El Festival Audiovisual Bariloche regresa con cinco días a puro cine
Desde el 29 de septiembre hasta el 3 de octubre el FAB llega con una propuesta mixta, con proyecciones en salas y exhibiciones por streaming. Hay 73 producciones en competencia.
La carrera permanente por la diversificación que Bariloche busca desandar en busca de alternativas a su impronta turística no solo hace eje en las industrias limpias o el desarrollo tecnológico, también tiene otras patas relacionadas -por ejemplo- con la riqueza de la cultura regional.
En esa línea se inscribe el Festival Audiovisual Bariloche (FAB), que ya va por su novena edición y se convirtió en un clásico de la primavera que no se detuvo ni siquiera el año pasado, a pesar de que debió acotarse a las exhibiciones vía web para sortear las restricciones por la pandemia.
Este año vuelven las funciones presenciales (en realidad habrá un formato mixto, con cine en salas y por streaming) y el programa es de lo más tentador: 73 filmes en competencia en 11 secciones, con espacio para largometrajes nacionales (ficción y documental), el tradicional certamen “binacional” con producciones de la Patagonia argentina y chilena, videoclips, videominuto y directores “sub 21”, entre otros.
El FAB comenzará el miércoles próximo y la grilla garantiza cinco días a puro cine. Las películas se proyectarán en una de las salas del shopping Patagonia, en el teatro La Baita, la biblioteca Sarmiento y también habrá exhibiciones en Dina Huapi y Villa La Angostura. La premiación será el domingo 3, cuando los ganadores reciban las preciadas distinciones del festival y también los reconocimientos en dinero. Esta vez el festival distribuirá 1.600.000 pesos.
El director artístico del FAB, Diego Carriqueo, dijo que año tras año los sorprende el interés de los realizadores por participar, y esta vez no fue la excepción. “Tuvimos más de 600 inscripciones y nos pareció increíble -aseguró-.
Creíamos que iban a ser menos, porque venimos de un año de pandemia, pero se produjo mucho material audiovisual. De algún modo eso responde al objetivo del festival, que es hacer lugar y estimular las producciones regionales”.
Esa característica se consolidó con el interés generado desde un principio en los estudiantes de las carreras de cine de la Patagonia, que incluso tienen becas a disposición para concurrir al festival. Este año lo harán en forma remota pero el plan es recuperar esos encuentros presenciales para el año próximo.
Carriqueo dijo que el FAB es reconocido como referencia en Río Negro, las provincias vecinas e incluso en el sur de Chile, porque “no hay otro que tenga once secciones competitivas” y porque “es uno de los más grandes de los que están organizados por el Estado”, es decir que no dependen de iniciativas privadas.
Las proyecciones presenciales vuelven, como muchos esperaban, pero las películas también estarán en la plataforma cineindependiente.ar. Eso garantiza, dijo Carriqueo, que se puedan seguir desde cualquier lado, y es un plus que todos los festivales -pandemia mediante- incorporaron y mantienen.
La presentación oficial realizada el último martes con la presencia del secretario de Cultura de Río Negro, Ariel Ávalos, dejó en claro que la propuesta está orientada a movilizar energías y proyectos vinculados con el arte en general, que también abarcan la música y el teatro. “Para nosotros Cultura es trabajo”, dijo Ávalos.
La accesibilidad al público volverá a estar garantizada este año porque el ingreso a las salas será sin costo alguno, con un aforo estricto del 70%. La entrega de entradas se habilitará 30 minutos antes de cada función.
Carriqueo dijo que la gratuidad es un dato clave, porque “hoy una entrada al cine está en 500 ó 600 pesos. A una pareja la salidita le cuesta más de 1.000 y si comen algo ni hablar. Por eso el FAB también les ofrece una oportunidad única, con películas que a las que no se puede acceder en otros circuitos”.
Otro atractivo es el autocine, que volverá a funcionar en el playón de la estación de ferrocarril, donde se desarrollará un programa especial con películas de los festivales realizados en Jujuy y Salta.
También se incluyó en el programa una retrospectiva con las producciones ganadoras del año pasado, que nunca se pasaron en sala y que se podrán ver en la biblioteca Sarmiento.
“La frutilla”
Muchos trabajadores locales de la cultura pueden dar testimonio de lo que representa el FAB para ese colectivo, entre ellos la realizadora barilochense Natalia Cano, cuyo filme “Gigantes” resultó ganador el año pasado en la sección binacional de largometrajes documentales. “Es una cita única que tenemos todos los años -aseguró Cano-. Yo al FAB lo vi crecer, participé de la producción en años anteriores y creo que es una ventana muy importante, que hay que valorar”.
Cano estudió cine e historia, se radicó hace 23 años en Bariloche y “Gigantes”, su segundo largometraje, documenta el largo reclamo de la comunidad tehuelche/mapuche Sakamata Liempichun, asentada en el sur de Chubut, para lograr restitución de los restos de uno de sus antepasados. El esqueleto fue desenterrado y apropiado a fines del siglo XIX por el viajero francés Henri de la Vaulx y terminó en un museo de ese país, donde permanecen hasta hoy.
“No me la perdería por nada”, dijo la directora cuando le confirmaron que el FAB 2021 programó la exhibición de los ganadores del año anterior, que solo pudieron ser vistos por streaming. Cano dijo que la película todavía no fue estrenada en salas, solo recorrió una decena de festivales y cosechó cuatro premios.
Aseguró que el festival de Bariloche es un complemento indispensable para el desarrollo local de la producción audiovisual. Explicó que hay colegios secundarios con esa modalidad y también están las carreras del IUPA y de la UNRN, de modo que para esos estudiantes “tener acceso a clínicas, encontrarse con gente y poder ver tantas películas es la gloria, es la frutilla del postre para todo el esfuerzo anual”.
Agregó que también para los realizadores noveles “es lo mejor que puede pasarles para foguearse, para nutrirse y también para ganar premios, que es guita, y siempre viene bien”.
Un plus que nunca falta
Además de la exhibición de películas en competencia, que obliga a los fanáticos a delinear una hoja de ruta muy ajustada para ver “todo lo que se pueda”, el FAB mantendrá su grilla de talleres, clínicas y conversatorios para especialistas y estudiantes de cine.
Pero la interacción no se termina allí. También está previsto que en algunas funciones asistan los directores (como ocurrirá con Natalia Cano), quienes se prestan al diálogo posterior con los espectadores, en otra experiencia que es “marca de fábrica del festival” y que se había suprimido el año pasado.
Según Carriqueo, el perfil que construyeron a lo largo de las nueve ediciones terminó por configurar un carácter marcadamente regional. “El 70 u 80% de las películas es de contenido patagónico”, aseguró. Y los largometrajes “nacionales”, si bien este año en una gran mayoría previenen de la ciudad de Buenos Aires, “son de temática federal”.
Señaló que el FAB logró hacerse lugar en el mapa nacional de festivales con una identidad propia “que es muy valorada” y terminó siendo “una especie de faro” para la actividad audiovisual, incluso en el sur de Chile.
Dijo que en la preselección de largometrajes privilegian “las óperas primas y segundas obras” de directores noveles.
También subrayó que ponen especial cuidado en la paridad de género. “Entre las 70 películas debe haber un 50 y 50 entre directores hombres y mujeres, o muy cerca de eso”, afirmó el director del FAB.
Un espacio pensado para los chicos
El FAB siempre incluye alguna novedad. Esta vez será el turno del primer “Festivalito” de cine para niños, que tiene entidad independiente y se realizará como anticipo, este sábado y domingo.
Está previsto proyectar los largos “El libro de Lila” (Colombia) y “El gigante egoísta” (Argentina), además de un nutrido programa de cortometrajes, todo con entrada gratuita.
El programa incluye también un taller de animación, para chicos de 7 a 13 años, que se dictará mañana en la escuela de arte La Llave.
El objetivo de los organizadores del festival es brindar un espacio de encuentro en torno de las artes audiovisuales y además “fomentar la accesibilidad cultural en los sectores populares de Bariloche”.
Ya en el marco del FAB, habrá proyecciones de los trabajos del Festivalito para que puedan acceder grupos escolares, el miércoles a las 10 en el teatro La Baita.
Cinco días intensos y muchas opciones
El programa de actividades y proyecciones del FAB ya circula en internet y también pasa de mano en mano, entre quienes se ven en problemas para armar un itinerario que les permita ver lo indispensable, lo más tentador, sin privarse de lo raro y -en definitiva- lo que la intuición les dicte.
La proyección de los cortometrajes ganadores del FAB 2020 el miércoles a las 10 en la biblioteca Sarmiento y las películas del Festivalito infantil en La Baita, a la misma hora pondrán en marcha una sucesión de funciones que no dará respiro.
La grilla incluye actividades virtuales, como las enmarcadas en el laboratorio de guión (un imperdible del FAB), la presentación de proyectos en construcción (PEC) que bien podrían ser las películas que se exhiban en las ediciones próximas, y una oferta importante de conversatorios, workshop y presentaciones especiales.
Se destacan el taller de actuación frente a Cámara que brindará Ariadna Asturzzi (el viernes a las 10 en la UNRN) y el taller de creatividad que brindará a distancia Pedro Saborido para estudiantes de las escuelas audiovisuales de la Patagonia (el sábado a las 10).
Las proyecciones de las películas en competencia se concentrará en los cines del shopping, la biblioteca Sarmiento y el teatro La Baita, entre el miércoles y el sábado desde las 16 hasta la medianoche.
La competencia nacional de largos estará subdividida en dos secciones. En la de documentales participan “Algo se enciende” (de Luciana Gentinetta), “López” (de Ulises Rosell), “Canela” (de Cecilila del Valle) y “Cuando la primavera se escapa se libera del sueño” (de Eugenia Alonso y Josefina Pieres), todas de la ciudad de Buenos Aires.
En “ficción” se podrán ver “Las Motitos” (de Inés Barrionuevo y María Vidal, CABA), “Bahía Blanca” (de Rodrigo Caprotti, Tandil), “Hékate” (de Nadia Benedicto, CABA) y “Giro de ases” (de Sebastián Tabany, CABA). Además, habrá una gran variedad de propuestas en las secciones de cortometraje nacional, largo binacional (argentinos y chilenos), corto binacional, videominuto, videoclips, video danza, cortometrajes sub 21, proyectos en construcción y laboratorio de guión.
Habrá proyecciones en el cine Sunstar, en el teatro La Baita, en la biblioteca Sarmiento y también habrá exhibiciones en Dina Huapi y Villa La Angostura.
Dato
- 73
- producciones se presentarán este año en la competencia del Festival Audiovisual Bariloche, que tiene 11 categorías.
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