Paritarias 2024
El Gobierno Nacional anunció sobre el cierre de la semana haber alcanzado, por primera vez en 12 años, un mes con superávit financiero. “El déficit cero no se negocia”, fue el latiguillo del ministro de Economía, Luis Caputo. En la previa el vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó la eliminación de fondos fiduciarios, que sostenían distintas actividades en el interior del país, por un monto de 2.000 millones de dólares.
No gastar más dinero del que se recauda es la consigna para el recorte de gastos que sigue aplicando, tal como lo había anunciado, el presidente Javier Milei. Fue él mismo quien destacó en sus redes sociales una nota periodística donde se comentaba que las familias que tienen dólares ahorrados comienzan a venderlos para poder cubrir sus gastos.
El cuadro, que empieza a mostrar signos de recesión, no es excluyente para el sector público. El privado también empieza a padecer la retracción del consumo, pero con precios que siguen creciendo sin techo: la inflación de enero estuvo por encima del 20% y el presidente advirtió que los próximos dos meses serán los más complejos.
Ese es el contexto en el que se deberán negociar salarios en marzo y abril cuando se abran la mayoría de las paritarias. El primer testigo será la discusión salarial docente que buscará acordar un inicio de clases sin paros, algo que asoma muy complejo.
En las provincias, por ejemplo, en Neuquén los gremios ya marcaron su posición: quieren mantener un esquema de actualización por inflación que en los últimos años les garantizó excelentes resultados. A tal punto que los sueldos estatales se convirtieron en uno de los más competitivos después de la potente industria petrolera, con faro en Vaca Muerta.
El gobernador Rolando Figueroa heredada un acuerdo que tiene seis años y que solo una vez fue apenas pospuesto, en medio de los peores meses de la pandemia. Además, es un acuerdo que incluye, en un impulso electoralista del exgobernador Omar Gutiérrez, una quita anticipada del Impuesto a las Ganancias, que se cubre, al igual que los haberes del sector, con la recaudación del Estado sobre los impuestos que pagan los neuquinos.
Figueroa no dio ninguna señal de avanzar con el tema de Ganancias, quita que se mantiene vigente en todo el país, porque fue uno de los gobernadores que apoyó que se mantenga sin cambios cuando se discutió en la Ley Ómnibus. Pero su gobierno sí está dando señales de querer sacar al Estado de un acuerdo donde la mayor parte de lo recaudado se lo lleva la masa salarial, sin dejar fondos para obras o infraestructura, el punto débil de los últimos 16 años de las gestiones neuquinas.
La realidad pública provincial es ciertamente privilegiada al mantener sueldos con alto poder adquisitivo en medio de la tormenta inflacionaria de los últimos años. Los dirigentes gremiales han conseguido un fuerte apoyo por sostener este acuerdo y porque nunca permitieron discutir si el esfuerzo que se hace con los fondos públicos reportó en un servicio de mayor calidad.
Figueroa viene mostrando esfuerzos por racionalizar el gasto estatal, pero habrá que ver si tiene el apoyo político necesario para ajustar el acuerdo salarial a los nuevos tiempos y darle a la provincia algo más que buenos sueldos estatales.
El espejo lo tiene en la gestión de Alberto Weretilneck, el rionegrino consiguió el visto bueno de los gremios para avanzar inicialmente con un acuerdo de sumas fijas, al exponer la realidad de las cuentas provinciales y el recorte de los envíos nacionales. Fueron varias las paritarias que acordaron, transitoriamente, sumas fijas o porcentajes para atenuar la disparada inflacionaria de los últimos meses mientras se preparan para discusiones más duras.
Es probable que se inicie un período de conflictividad porque, como se dice popularmente, los precios viajan en avión mientras que los sueldos van en bicicleta. El último mensaje de Milei fue claro, no llevó propuesta alguna de aumento al consejo nacional del salario y mantiene el salario mínimo congelado en 156 mil pesos.
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