El biólogo que busca que zorros, pumas y humanos puedan convivir
Es Andrés Novaro y estudia herramientas para que el sector ganadero no mate a la fauna nativa. Como científico del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén, advierte que la cantidad de perros cimarrones es un alto riesgo para todos.
“Buscar información y herramientas para que la fauna y la gente puedan coexistir ha sido el hilo conductor de mi carrera”, dice el biólogo Andrés Novaro, que desde hace 30 años adoptó a la Patagonia como su lugar en el mundo.
En diálogo con RÍO NEGRO el investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA/UNCo) y en la organización Wildlife Conservation Society (WCS Argentina) advierte que hay amenazas en aumento, como la falta de atención en la expansión de la población de los perros cimarrones. Tienen un efecto negativo sobre la fauna autóctona, la ganadería y la salud de la población humana.
Los estudios del científico Novaro se han centrado en la fauna mediana y grande. Colabora además con el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN). Estudió biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y luego obtuvo un doctorado en ecología y conservación de fauna silvestre en la Universidad de Florida en Estados Unidos.
P- ¿Hubo un hecho que lo marcó para ser biólogo?
R- Cuando era chico, siempre veía animales en problemas. Mi papá era fanático de traer animales lastimados a casa. Me atrapó la idea la ida de intentar curarlos y después soltarlos en el mismo lugar en el que se había sido encontrado. Y entonces creo que es lo que me hizo interesarme desde chico por la conservación de la fauna.
P- ¿Cuáles fueron sus primeros trabajos?
R- Durante la carrera trabajé en Salta con temas de fauna, en el Chaco Salteño. Ya al poco tiempo de recibirme de biólogo empecé a trabajar en Junín de los Andes, en provincia de Neuquén, y ahí me enamoré de la Patagonia. Hace ya más de 30 años que me hice neuquino. En 1987 empecé a trabajar con la gente del CEAN. Me empecé a quedar de forma permanente ya en el año 1992. El único intervalo fue cuando me fui a hacer los estudios de postgrados al exterior.
P- ¿Qué investigaciones ha realizado con la fauna?
R- Entre otros temas, estudio qué cosas se pueden hacer desde la producción ganadera para que la fauna nativa no sea demasiado afectada y que la actividad productiva pueda continuar e incluso mejorar. La gente mata a los zorros y a los pumas para proteger su producción. Entonces investigamos qué métodos funcionan para proteger esa fauna y que la gente no los mate. Estamos avanzando en el uso de luces y otros métodos para espantar a los carnívoros y que no se metan en los corrales del ganado.
P- ¿Hubo algo que lo sorprendió durante las investigaciones?
R-Hubo muchas sorpresas. Una es que cuando estábamos investigando los pumas en el norte de Neuquén, se estudiaba cómo se había ido recuperando en la zona de Auca Mahuida. Y la gente nos decía que el puma había llegado desde La Pampa. Nos preguntábamos cómo podían saber eso. Y se hizo un análisis genético de los pumas de la cordillera neuquina y los de La Pampa, y vimos que efectivamente los pumas de Auca Mahuida estaban más relacionados con los pumas de La Pampa que con los de la cordillera. O sea que la gente sabía cómo había ido recolonizando el puma y de qué lado habían venido los pumas recolonizadores. Lo que la gente se había dado cuenta en el boca a boca fue confirmado por los datos genéticos. Es decir, se puede tener una herramienta técnica, pero también la experiencia local de la gente puede aportar información valiosísima.
P-¿Cuáles los principales problemas que enfrentan los animales con los que ha trabajado?
R- Un problema es la relación con las actividades humanas. Que haya una ganadería sustentable es posiblemente el mayor desafío para la fauna, pero le siguen de cerca otras cosas. Las especies invasoras son un problema gravísimo, que en el caso de la Patagonia incluye a los perros cimarrones. Existen problemas también con los jabalíes, los ciervos colorados, y el visón, que causa muchos problemas en los cursos de agua.
P- ¿Qué otra actividad le preocupa a partir de sus estudios?
R- En Neuquén está también la interacción con la actividad hidrocarburífera. El otro gran problema está relacionado con el cambio climático. Por ejemplo, en el caso de Neuquén se predice que sufrirá mayor aridez. Todo eso a su vez interactúa con las otras amenazas presentes: ganadería no sustentable, especies invasoras y actividad hidrocarburífera manejada de manera poco mitigada.
P- ¿Vivió alguna decepción como científico?
R- Me preocupa bastante la extraccion de hidrocarburos por fracking porque creo que hay poca información sobre cómo afecta a la biodiversidad y tiene un montón de riesgos ambientales. No se esta planificando su mitigacion.
Me decepciona la falta de acciones por las especies invasoras como los perros cimarrones. Es un problema grave para la fauna, la ganadería y la salud humana. Hay registros crecientes de humanos muertos atacados en diversos países por jaurías de perros asilvestrados o cimarrones. Dañan la fauna y el ganado y es un problema que se está extendiendo por la Patagonia, y hay muy escasa reacción. Tendríamos que actuar a nivel del área de salud, de conservación, de ganadería, y la verdad estamos viendo poca atención por parte del Estado y de la sociedad.
P- ¿Y la mayor gratificación?
R- Ver cómo han innovado los crianceros en la Patagonia y están abiertos a incorporar herramientas como el tema de perros protectores del ganado o cambios en el sistema de pastoreo para proteger su ganado frente a depredadores. Las protecciones en los corrales para que sean impermeables a los depredadores.
P- ¿Qué se espera del Estado?
R-Más acciones de mitigación con respecto a los cuatro problemas principales: la ganadería hecha de manera no sustentable, los impactos de las especies invasoras, el cambio climático y planificar más lo del tema hidrocarburífero. En algunos casos se pueden evitar impactos y en otros mitigar como el caso del hidrocarburo. Ni siquiera se analiza el impacto en los pozos de extracción en forma integral.
“Estamos avanzando en el uso de luces y otros métodos para espantar a los carnívoros y que no se metan en los corrales del ganado”,
dijo Novaro
Uno de los proyectos en los que participó Andrés Novaro fue el de mitigación de los efectos de las picadas de exploración petrolera, en la zona de Auca Mahuida, Neuquén. Fue una iniciativa para reducir la caza furtiva de guanacos y choiques. Recibió el Whitley Award, la más alta distinción en Gran Bretaña para proyectos ambientales que en ese año otorgó 30.000 libras esterlinas.
“ En los quince años que pasaron de ese momento se monitoreó la población de guanaco en esa zona. Se sigue haciendo el seguimiento. Se logró una recuperación en la población gracias a que se cerraron las picadas y que la Provincia aumentó el contralor (el control de los guardafaunas)”, destacó Novaro. El proyecto contó con la participación de profesionales de Neuquén y Mendoza.
La iniciativa fue porque en Neuquén hay picadas petroleras que están en desuso, pero que quedaron abiertas. Eso posibilitaba que hubieran ingresos de cazadores furtivos en la zona de Auca Mahuida. “Propusimos trabajar con las petroleras y el Estado para cerrar los accesos que habían quedado abiertos. Con el premio se obtuvo un poco más de atención de las petroleras y el Estado y se logró que se cerrarán unas 400 picadas petroleras en 2006 y reforzaran 100 cierres en 2010 (para que los cazadores no pudieran ingresar). Era donde estaba la población de guanacos más grande de la provincia, que gracias a estas medidas está más protegida y ha aumentado. También se logró que haya mayor patrullaje de guardafauna”, contó. Sumó que también tuvieron el apoyo de los crianceros.
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