El ancla que no fue
Es necesario restaurar la credibilidad con un amplio consenso político sobre el rumbo económico y alcanzar un acuerdo con el FMI.
Con la normalización de la actividad económica y la demanda de dinero tras la etapa de restricciones más estrictas, el impacto rezagado del financiamiento monetario del déficit y la suba de precios internacionales, la inflación local se aceleró sustancialmente: pasó de promediar 3,1% en el segundo semestre de 2020 al 4,1% -con un máximo del 4,8% en marzo- en los primeros cuatro meses de este año. Ante el temprano desvío respecto de la meta oficial (29%) y los peligros de un mayor deterioro del poder de compra ante la aceleración inflacionaria en un contexto de año electoral, el Banco Central respondió modificando su estrategia cambiaria y transformó al tipo de cambio oficial en la principal ancla nominal de la economía para intentar contener la escalada de los precios.
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