El criancero que se refugió en una cueva por el temporal: «Pensé que me buscaban a mí, pero iban a rescatar a unos turistas»
El último temporal de lluvia y nieve en el norte neuquino sorprendió a don Hernández de regreso con sus animales a las tierra de invernada. El fotógrafo y guardafauna Martín Muñoz lo encontró cuando se guarecía entre las piedras y trataba de hacer fuego para tomar unos mates, secar la ropa y veía pasar a los camionetas que buscaban a turistas atrapados. Aquí, sus imágenes y su relato.
Don Hernández tomó regreso a la invernada como es de costumbre en esta época el regreso de los crianceros a las zonas más bajas, pero en el camino lo sorprendió el temporal de esta semana.
La lluvia y la nieve no pararon por más de cuatro días. Él no pudo seguir y debió refugiarse primero por la zona de Manzano Amargo y después cerca de Ranquileo, debajo de una piedra con todas sus cosas mojadas y sus animales un poco dispersos, pero debió quedarse allí hasta que el tiempo lo dejara continuar.
Desde el destacamento policial de Varvarco se acercaron hasta su rial provisorio, donde manifiesta que tiene faltantes de alimento para él y sus caballos. Fue entonces que me acerqué, sabía lo difícil que la estaba pasando. Lo encontré debajo de una piedra tratando de hacer fuego para tomar unos mates y secar sus pertenencias.
Don Hernández cuenta que cuando subía hacia la veranada perdió su mular con sus cosas y que «ahora me tocó esto, no tuve otro lugar para quedarme». En sus charlas decía que veía pasar muchos vehículos para Manzano Amargo «pensé que me buscaban, pasaban por acá y nadie paró a preguntar si necesitaba algo. Después me enteré que todos iban a rescatar a unos turistas y a mi ni un palo de leña seco me traen, seguramente no les importaremos».
Siempre en las vueltas a la invernada los temporales sorprenden a quienes están haciendo su trabajo. Un trabajo que nos identifica culturalmente y veo que no lo estamos valorando ni haciendo nada por estas personas. Ojalá que en esta zona se hagan más refugios a los crianceros para estas ocasiones. Es inhumano pasar noches mojado debajo de una piedra y con temperaturas casi bajo cero, no tener leña ni abrigo seco y casi sin comida.
«Me quedaba hasta tarde de la noche con un pequeño fueguito y después que se apagaba hacía mi cama arriba, no tenía otro lugar seco y las 6 de la mañana me tenía que levantar por el frío y los animales se me iban a la huella, salía a buscarlos y nuevamente llegaba mojado», decía don Hernández.
Agradezco al destacamento policial Varvarco que le acercó pasto y otros víveres. Y si lo ven por la ruta que todavía va de viaje pregúntenle si necesita algo.
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