hay que vender.

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