El deterioro gana todos los rincones del Centro Cívico
A pesar del diagnóstico la municipalidad no logra avanzar en un plan de recuperación y un sistema de manejo de la postal más famosa de Bariloche, que lleva 77 años como símbolo del poder del Estado y como zona de servicios para el turismo.
Aunque parezca que tiene la impronta de Alejandro Bustillo, el arquitecto que, de la mano de su hermano Exequiel, hizo las grandes obras del Bariloche del siglo pasado, el Centro Cívico, postal ineludible de la ciudad, es fruto de la creación de Ernesto de Estrada. A 77 años de su inauguración el conjunto de edificios presenta alarmantes señales de deterioro y un uso intensivo como espacio público para la realización de fiestas, recitales, ferias de microemprendedores y de gastronomía, largadas de carreras de autos y, hasta 2016, la Semana de la Juventud.
Hace dos años el ministerio de Cultura de la Nación elaboró un diagnóstico sobre el Centro Cívico en el que destacó la decisión original de emplazarlo como una “U” de edificios públicos alrededor de una plaza seca, que funcionan como una “terraza hacia el lago”.
Un plan
El intendente Gustavo Gennuso quiere encarar un mejoramiento integral del complejo y con ese fin se contactó hace un año con la Comisión Nacional de Monumentos Históricos. La idea era elaborar un “plan de manejo” y luego encarar las obras necesarias.
Ese plan determinaría lo que se puede y lo que no se puede hacer en el Centro Cívico. La idea era establecer de qué modo se debe intervenir con las tareas de mantenimiento.
Ese Plan de Manejo también debería reformular los usos y poner límites para la instalación de ferias, globas y grandes escenarios, que suelen dañar las veredas y los jardines.
“Es el corazón de todas las emociones de la sociedad de Bariloche, tanto para los festejos como para las protestas”.
Martha Velaztiqui, de Patrimonio Municipal.
Quejas
Pero a finales del mes pasado el intendente Gustavo Gennuso hizo público su disgusto con la presidenta de la comisión nacional, Teresa Anchorena, por cerrar sistemáticamente las puertas a las iniciativas del municipio. Aquel buen clima dio paso a una relación congelada; mientras, los edificios sufren un visible abandono. “Les llevamos cinco proyectos para mejorar el Centro Cívico y los rechazaron todos -se quejó el intendente esta semana-. Nos dicen que antes tiene que estar aprobado el plan de manejo. Pero no hay ningún avance”.
Nación pide como codición que se unifiquen criterios entre Planeamiento Urbano, Tránsito, Parques y Jardines e incluso el departamento que se encarga de las luminarias y tendidos eléctricos.
Las características de una obra única
La personalidad de la obra
Los techos de pizarra negra con fuertes pendientes, las fachadas de piedra regional, los arcos y recovas, la torre con el reloj, los revestimientos en madera, los faroles, los jardines y la “personalidad del conjunto” se suman para convertir al Centro Cívico en uno de los símbolos más reconocibles de Bariloche.
Fue inaugurado en 1940, cuando contrastaba fuertemente con el resto del poblado, donde casi todas las casas eran de madera y no abundaban los grandes edificios. Con los años quedó constituido como un ícono arquitectónico y cultural. Su fotogenia lo transformó en una de las “marcas” de la ciudad.
La obra lleva la firma del arquitecto De Estrada, un reconocido urbanista que trabajó por encargo de Parques Nacionales. Su sello característico fue el empleo de materiales del lugar.
Actualmente funcionan en los edificios del Centro Cívico la intendencia municipal, el Concejo y el Tribunal de Contralor, el museo de la Patagonia, la biblioteca Sarmiento, la secretaría de Turismo y la subsecretaría de Cultura. Un ala entera está destinada a la policía provincial, que tiene allí su comisaría 2a, la Regional III y oras oficinas. Hasta no hace mucho también albergaba la vivienda familiar del comisario.
La polémca sin fin del monumento a Roca
En el centro de la plaza Expedicionarios del Desierto, la imagen ecuestre del general Julio Argentino Roca es motivo de polémicas que no nunca terminan en una solución.
No formó parte del conjunto arquitectónico original del Centro Cívico.
Bustillo pidió fondos a Julio Roca (hijo), que era vicepresidente de la Nación, para terminar la obra y, como atractivo, le propuso levantar la estatua de su padre.
La historia cuenta que esta inclusión fue clave para que los fondos se destrabaran.
Datos
- “Es el corazón de todas las emociones de la sociedad de Bariloche, tanto para los festejos como para las protestas”.
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