Tras acordar con Sandra Pettovello, la UCA corrigió a la baja su estimación de pobreza

Hace doce días la institución había anunciado que la pobreza en el 3er trimestre fue de 46,8%. Luego de un acuerdo firmado el martes con el Ministerio de Capital Humano, decidió sorprendentemente reducir su estimación un 7,9% para el mismo periodo y ubicarla en 38,9%.

Polémica. Las estimaciones acerca de la incidencia de la pobreza, una vez más en el centro de la escena.

Un sorprendente giro en las estimaciones de la UCA, abrió un sin número de suspicacias.
La institución acaba de firmar un acuerdo con el Ministerio de Capital Humano de la Nación, y dos días después hizo una fuerte corrección a la baja de su estimación de pobreza para el tercer trimestre de este año, la cuál hoy ubica en el 38,9%.


La polémica en torno a las estadísticas es recurrente en la historia reciente. Una y otra vez y sin importar quien sea el mandatario que ocasionalmente ostente el poder, los pobres siempre son los convidados de piedra.
Números vergonzantes que desnudan la crueldad de un programa económico, y dejan a la vista el lado más oscuro de la política, el de la postergación.


Sucedió en 2013, cuando las mediciones del Indec mostraban a un gobierno progresista multiplicando la desigualdad, y Cristina Fernández de Kirchner decidió “romper el termómetro” y suspender la publicación de estadísticas sobre pobreza.


Ante la ausencia de datos oficiales, la medición de la Universidad Católica Argentina (UCA) a través del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), pasó a ser cuasi oficial en aquellos días, y la institución se convirtió en referencia obligada para la política y el debate público.


Sucedió nuevamente en 2016, cuando Mauricio Macri que asumió con la bandera de “pobreza cero”, determinó un cambio metodológico en la medición oficial de la pobreza, a fin de iniciar su gestión “con un dato alto” y mostrar luego una baja progresiva de los datos a lo largo de su gestión.

Ante la crudeza de los datos, Cristina Kirchner decidió interrumpir la publicación de estadísticas de pobreza en 2013. La medición de la Universidad Católica Argentina (UCA) pasó a ser cuasi oficial en aquellos días.


Vuelve a suceder en 2024, con el sorprendente giro que acaba de dar la UCA tras acordar con el gobierno de Javier Milei, modificando su medición de pobreza en apenas un puñado de días.


En febrero de este año, la institución publicó una estimación que registraba una pobreza del 57,4% en el mes de enero, a cuenta de la devaluación del 118% establecida por el gobierno en diciembre y el fuerte ajuste del gasto en el primer mes de la gestión libertaria. Casi de inmediato, el presidente cruzó públicamente a la UCA y dijo que la estimación “era un dibujo”.


Llegado septiembre, sin ponerse colorado y en uno de sus habituales cambios discursivos, Milei refirió al propio dato de la UCA que siete meses antes consideraba falso, para afirmar que la pobreza ya estaba bajando en el segundo trimestre del año.
“Está sucediendo”, twiteo el presidente citando un gráfico del OSDA que señalaba una pobreza del 49,4% en el segundo trimestre del año.


Pero el capítulo más sorprendente de la ciclotímica relación entre la gestión Milei y la UCA, tuvo lugar en las últimas horas.
El pasado 7 de diciembre, la UCA había publicado que estimaba una pobreza del 46,8% para el tercer trimestre de 2024, y que la proyección para octubre mostraba una baja hasta el 44,6%.


Diez días después de conocido el dato, el Ministerio de Capital Humano de la Nación anunció en su portal web un “convenio de colaboración para fortalecer el diseño de políticas sociales” con la UCA, en el marco del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), donde el ODSA es miembro consultivo.


Apenas 48 horas transcurrieron luego de la firma del acuerdo entre la ministra Sandra Petovello y el rector de la UCA, Miguel Ángel Schiavone, para que la institución hiciera una llamativa corrección a la baja de su estimación de pobreza para el tercer trimestre de 2024.


“Según estimaciones sobre la EPH-INDEC, la pobreza en el 3T 2024 bajó de 51% a 38,9% y la indigencia de 16% a 8,5% vs. el trimestre anterior” publicó el ODSA en su cuenta de X.
La secuencia es sugerente. En solo doce días, la UCA modificó a la baja su estimación de pobreza en un 7,9%. El error equivale a 3,2 millones de personas que la UCA hace dos semanas consideraba pobres, y hoy “no lo son”.


Satisfecho, el presidente Javier Milei, no tradó el celebrar el dato. “Por la baja de la inflación y suba en la AUH y la tarjeta Alimentar caen fuerte la pobreza y la indigencia”, posteó el mandatario y agregó: “Datos de la UCA y centros privados en base a un informe de distribución del ingreso del INDEC. Capital Humano confirmó que la pobreza cayó a 38,9% y la indigencia a 8,5%”.


Una institución seria como la UCA, corrigió llamativamente su “error” de cálculo, y permitió que el despreciable “dibujo” de febrero se convirtiera para Milei en un dato certero de gestión.
Los pobres mientras tanto, observan desde afuera la discusión que los incluye como un número, pero los sigue dejando afuera de las soluciones estructurales.


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