El colapso educativo

Los resultados de las pruebas Aprender, aplicadas en 2021 a alumnos de sexto grado de todo el país, confirmaron los catastróficos efectos de la pandemia y el deterioro social en los aprendizajes de los niños, algo que parece no conmover a la mayoría de la dirigencia política, enfrascada en debates electorales y más preocupada en señalar culpables que en aportar soluciones.

Un reporte del Banco Mundial alertó esta semana que los saberes básicos en toda Latinoamérica retrocedieron una década y advirtió que “existe el riesgo de que se pierda una generación completa de estudiantes” si los gobiernos no toman medidas urgentes para mantener a los niños en las escuelas y recuperar aprendizajes.

En nuestro país, las Aprender confirmaron que los casi dos años con escuelas cerradas y deficiente enseñanza virtual triplicaron la cantidad de alumnos por debajo de los conocimientos básicos en Lengua: el 44% tuvo dificultades para comprender un texto simple.

Los cambios en Matemáticas fueron menos notables, pero confirmaron los niveles críticos del 2018: más del 45% falló en operaciones sencillas. La situación se agrava si se analiza por nivel socioeconómico, ya que en los sectores más pobres, más del 70% los chicos no consiguieron niveles aceptables en Lengua y Matemáticas. Se confirmó la creciente desigualdad entre quienes asisten a sistemas públicos y privados, con mejores desempeños. Y también entre provincias, donde Neuquén estuvo por debajo del promedio y Río Negro adelantó resultados “más positivos”, sin dar cifras.

El ministro de Educación admitió que la pandemia agravó problemas “que venían de antes”, pero los limitó a “los 4 años de desinversión educativa de Macri” y estimó que reparar la pérdida de aprendizajes llevará “entre 3 y 5 años”. Entre las tareas a realizar mencionó mejorar las condiciones sociales de los chicos, aumentar días y horas de clases, entregar 8,2 millones de libros a estudiantes, ampliar el acceso al nivel inicial y planes de capacitación docente. Por ahora son promesas que tardarán en implementarse, como la hora extra escolar anunciada en abril y que sólo un distrito comenzó a aplicar.

Distintas pruebas señalan que los desempeños escolares de nuestro país no mejoran significativamente desde el año 2000, a diferencia de Chile, Bolivia, Brasil, Perú y Uruguay. Los anuncios oficiales apuntan al mediano plazo, pero no dan soluciones a la emergencia que viven hoy alumnos de primaria y secundaria. ¿Habrá medidas concretas para detectar y acompañar a los chicos con déficits de aprendizaje y elevado riesgo de abandono? ¿O se seguirá con el facilismo de la promoción automática, como en Formosa?

Un ejemplo interesante lo da Mendoza, el primer distrito en abrir las aulas en pandemia y que luego aplicó una estrategia de seguimiento de trayectorias de cada alumno mediante un sistema de gestión digital, articulada con los municipios y Acción Social, y una “promoción acompañada” que permitió que la mayoría recuperara saberes perdidos en 2020. Lograron resultados superiores al promedio en las Aprender y niveles más bajos de deserción y repitencia. Sin ser una panacea, revela al menos la intención de recuperar el nivel educativo, mientras en el plano nacional el principal debate no es hoy sobre los pobres resultados de las Aprender sino sobre el uso o no del lenguaje inclusivo en las aulas, con meros fines electoralistas.

Revertir más de 20 años de decadencia educativa requiere que la dirigencia y toda la sociedad tomen conciencia de la urgencia de políticas de Estado para mejorar la infraestructura escolar, jerarquizar la formación y la profesión docente, masificar la conectividad y el acceso a la tecnología y cambiar los sistemas de aprendizaje (sobre todo en lectura, escritura y pensamiento lógico-matemático), para que la escuela recupere su rol central: dar educación de calidad.

Lo otro es mantener una ficción educativa, que deja a los chicos en las escuelas “como si aprendieran” y perpetúa desigualdades de origen en lugar de ser una herramienta de mejora social, como fue históricamente en nuestro país.


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