El gran soldador que eligió Belisle
Lleva 25 años en un oficio muy demandado. En el pueblo recibe trabajos de todo el país.
Coronel Belisle
CORONEL BELISLE (AVM).- En un mundo donde se priorizan el dinero y el progreso desmedido sin mirar lo que se deja atrás, Jaime Loyola es un personaje raro, de los que no abundan. A pesar de ser un reconocido profesional en lo que hace, sigue privilegiando la vida tranquila que le ofrece la pequeña localidad de Belisle, aun sobre las ofertas económicas y las oportunidades de asentarse en otros puntos del país. El hombre de sonrisa permanente y de hablar pausado, amable y predispuesto, deja ver una profunda paz y tranquilidad. Aclara que no persigue la rueda de la fortuna y que se encuentra a gusto con lo que puede hacer instalado en la región del Valle Medio. Un aura de paz y tranquilidad lo rodea, mientras explica su oficio y cómo lo llevó a recorrer gran parte del país. Jaime tiene 49 años y lleva 25 en el rubro soldador de alta presión, un oficio requerido por grandes empresas para gasoductos, oleoductos y grandes estructuras. Cuenta, sin prisa, cómo se perfeccionó hace años, gracias al apoyo del ingeniero Juan Carlos Apud cuando vivía en Luis Beltrán, a quien está muy agradecido por el envión que le dio. “Yo realizaba trabajos para el departamento de aguas y energía y allí lo conocí al ingeniero quien me motivó para hacer los cursos y comencé a trabajar como soldador de red de gas”. Jaime es ahora soldador calificado en alta presión y recibe en Belisle trabajos de otros puntos de la Patagonia y de la Argentina, incluso en dos oportunidades fue convocado por una empresa organizadora de eventos para que realice las estructuras de seguridad en carreras callejeras, tanto nacionales como internacionales. En este sentido Loyola recuerda que en el 2012 realizó las soldaduras de contención para el circuito callejero del TC 2000 y en el 2014 fue llamado para realizar la misma tarea en el circuito de la internacional Fórmula E. “Luego de un accidente en la carrera de Fórmula E, sólo dos personas pudieron ingresar al circuito, una de ellas fui yo, para ver si la estructura había soportado el impacto y si estaban dadas las condiciones de seguridad para continuar con el evento. Todo estaba bien y la carrera podía seguir. Allí existe mucha seguridad porque son vehículos que alcanzan los 300 kilómetros por hora. Cuando salí del circuito luego de la inspección la gente se me acercaba y pedía sacarse fotos conmigo”, agregó sonriente. Sus trabajos son reconocidos por las distintas empresas petroleras y en varias oportunidades lo han invitado para que se instale en la zonas productoras, incluso ofreciendo importantes acuerdos económicos. Sin embargo Loyola ha decidido que su lugar es Coronel Belisle y habla de la localidad y de la zona del Valle Medio con gran afecto. “Me siento tranquilo acá, me gusta, nos conocemos, y sentimos con mi señora que aquí no nos falta nada. No necesitamos movernos ya a otros puntos. Yo por esta profesión estuve en muchos lugares, pero no cambio a Belisle por ninguno de ellos.” Aún sabiendo que las oportunidades económicas no son las mismas en la zona del Valle Medio que en las regiones petroleras, Loyola ha decidido quedarse en la pequeña localidad, donde apostando a la zona, comenzó las tareas para adquirir terrenos para realizar los grandes trabajos que recibe desde las ciudades petroleras. Es que ante la negativa de él de instalarse en aquellas zonas, importantes firmas que conocen su destreza en el oficio, han comenzado a enviarle los trabajos para que los realice en esta zona. Así por caso, se han visto en Belisle largas pasarelas, escaleras y cañerías, las que deben ser retiradas del lugar por maquinarias especiales que se trasladan hasta la ciudad para levantar las estructuras y colocarlas en los camiones, que luego se dirigen a otros puntos de la provincia o provincias vecinas. A pesar ello, Jaime también se da lugar para las tareas que le solicitan los vecinos de la localidad y hasta la propia comuna. En este sentido, en el año en curso se inauguró una plaza cuyos juegos fueron realizados por Jaime, además sus trabajos en acero inoxidable se pueden ver en sedes de la Universidad de Río Negro y en empresas locales que han confiado en él para sus trabajos. Jaime no quiere resignar por nada la tranquilidad que le ofrece el pequeño pueblo a orillas de la Ruta 22. El sitio cuenta con menos de 2.000 habitantes, donde todos se conocen. No tiene banco, existen pocos comercios especializados, en su mayoría son almacenes y ramos generales. Recién hace algunos años pudo contar con una farmacia, con su primer medio de comunicación y con una oficina para que funcione la terminal de ómnibus, aunque aún en la actualidad muchos ómnibus de larga distancia paran sobre la ruta sin ingresar a la localidad, en la que Jaime y su familia se sienten a gusto y han encontrado su lugar en el mundo. Eso sí, su prestigio sigue intacto más allá de dónde viva.
Sergio Escalante sescalante@rionegro.com.ar
Coronel Belisle
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