El enigma de la aeronave que adorna el aeropuerto de Neuquén

“Este avioncito tiene una historia que coincide con la del bombardeo de Plaza de Mayo de 1955, pero no participó allí”, dijo Juan Monzón, uno de los administrativos del Aeropuerto de Neuquén al que le gusta atesorar historias y relatos que rodean la actividad en el estación aérea Presidente Perón.

El ejemplar que está en el ingreso del aeropuerto es un Gloster Meteor, que fue el primer modelo de jet de combate fabricado en 1944.

En 1947 comenzaron a llegar al puerto de Buenos Aires por una compra que hizo el por entonces presidente Perón y creó el Regimiento Caza interceptores, con 6 aviones.

La flota de los Gloster llegó a tener 60 unidades. Según la página “Arqueología aeronáutica”, el avión que fue instalado en un pedestal en el ingreso del aeropuerto Perón, tiene una “identificación errónea”, con una patente que no le pertenece.

“Coincide con uno de los aviones que bombardeó la Plaza de Mayo en 1955, durante el gobierno de Perón, pero eso es ficticio. La aeronave que se puso acá vino de un desguace que quedó de la aviación, se lo arregló y está modificado: lo pintaron, le pusieron una matrícula, y luego alguien detectó que con esa identificación, fue uno de los Gloster que participó del bombardeo”, sostuvo Monzón.

Los registros de la publicación web dan cuenta que un buen grupo de los Gloster Meteor participaron del 16 de junio de 1955 del bombardeo de Plaza de Mayo; y que el 17 de mayo de 1959 se hizo un rematriculado total de las aeronaves con el cambio de identificación y de función de Interceptor a Caza.

Diez años después, unas 20 aeronaves que continuaban en servicio y remanentes fueron reagrupadas.

En diciembre de 1971 el avión fue dado de baja por superar el límite de horas de vuelo y se lo colocó en ese lugar pero con patente errónea, la C-093.

Para la diputada provincial Nanci Parrili, esa aeronave fue parte del ataque que causó 308 víctimas cuando la Marina soltó más de 2.500 kilos de explosivos en Plaza de Mayo. “Ese avión participó de la masacre”, sostuvo.

La historia quizás se encargará de dar luz sobre esta polémicas. Mientras tantos desde hace décadas los niños de todas las edades que en algún momento pasaron y pasan por el aeropuerto neuquino juegan haciendo rodas las ruedas del avión, miran azoarados en interior de las turbinas y se prestan a posar para la foto que pide mamá. Esa imagen que luego será enviada al familia como recuerdo.