El aumento de las muertes por coronavirus y su impacto en el cementerio municipal de Bariloche

Las calles de Bariloche desde finales del año pasado recuperaron la normalidad. En el centro no hay espacios para estacionar y los locales comerciales y gastronómicos recuperaron hace rato el bullicio habitual. La impresión que se tiene al caminar por la ciudad es que la pandemia causada por el nuevo coronavirus desvela solo al personal que trabaja en el hospital Ramón Carrillo o los sanatorios.

Sin embargo, Bariloche tiene la mayor cantidad de víctimas a causa de la COVID-19. Los datos oficiales dicen que 219 personas murieron desde principios de junio del año pasado, cuando se informó el deceso del primer paciente, hasta la fecha. Pero 99 muertes ocurrieron este 2021.

Son familias que perdieron a sus seres queridos. Amigos que ya no se volverán a abrazar. Vecinos que no volverán a caminar las calles de esta ciudad.

El fuerte aumento de los decesos desde enero hasta la fecha obliga a los responsables del cementerio municipal a hacer espacio donde casi no hay para poner sepulturas. A familias a recurrir a cremaciones que no cubre ningún servicio de sepelio.

“Hay muchos fallecimientos por el tema del COVID, pero hay muchas familias que están optando por sepultar a sus seres queridos en el (cementerio privado) Valle del Descanso. O sea que está dividida la situación de los sepelios”, explicó el secretario de Servios Públicos, Eduardo Garza, que tiene bajo su órbita el cementerio municipal.

“Es real también que en el cementerio municipal hay poca capacidad de sepulturas bajo tierra que es lo que obligatoriamente tenemos que hacer por el tema del COVID”, informó.

“Pero tenemos una cantidad bastante de nichos, así que lo que estamos haciendo hoy es depositar en los nichos a los fallecidos por causas naturales o por enfermedades de otra índole y en sepulturas a todos los fallecidos por COVID”, explicó el funcionario municipal.

Aunque sostuvo que muchas familias están optando por el servicio de incineración y el sepelio o la utilización del otro cementerio que hay en la ciudad, pero que es privado.

Garza dijo que la cremación tiene un costo de 40 mil pesos. Fuentes de la CEB que presta el servicio de sepelio en la ciudad informaron que el valor rondaba los 30 mil pesos.

El secretario de Servicios Públicos estimó que el cementerio municipal recibió hasta el momento al 50 por ciento de las personas que murieron como consecuencia de la enfermedad, que transmite el nuevo coronavirus.

“Estamos inhumando restos de más de 20 años y de esa forma generamos espacio, pero ya no quedan muchos en tierra”, observó.

“Se tienen que dar varios factores: primero que no paguen, que tenga más de 20 años de antigüedad la sepultura y que no aparezca ningún familiar a pedir una prórroga”, aseveró.

“Hay varias circunstancias. Nosotros convocamos a un familiar que se acerque, notificamos, esperamos unos 15 o 20 días y si no aparece nadie, seguimos con el procedimiento”, afirmó Garza.

“Pero estamos viendo que con 20 años de antigüedad no es suficiente para hacer la exhumación”, explicó. “La verdad que es compleja la situación. Por eso, es que llegado el momento no vamos a tener más lugar indefectiblemente bajo tierra”, admitió.

Antes de la pandemia, la situación del cementerio municipal era complicada por la falta de espacio. Hoy, con la cantidad de personas que murieron en las semanas últimas el problema se agudizó. Y más aún para las familias que no tienen los recursos para pagar una incineración o no quieren por diversos motivos hacerlo, o tampoco desean recurrir al cementerio privado, que está ubicado a más de 10 kilómetros del área urbanizada.