Seguros de autos: la «tormenta perfecta» detrás de la disparada de los precios

La conjunción de dos variables clave en el cálculo actuarial explican el fuerte aumento en las primas de seguros automotores. Lo que viene y recomendaciones.

En tiempos de dificultades económicas las personas revisan cada uno de sus gastos y buscan reducir al mínimo todo aquel que no consideran esencial. Hoy la lupa está puesta en el precio del seguro automotor en el que se evidencia un aumento importante. Es necesario entonces analizar las razones que justifican plenamente este incremento. 

La evolución del precio de un seguro no necesariamente tiene relación directa con el índice de inflación. Para establecer la “prima” (precio) de un seguro se requiere analizar la intensidad y la frecuencia de la ocurrencia de un siniestro. Si alguna de estas variables aumenta, generará un aumento del precio que se debe pagar por la póliza. Hoy, nos encontramos ante una “tormenta perfecta” pues ambas variables aumentaron exponencialmente generando la necesidad del aumento sustancial de los seguros más allá de la inflación promedio. 


La tormenta perfecta 


El asegurado debe saber que cuando contrata su seguro, en realidad está contratando un “combo” de varios seguros o, más precisamente, de varias coberturas. El “combo” más vendido es el conocido como “terceros completo” que incluye robo total y parcial, destrucción total, y responsabilidad civil obligatoria y voluntaria. Esto hace que los riesgos asegurados sean muchos, y todos ellos aumentaron en intensidad y en frecuencia. 

No es necesario ser un experto para saber que el precio de los autos, especialmente de los autos usados, aumentó mucho más que la inflación promedio, y que los costos de algunos repuestos, como las llantas y cubiertas, aumentaron más aún. En el último año aumentó la cantidad de robos (mayor frecuencia), especialmente de ruedas, muchos de ellos fraudulentos. El robo de ruedas, real o fraudulento, hoy es un flagelo para el sistema. Esta combinación produjo que en el riesgo “robo”, aumentaran tanto la intensidad (costo de cada siniestro), como la frecuencia (real o fraudulenta). Todo esto impulsa al alza el precio de la póliza. 

El robo de ruedas, real o fraudulento, hoy es un flagelo para el sistema.

En lo que respecta a la cobertura por responsabilidad civil, también aumentó la intensidad por tres vías. Por un lado, la notoria falta de repuestos hizo que estos incrementaran su precio de manera sideral, con el consecuente aumento del costo de las indemnizaciones que se pagan por cada choque. Una segunda razón del aumento del costo por cada siniestro es el razonable incremento del “valor vida”, o la valoración económica de una lesión. La tercera explicación del crecimiento de la intensidad siniestral se debe al aumento exorbitante de la actualización e indexación de los montos de condena en las sentencias judiciales. En estos tiempos de depreciación monetaria, las sentencias imponen sistemas de ajuste, ya sea por indexación o por aplicación de tasas de interés que llevan implícita una indexación, imposibles de alcanzar con las inversiones de las aseguradoras. 

No es un dato a desdeñar el aumento de los siniestros viales provocados por el mal mantenimiento de las rutas, como así también por el envejecimiento del parque automotor. En definitiva, peores rutas y autos más viejos producen más siniestros, lo que afecta el costo de los seguros. 


Los seguros hacia adelante 


Como se observa, el costo siniestral (los pagos que deben hacer las aseguradoras) aumentó exponencialmente por diversas razones, todas ella ajenas a la voluntad de los aseguradores. Para que los seguros bajen, o al menos dejen de aumentar, es imprescindible, primero, que baje la inflación y especialmente que baje, o deje de subir, el precio de los autos y los repuestos. También es imprescindible que desde el Poder Judicial se abandone la doble actualización que se genera por la fijación de indemnizaciones a valores establecidos al momento de la sentencia, al que se le adicionan tasas de interés que llevan implícita actualizaciones monetarias. 

Además de todo lo expuesto es necesario indicar que los rendimientos financieros de las inversiones de las aseguradoras han sido negativos, no logrando siquiera empardar la inflación. Esto implica que los fondos que se podrían obtener con inversiones rentables hoy deben ser compensados con mayores precios. 

Los fondos que se podrían obtener con inversiones rentables hoy deben ser compensados con mayores precios. 

De mantenerse estas condiciones, ninguna de las cuales puede ser modificada por voluntad del mercado asegurador, continuarán aumentando los seguros de automóviles. Poco es lo que puede hacer el mercado para bajar el precio de los autos y de los repuestos, para evitar el fraude, para contener el aumento de los robos o los accidentes viales, ni para evitar las indexaciones judiciales, o para obtener rendimientos positivos a las inversiones. 

La solución llegará cuando, por un lado, se encuentren soluciones a la macroeconomía, baje la inflación y se revierta esta etapa recesiva y, por el otro, cuando mejoren las condiciones de seguridad general y vial. En el mientras tanto, desde la superintendencia de Seguros de la Nación se toman medidas tendientes a contener los aumentos y a bajar los costos operativos de las aseguradoras. 


El momento de elegir 


Explicadas las razones que justifican los aumentos es imprescindible aconsejar a los asegurados que nunca, pero nunca, elijan una aseguradora por tener el precio más bajo. El cliente debe saber que su pago implica un aporte a un fondo de primas, con el que en el futuro se pagarán los siniestros. Si aquel fondo de primas resultara insuficiente, la aseguradora entraría en liquidación y no pagaría los siniestros, quedando el asegurado sin cobrar el robo de su unidad o, lo que es peor, siendo el deudor el que debería afrontar los daños que haya ocasionado a los terceros. 

En esta actividad se aplica, como en ninguna otra, el dicho “lo barato sale caro”. Es conveniente que el asegurado busque una aseguradora solvente y “pagadora”, y no es casual que aquellas con esas características sean las que tienen precios más elevados. En definitiva, al contrario de lo que ocurre en otras actividades, hay que “caminar” para “buscar” el precio más alto, pues ello es un fuerte indicio de que la compañía es solvente, seria, y al momento del siniestro estará para pagar tanto al asegurado como al tercero. 

Nunca, pero nunca, elijan una aseguradora por tener el precio más bajo.


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