El alambrado del Rincón Club de Campo sigue impidiendo el paso
Hace dos meses se firmó el acuerdo para que el country libere la costa del río Neuquén. No hay avances. Aseguran que las obras comenzarán pronto. Ocupar tierras ribereñas con la venia del Estado o con acuerdos “beneficiosos para pocos” es una costumbre que se repite desde hace años en la ciudad.
A dos meses de firmarse el acuerdo para que el barrio privado Rincón Club de Campo libere unos 1.600 metros de costa sobre el río Neuquén, el famoso alambrado sigue cortando el paso público. Desde diciembre los vecinos y turistas pueden disfrutar el Paseo Agreste que bordea el barrio Rincón de Emilio, una zona de tupida vegetación y aguas caudalosas.
Sin embargo a 100 metros de allí un cerco de alambre y un portón siguen cortando el recorrido como lo viene haciendo desde hace décadas.
Cuando a fines del año pasado el municipio firmaba un acuerdo con el country para liberar la costa del río, se encendió una pequeña luz de esperanza, pero las dudas y sospechas continuaron dando vueltas. El pacto fue que el barrio privado libere la costa a cambio de quedarse con las ocho hectáreas de un área natural protegida que usurpó para extender su cancha de golf federada. “Logramos que liberen al costa, después deberemos seguir peleando para que restituyan las tierras que ahora ocupan legalmente porque se las entregó el municipio por 20 años”, dijo Federico Sánchez, de la comisión vecinal de Rincón de Emilio. Pero hasta ahora nada cambió. El Rincón Club continúa siendo “el dueño” prepotente de la costa del río.
Desde el municipio, explicaron que se está cumpliendo el plazo de 6 meses que se dispuso en el acuerdo para comenzar las obras del paseo costero y el country retire el alambrado.
“La próxima semana se terminará el proyecto ejecutivo y se armarán los pliegos para licitar las obras”, explicó el secretario de Obras Públicas del municipio, Alejandro Nicola.
El funcionario mencionó además que mientras las obras estén ejecutándose y hasta que finalicen “habrá que mantener la zona cercada. El alambrado seguirá hasta que se termine el nuevo tramo de paseo costero y el barrio haga su nuevo cerco perimetral”. Este tramo comienza en el Parque del Este, pasa por el barrio privado Bocahue que también deberá liberar la costa y finalmente se conecta con el Paseo Agreste.
Nicola agregó que los parques del Este y Agreste estarán conectados, con bicisendas, peatonales y calles, antes del aniversario de la ciudad capital, que se celebra el 12 de septiembre.
Desde la multisectorial Bardas Norte, organización que pelea por la restitución de las tierras ocupadas por los barrios privados, insistieron en lo que vienen manifestando desde hace tiempo: el Rincón Club de Campo no tiene ni tuvo interés en liberar la costa y menos resignar su cancha de golf para devolver las hectáreas que ocupa.
“El convenio dice que el country tiene 60 días para construir una medianera y liberar la costa. Vencido ese plazo, la municipalidad tiene el derecho de ejecutar la obra y luego cobrarle el costo al barrio. Era de esperar que Rincón Club no hiciera nada hasta ahora. Tampoco hay muchas certezas de que luego le pagará al municipio”, comentó Rubén Gómez, integrante de la Multisectorial Bardas Norte.
Más allá de las dudas por un lado y las promesas por otro, el acuerdo firmado entre el barrio privado y el municipio afianza un precedente peligroso que viene instalándose en la ciudad hace años. (Ver aparte).
El barrio devuelve 1.600 metros lineales, pero se queda con ocho hectáreas. En la asamblea de socios del Rincón en la que se aprobó el convenio, consideraron que la propuesta “era lo más conveniente”. Y claro que lo es, para ellos, no para todos.
El mensaje hacia afuera es lo que preocupa. Si se trata de ciudadanos con poder social, político y económico estas cosas pasan. Mientras tanto el resto de los vecinos se tiene que acostumbrar a no poder ingresar, pasar y disfrutar de tierras públicas porque los “poderosos” se arrobaron el derecho de propiedad.
“El convenio dice que el barrio tiene 60 días para liberar la costa. Si no lo hace el municipio puede ejecutar la obra y luego cobrársela”.
Rubén Gómez, integrante de la Multisectorial Bardas Norte.
Un proyecto que bordea la ciudad, a la vera de los ríos
Los 1.600 metros lineales que deberá liberar el Rincón Club de Campo forma parte de un proyecto que pretende rodear la ciudad, a la vera de los ríos Neuquén y Limay, conectando la zona del norte con los balnearios del Limay hasta llegar al puente de Las Perlas.
La joya de este proyecto será sin duda la confluencia donde los dos cursos de agua se unen para formar el río Negro.
En ese sector el municipio ya finalizó las obras de asfalto hasta calle Obrero Argentino. “En abril estaremos avanzando con la calle, la bicisenda y un sendero peatonal. Vamos a licitar mil metros más hacia el este”, explicó el secretario de Obras Públicas del municipio, Alejandro Nicola.
En ese sector se prevé que el tránsito vehicular solo llegue hasta metros antes de ingresar al bosque de la confluencia. El resto del recorrido se realizará caminando o en bicicleta. Lo mismo sucederá en otros sectores del recorrido del paseo costero, sobre todo sobre el río Neuquén.
Además, se piensa que algunos lugares mantendrán sus características naturales, tal como sucede en el Parque Agreste.
Al inicio de la temporada de verano, el municipio habilitó una nueva zona balnearia con presencia de guardavidas y policía en calle Solalique al fondo. Allí se están construyendo veredas y cordón cuenta. El pavimento de la calle está previsto para una etapa a futura.
Desde Solalique, bordeando la costa del Limay ya se puede acceder al balneario Valentina, aunque aún faltan obras de infraestructura.
“En cada sector y dependiendo de distintos factores, vamos avanzando con obras en función del presupuesto que se dispone para cada etapa”, agregó el secretario de Obras Públicas.
En números
- 3.000
- metros lineales de paseo costero habrá sobre el río Neuquén, desde el Parque del Este hasta el Agreste.
- 1.600
- metros tendrá la costanera pública que hoy ocupa el barrio privado. Habrá sendas peatonales y bicisendas.
Tomar la costa, una costumbre de larga data en la capital
La historia sobre la ocupación de costas de ríos no es reciente en la ciudad de Neuquén. Fueron décadas de avances de privados sobre los caminos de sirga. Algunos por prepotencia y mirada ciega de los gobiernos y otros por acuerdos desconocidos o poco claros que beneficiaban a quienes tenían el poder de negociar los privilegios.
Y cuando se tomó la decisión de recuperar para todos los neuquinos las tierras ribereñas, las negociaciones generaron sospechas y cuestionamientos. Y había fundamentos. Como caso testigo se puede mencionar el derrumbe del famoso “paredón de los Álvarez” en el Río Grande y anteriormente el acuerdo con la familia Menéndez para ampliar ese balneario.
Si bien es cierto que todo se hizo de acuerdo a lo que disponía la ordenanza 10.010, los propietarios de esas tierras negociaron ceder parte de los terrenos a cambio de una ventaja a libre disponibilidad. Cuando quieran, pueden en sus lotes desarrollar emprendimientos inmobiliarios como los que ya tiene el Paseo de la Costa. Y hay muchos casos más.
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