El Bolsón: este productor de 82 años reivindica aún más los beneficios del sauco
José Stengel, del emprendimiento Michay Co. S.A, habla de las creaciones que cada día se posicionan mejor en el mercado de los productos saludables.
En la última edición de Bariloche a la Carta, semanas atrás, en el sector de emprendedores de Río Negro que vendían sus productos al público en el Centro Cívico, un puesto venido de El Bolsón llamaba la atención por la cantidad de público que compraba y hacía preguntas sobre los beneficios para la salud de los frutos rojos de la comarca andina.
El que contestaba era José Stengel (82), propietario de Michay Co. S.A.
La verdad que valía la pena detenerse y escucharlo con verdadera atención. Su jovialidad y entusiasmo contagiaban ganas de saber más sobre la producción de dulces, jaleas, confituras, untables, frutas en conservas y caramelos que allí exhibía. Especialmente en el punto que refería a los efectos benéficos del sauco en las vías respiratorias.
Una charla posterior, más en profundidad, reveló que José es tercera generación del emprendimiento fundado por el inmigrante húngaro, Armando Miklos, en 1950. Que se dedica a elaborar y producir con la marca “Frutas del Sur” los efectos benéficos de la fruta propia de esta región patagónica: frambuesa, arándano, cassis, sauco, frutas del bosque, mosqueta, guinda, mora, maqui, grosella colorada, entre otros. A través de una particular y cuidada cosecha, poscosecha y elaboración de los productos ya mencionados abastecen al consumidor final en dietéticas, almacenes naturales como a instituciones e industrias, tanto de Río Negro y Neuquén como de Buenos Aires.
“Hacemos foco en la calidad final del producto y en la transmisión de los efectos benéficos de la fruta”, afirma José a este diario.
El principio
“En 1950 el doctor Armando Miklos comienza a producir en la primera fábrica de la Comarca Andina del Paralelo 42° sur. Frutandina SRL funcionó con cambios de propietarios hasta 1982 cuando me hago cargo de la empresa y luego se transforma en SA. En estos años se modificó la tenencia accionaria, se adoptó la marca Frutas del Sur y finalmente Michay Co SA se hace cargo de la producción y venta en 2010. Es una especie de sucesión y cambio generacional. No te olvides que tengo 82 años”, comenta José.
En 2011 el incendio del sector de frío y congelado casi los lleva a la quiebra pero se logró mantener el emprendimiento en funcionamiento.
“Aún así, los episodios, problemas y demás aspectos conflictivos que hemos tenido en los últimos años no nos quitaron el foco de nuestro objetivo que es transmitir lo bueno de la fruta al producto para que este sea benéfico para el consumidor”, añade.
“Esta filosofia se aplica para todos los productos… dulces clásicos regionales, dulces diétetico, dulces para diabéticos … el mismo Miklos, siendo diabético, elaboraba todo con recetas alemanas”.
José recuera que todas las frutas tienen vitaminas, minerales, fibras, antocianinas, unas más otras menos. Dicho esto, el primer aspecto que realza es que “estamos en una zona agroecológica limpia. Aquí, en la comarca andina, la mayoría de los productores adhieren al no uso de contaminantes ni de pesticidas”. El segundo aspecto es que vitaminas, minerales y antioxidantes van juntos. “Entonces, cuando se va trabajando con las frutas, se hace fuerza con aspectos de la mosqueta para que transmita la vitamina C, o del cassis por aroma y sabor y potasio y asi sucesivamente”.
Con el sauco, en particular, tienen gran aporte de antocianinas y antioxidantes.
“Estuvimos viendo su uso como colorante natural y de allí se fueron sumando ensayos. Trabajamos todas las frutas y sus particularidades. Y al sauco le tocó ser benpefico para las vías respiratorias. Muchos lo utilizan para evitar resfríos, por ejemplo”.
“Ni bien trajimos saucos de Austria años atrás comenzamos a efectuar trabajos sobre los productos para determinar su utilidad. Afortunadamente también hay saucos locales que también usamos. El clima es el adecuado y la planta florece y fructifica adecuadamente”, dice José.
Es así que fueron efectuando análisis del coulis sobre su estabilidad y vida útil; sobre su capacidad de absorción del radical oxígeno); sobre la capacidad antioxidante; colorimetría en lácteos y sobre su actividad antivirósica (este en coulis con azúcar y sin ella).
La experiencia más los resultados de los análisis les permiten ofrecer productos a distintos segmentos de los mercados. El sauco tiene uso como dulce, colorante y preventivo de resfríos. En este punto, José exhibe un origianl del informe del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires sobre la actividad antiviral del jarabe concentrado de sauco sin azúcar.
“En forma coloquial comento cuando me preguntan sobre certificaciones: nosotros compramos fruta en chacras donde hay pájaros porque donde hay pajaros hay bichos … y donde hay bichos no hay pesticidas”.
José enfatiza que si se separa moda de tendencia real, tarea nada simple, se encontrará que es real la busqueda de «lo natural» y seria la prevención a los agroquímicos y los procesos industriales.
“Nuestro enfoque de transmitir los efectos benéficos para la salud coincide con la tendencia mundial de la alimentación sana. Sano es que no intoxica, que es inocuo. Que aporta un beneficio especifico para la salud es otro aspecto…que con el sauco se va logrando hacer conocer. Ahora estamos con desarrollos de un «caramelo/dosis de sauco para los resfríos» y otos produtos más”, comparte este productor de El Bolsón.
En el contexto económico actual dominan las estrategias de superviviencia. Caso contrario, el destino es la desaparición del mercado. Por ello, además de estar enfocados en productos nuevos, en este emprendimiento Michay CO S.A. están por comenzar a usar otras tecnologias como el deshidratado y liofilización. “Las pruebas de secado por spray fueron muy auspiciosas y también es un camino a recorrer que incluye un cambio en la economía de escala que requiere volúmenes de fruta que actualmente no se producen en la zona. Futuro hay y hacia allá vamos”.
Les decía: José derrocha energía y vitalidad. No porque él tenga 82 años se debiera esperar otra cosa, noooooo. Pero su capacidad de invención personal es sorprendente. “En mi vida anterior estuvo en la industria química, sector que a nivel mundial se «reestructuró», eufemismo para describir quiebras, cierres, montañas de juicios…en todos los paíes y en Argentina también. Me tuve que reinventar y lo hice con Frutandina y lo tuve que hacer nuevamente cuando quedé como apoderado desarrollador y mis jóvenes socios como sucesores de esta marca. Gracias a ellos, mis socios, es que puedo dedicarme a difundir aún más lo que hacemos. En eso estoy y estamos, cambiando siempre”.
Ya está por asomar el sol por encima del Cerro Piltriquitrón, “nuestro guardián atador de nubes a sus cumbres”, dice José como un susurro. La vida, en este instante, le insufla más energía y lo pone a andar, una vez más.
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