El arte no se encierra, se multiplica y transforma

La cultura se mantiene muy activa y los artistas buscan los medios para enviar su mensaje a sus seguidores. Creadores de música, artes plásticas y literatura exploran nuevas formas en las redes sociales. Formatos que quizá llegaron para quedarse.

Recitales en vivo, campeonatos de escritura, presentaciones de libros vía correo electrónico o talleres virtuales son algunas de las iniciativas que se pusieron en marcha en estos días de cuarentena preventiva y obligatoria y mostraron nuevas maneras de alimentar el escenario cultural. Fenómenos que se van haciendo cotidianos y que analizan los especialistas Luciano Galup, Irina Sternik, Natalia Zuazo, Agustín Espada y Martín Becerra.

Sternik cuenta que mientras responde la entrevista escucha, de nuevo, el recital que Pedro Aznar ofreció en Facebook, que fue visto en vivo por 65.000 cuentas (pero muchas más personas) y apunta que el de Fito Páez tuvo 67 mil por Facebook y 27 mil por Instagram, más la retransmisión de canales y portales.

“Es un fenómeno emocionante y difícil de comprender. Ellos son, además de músicos, comunicadores sociales. Así lo comentó Pedro Aznar al decir que hubiera ido a buscar micrófonos a su depósito al estar exceptuado como comunicador social pero prefirió quedarse en su casa. Además de ellos, hay muchos otros y otras que con pocos o muchos seguidores están manteniendo algún tipo de contacto cultural con su público, no sólo para pasar el tiempo, sino para explorar nuevas formas dentro de los que nos toca”, reflexiona.

La cultura se adapta, lo hizo siempre además, a las condiciones y restricciones del entorno”

Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información e investigador principal de Conicet

Galup, autor de “Big data & Política”, considera que las redes permiten que artistas y productos culturales circulen, ya que la voluntad es liberar contenido para que la gente pueda quedarse en su casa con actividades culturales. “También pasa que gran parte de la industria cultural está frenada porque no se puedan hacer cosas en el mundo físico así que hacer shows es mantener algo de la maquinaria cultural y se intenta hacer eso para brindar objetos culturales a la ciudadanía y garantizarte la subsistencia presente o futura”, acotó.

“Creo que hay ahí un tema interesante para pensar que es que se pueden hacer recitales en formatos novedosos y hay un aprendizaje lateral, chiquito que es que ese tipo de transmisiones pueden tener una vida posterior a la cuarentena”, explica.

“Gran parte de la industria cultural está frenada porque no se puedan hacer cosas en el mundo físico así que hacer shows (one line) es mantener algo de la maquinaria cultural”

Luciano Galup, autor de “Big data & Política”

Para Zuazo estas iniciativas “les sirven a los que quieren participar del recital, del concurso como al artista, al tallerista pero que si no sirven en este momento también está bien” porque “las redes sociales en gran parte son un alimento de consumo y del capitalismo entonces no todo lo que esta allí hay que consumirlo obligatoriamente”.

“Está bueno que no sea una oferta que se nos impone y pensemos que la tenemos que tomar necesariamente porque está ahí y estamos encerrados. Podemos tomarla o no, está ahí simplemente”, expresa la autora de los libros “Los dueños de internet: Cómo nos dominan los gigantes de la tecnología y qué hacer para cambiarlo.

Para Sternik estas iniciativas son “una de las mejores consecuencias que nos deja el encierro, la cercanía con otros antes impensada”.

El escritor Guillermo Martínez propuso en Twitter una «simultánea de cuentos».

Para el investigador y becario de Conicet Agustín Espada, el consumo de variantes de entretenimiento se da “principalmente en el televisor como aparato, ya sea series o la televisión tradicional” y en el teléfono “para estar mucho más conectados de lo que ya estábamos a través de redes sociales. Hay una explosión de lo que tiene que ver con las transmisiones en vivo, sobre todo en redes sociales, Facebook, YouTube, Instagram”, lo que para él “va a marcar algún tipo de cambio a futuro en las formas de negocio de esas industrias”.

“La cultura se adapta, lo hizo siempre además, a las condiciones y restricciones del entorno”, explicó Becerra, doctor en Ciencias de la Información e investigador principal de Conicet, quien valoró los conciertos por internet tanto de artistas “del star system” como de aquellos “artistas de a pie” que descubren “nuevas estrategias de vinculación con sus públicos”.

Tanto Becerra como Espada destacaron también la creciente oferta teatral a través del streaming (con experiencias como las de Timbre4, El Extranjero, Teatro Colón o el Nacional Cervantes, entre otros), capaz de convocar a cientos de miles en la transmisión en vivo o grabada de una obra.

“Es muy interesante también lo que están haciendo algunas iglesias con sus ceremonias a través de YouTube”, completó Espada, en referencia a otra de las actividades sociales humanas que encuentra un intersticio por el cual filtrarse hacia el universo online.

Télam


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