Participación y prudencia
Los argentinos concurriremos hoy a votar para elegir al próximo presidente de la república y parte del futuro Congreso, en medio de una profunda crisis económica y en un marco de gran incertidumbre sobre el futuro del país, gane quien gane. A diferencia de otros turnos electorales, los principales analistas y encuestadores no perciben un clima de expectativas positivas, sino más bien desorientación y pesimismo tras una campaña bastante negativa y escasa de propuestas a futuro.
Quizás la sucesión de elecciones provinciales escalonadas, las primarias, este primer turno y un probable balotaje haya hecho que desde hace más de un año estemos en clima de campaña permanente y eso genere cierto cansancio en el electorado. Pero sin dudas ha sido el proceso de aceleración inflacionaria y el estancamiento económico de varios años el que ha producido el mayor desgaste en el ánimo de la mayoría de la población.
Las encuestas y estudios de “focus group” realizados por consultoras para analizar el clima social reflejan que hoy los sentimientos negativos son abrumadoramente mayoritarios. Casi un 75% de los argentinos tiene problemas para dormir, dice la Facultad de Psicología de la UBA y la mitad confiesa que “ya se levanta cansado” a la mañana según el estudio de calidad de vida de la fundación Colsecor. Las encuestas relevan como predominantes la bronca, el desencanto con la política y la incertidumbre con el rumbo que lleva el país. En un contexto económico y social que parece degradarse aceleradamente crecen el miedo, el estrés y la impotencia, la sensación de que “todo empeora” y se vive “día a día”, aseguran estudios focales.
Estos sentimientos acompañarán a quienes acudan hoy al cuarto oscuro, aunque nadie sabe si beneficiarán o perjudicarán a un candidato en particular, porque el desencanto es generalizado. Como señaló el politólogo Carlos Fara, a falta de alguien que entusiasme pareciera que esta elección “terminará siendo la del que parezca menos malo”, una tendencia no sólo argentina sino de la política mundial.
Una de las mayores incertidumbres de hoy es cuántos de los 35.894.334 argentinos habilitados irán a votar. La participación en las Elecciones PASO de agosto fue del 69%, la más baja desde el retorno a la democracia en 1983. Se espera que, como muestra la tendencia general, esta cifra aumente cerca de un 5-7 %, quienes probablemente sean definitorios en la elección. Son los menos politizados y difíciles de medir, ya que son muy reacios a responder encuestas.
Y si la campaña electoral era una oportunidad para ilustrar a estos votantes y entusiasmarlos con alguna narrativa de futuro, no pareciera haber sido bien aprovechada por la mayoría de los candidatos, porque nuevamente las estrategias estuvieron marcadas por promesas vagas, ataques personales y apelaciones a las emociones más negativas. El tramo final de la campaña transcurrió en medio de una corrida cambiaria y de precios, acelerada por declaraciones irresponsables y polémicas decisiones en busca de un golpe de efecto de última hora.
Es lógico que la larga crisis nuble la expectativa de futuro de la población, más concentrada en sortear los problemas cotidianos que en planificar el mañana. La paradoja es que, contra el pesimismo reinante, el contexto económico inmediato ofrece oportunidades favorables a la Argentina, como el superávit energético e ingresos extras por exportaciones tras el fin de la sequía, que podrían favorecer una rápida recuperación en 2024, si se estabiliza la macroeconomía y cambian las expectativas. El futuro Congreso, que sí se define hoy, muy probablemente no deje mayoría claras y obligará a consensos importantes para aprovechar la oportunidad.
Hoy los argentinos harán valer el derecho cívico a definir su futuro y se esperan sorpresas. Haya definición en primera vuelta o balotaje, es deseable un comportamiento democrático y responsable de todos los candidatos y fuerzas, dado el clima de incertidumbre y tensión política y económica en el que ha transcurrido buena parte de este proceso electoral, que podría extenderse otro mes, con todo lo que ello implica.
Comentarios