El árbol de Judea
Raíces dóciles, hermosa floración y libre de plagas.
El Jardín de Casa
Ya se ven ejemplares en las veredas de varias ciudades del Alto Valle, pero la información es escasa, lo que atenta contra la expansión de este muy interesante árbol de calle. Pero antes hagamos un poco de historia. Su nombre técnico es Cercis siliquastrum y el nombre común tiene dos acepciones. Originario del Mediterráneo, la leyenda dice que de sus ramas se ahorcó Judas Iscariote, que sus hojas redondeadas simbolizan las monedas de plata que recibió por su traición y que el color de sus flores son la vergüenza que sintió. La otra es más “terrenal” y se derivaría del francés “Arbre de Judée” (“árbol de Judea”), país donde llegó en la época de las Cruzadas. Otro de los nombres que recibe es “árbol del amor”, por la forma acorazonada de sus hojas y el color rosado de sus flores. Es muy interesante para las veredas, porque sus raíces no son agresivas y se las arreglan con cualquier espacio asignado, pero es importante plantar árboles jóvenes y siempre con pan de tierra, porque sufren el trasplante. Prefiere sitios soleados y con buen drenaje, aunque se banca la media sombra. Es resistente a períodos de sequía y prácticamente inmune a plagas y enfermedades, al menos en los que he observado en nuestra región. Es pariente de las leguminosas, aunque no está del todo claro si tienen también la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo, como la mayoría de esta amplia familia. Sin poda, sus ramas se extienden y por su propio peso se arquean, con lo que adoptan una posición cercana a una sombrilla. He observado árboles podados que han reaccionado bien, pero la pregunta es para qué gastar tiempo y dinero si no la necesitan. Por otro lado, por el hecho de que sus flores se producen en profusión bien temprano en la primavera, antes de la aparición del follaje e incluso sobre troncos y ramas viejas, toda poda las elimina y reduce su natural belleza. Como puntos negativos, destaco el hecho de que conserva sus vainas (chauchas) largo tiempo en el árbol, lo que no sólo le da un aspecto desprolijo sino que suenan débilmente con el viento. Además, en la etapa juvenil debe ser conducido como arbolito mediante eliminación de las ramas que hagan competencia al troncocentral y la supresión de los brotes desde el suelo, ya que tiende a crecer mejor como arbusto. A los diez años y permitiendo que sus ramas se arqueen, alcanza entre 8 a 12 metros de alto. La plantación es de 3 a 4 metros entre sí. Cercis siliquastrum alba es una variedad de flor blanca. Cersis canadensis es una especie parecida pero originaria de América del Norte y su variedad “Forest Pansy” tiene hojas delgadas de color borravino.
Teodorico Hildebrandt eljardin@rionegro.com.ar
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