El gran Torino, potente, fuerte y bien argentino
El orgullo de la industria nacional. Sólo fabricado en Argentina, por décadas se llevó todos los elogios. Fue el primero en superar los 200 kilómetros por hora en esa gama y compitió de igual a igual con marcas líderes en el mundo como Ford y Chevrolet. Su historia y sus grandes progresos, los diseños más atractivos... es decir, su vida.
Jorge Vergara
jvergara@rionegro.com.ar
un clásico nacional
Y fue tal vez el único vehículo fabricado en la Argentina que pudo meterse de igual a igual en la eterna disputa entre el Ford Falcon y el Chevrolet en sus versiones Súper o Chevy. El Torino fue el tercero en discordia en esta histórica diferencia de marcas, de gustos.
Bien podría decirse que el Torino marcó un antes y un después en la industria automotriz del país, porque llegó con tantas prestaciones que generó el asombro de los conocedores del rubro. Era un adelantado para su época, con imponente tablero y un sonido que jamás se pudo imitar. Escuchar un Torino era único, porque ninguna otra marca tenía los motores que rugieran de este modo. El Torino fue inigualable.
Los fanáticos lo comparan con el dulce de leche a la hora de ponerle una nacionalidad y se atreven a decir que en cuanto a argentinidad están en el mismo nivel.
Fabricado en Argentina, llegó a varios países del mundo y tuvo destacado desempeño en competencias internacionales, algunas de ellas memorables.
El gran orgullo de los seguidores de la marca fue que el Torino ocupó su lugar en la industria automotriz a partir de haber sido el primer vehículo en su época en superar la barrera de los 200 kilómetros por hora. Ese fue el gran logro de un auto cómodo, vistoso y atractivo, ágil, fuerte y duradero.
Qué más se le podía pedir a la marca y al auto que se paseaba por las calles como un gran señor. No era fácil ignorarlos, porque cuando pasaba un Torino uno necesariamente les prestaba atención.
El Torino, fabricado íntegramente en la Argentina bien podría decirse que se instaló en el afecto del país, pero llegó a lugares remotos como a vecinos imponiendo su nombre.
La historia es larga, tanto que contarla sería seguir señalando virtudes. Familiar o veloz, daba lo mismo siempre y cuando fuera Torino.
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