El celular al volante

El desarrollo tecnológico y la necesidad de estar constantemente en comunicación convierte al celular en el “cordón umbilical” que nos une y nos adentra en el entorno social.

La percepción de seguridad y protección que aporta un móvil es especialmente significativa en momentos de urgencia o de necesidad. Por eso, llevarlo en el vehículo permite en caso de avería, colisión, accidente, congestionamiento o cualquier otro tipo de urgencia transmitir información rápida y precisa, así como demandar la ayuda necesaria.

Sin embargo, la utilización del celular conduciendo genera un elevado riesgo de distracción evaluado en los siguientes datos:

* Tras un minuto y medio de hablar por el celular (incluso con manos libres) el conductor no percibe el 40 % de las señales, su velocidad media baja en el 12 %, el ritmo cardíaco se acelera bruscamente durante la llamada, y se tarda más en reaccionar.

* Algunos estudios comparan la peligrosidad con la conducción con exceso de alcohol

* Un alto porcentaje de conductores (entre un 30 % y un 50 %), no percibe este riesgo

Esto hace necesaria la sensibilización de los conductores en varias direcciones:

– Disuadir a los usuarios de llamar o contestar el celular mientras conduce

– Desistir de realizar una llamada a quien se sabe que va conduciendo

– Comprender que como peatones, abstraídos en la conversación también caminamos ajenos a los riesgos viales.

Dr. Eduardo Bertotti

Director ISEV

Buenos Aires


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