El Festival de Jazz cerró de manera brillante

EL BOLSON (AEB)- La fuerza de los saxos, el ímpetu de los clarinetes, la potencia de las tubas fueron un argumento poderoso para disuadir a las tímidas nubes que amenazaban con «aguar» la última jornada de «El Bolsón Jazz Festival», el megaevento que se ha transformado en un atractivo del turismo cultural de la región. «La Banda Atómica» y su increible set de bronces, Valdo Delgado Trio y su propuesta de etno-jazz y el chileno Gonzalo Palma, despidieron un exitoso festival.

La gente aprendió pronto el circuito que debía recorrer: desde alguna esquina céntrica de El Bolsón, hasta La Bandurria Arte Bar y luego a Oveja Negra para disfrutar de las jam session. Luego de cuatro jornadas, las caras comenzaban a reconocerse, compartiendo el grato rituals.

Como en las ediciones anteriores, «El Bolsón Jazz Festival» no solo fue un encuentro con la música. También fue la excusa ideal para visitar la localidad en uno de los mejores momentos del año. Y miles de personas colmaron la feria artesanal durante los cuatro días.

¿El jazz debe ser ceremonioso y elitista?…si alguno piensa eso, seguro que está equivocado. Eso lo demostraron Hernán Lugano y Alejandro Franov cuando, como por arte de magia, hicieron aparecer dos acordeones a piano y se animaron a inventar nuevos sonidos. Incluso, tocaron chamamé, con un delicado arreglo jazzístico. Eso ocurrió en el pub Oveja Negra y los asistentes jamás podrán olvidar lo increíble de esa actuación.

Poco antes, Hernán Lugano (piano), junto a Ernesto Zeppa (batería) y Andrés Fuhr (contrabajo) habían ofrecido una de las presentaciones más sólidas del festival. La gente que colmó La Bandurria, ovacionó de pie al trío barilochense y obligó a tres bises lárgamente aplaudidos.

«La Banda Atómica» es un caso serio. La multitudinaria formación (son 21 músicos) ofrecen un poderoso set de vientos, donde se destacan los saxos y clarinetes. El grupo, que nació gracias a la inquietud de algunos científicos del Centro Atómico de Bariloche, amantes de la música, es un viejo conocido en la localidad, ya que participó de la Fiesta Nacional del Lúpulo 2001.

Con Gonzalo Palma y su formación, cerraba anoche la tercera edición del festival. El chileno participó en las jam session, haciendo lo que mejor sabe hacer: tocar el piano.