El 35 y el 27% salen del mismo bolsillo
Un 35% de suba en el transporte interurbano y un 27% en el taxi, son dos golpes duros para el bolsillo de los usuarios de la región. Son los mismos que cada día sienten ese fenómeno en el supermercado, en los repuestos de los vehículos, en la farmacia. Porque el congelamiento de precios no abarca ni todos los productos ni todos los precios. Pero si este contexto es complejo, cuando el Gobierno anuncie el descongelamiento de los combustibles, que se terminaba ahora en diciembre pero que finalmente se postergó, implicará eventualmente el tiempo de un nuevo aumento.
Y no es que la suba del transporte salva al transporte ni la suba de la tarifa del taxi salva a los taxistas. Todos, incluidos los consumidores, buscan salvarse y gambetearle a los efectos de la inflación que lima el poder adquisitivo.
Los sueldos del trabajador no cambian al mismo ritmo inflacionario, pero tampoco el taxista tiene mucho margen para sostener tarifas por largo tiempo. Y aunque no suban los combustibles, sí lo hacen los neumáticos, los repuestos, los accesorios, el aceite e infinidad de componentes de un vehículo. Una cubierta de un auto parte de los 17 mil pesos, de modo que para amortizar solo ese componente debieran hacer unos cuantos viajes.
La inflación no le conviene a nadie, afecta a todos por igual, a las empresas, al transporte, a los trabajadores, pero como el trabajador es el que tiene menos espalda para sortear una crisis, es el primero que lo siente. Para colmo, si arregla una recomposición acorde a la inflación, la terminará cobrando varios meses después.
Y para colmo la pandemia que dejó el tendal en materia económica. Casi dos años de parálisis fue mucho tiempo para sostener actividades como las del transporte que viajó vacío por largo tiempo o la de los taxis que estuvieron sin moverse.
Ni el 35 ni el 27 salvan a nadie, aunque a la hora de pagar, tanto el 35 como el 27 siempre salen del mismo bolsillo.
Comentarios