Ley de alquileres: qué va a pasar con los contratos, hay confusión en las inmobiliarias
Desde el Ministerio de Economía comunicaron que van a suspender la normativa. La medida no afectaría a los contratos en curso.
Alquileres
Ayer se conoció que el Gobierno nacional acordó suspender la aplicación de la cuestionada Ley de Alquileres. Desde su sanción, la normativa no paró de recibir quejas y fueron numerosos los proyectos presentados para derogarla, debido a las alteraciones producidas en el mercado inmobiliario.
La ley de alquileres establece que los contratos de locación de inmuebles deben tener una duración mínima de 3 años y el canon locativo se debe actualizar anualmente en base al Índice para Contratos de Locación (ICL), que construye el Banco Central de la República Argentina (BCRA) considerando dos variables clave de la economía: inflación y salarios.
En lo que a inflación refiere, se utiliza el clásico Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mensualmente publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), y en cuanto a salarios se emplea la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) que publica la Secretaría de Seguridad Social con periodicidad mensual.
La suspensión de la Ley 27.551 no afectaría los contratos en curso, tal y como sucedió cuando la misma fue sancionada en junio de 2020. Sin embargo, hay confusión en las inmobiliarias y se espera que hayan más detalles oficiales sobre lo que ocurre con la normativa.
Varios de los cuestionamientos a Ley de Alquileres se empezaron a generar una vez sancionada en junio de 2020, durante la gestión de Alberto Fernández. A continuación te detallamos cuáles son los principales problemas que despertó:
Escasez de oferta
Antes de su aparición los contratos se regían por el Código Civil y Comercial de la Nación en donde los acuerdos de alquileres formales duraban dos años.
A partir del desacuerdo que despertó, muchos propietarios comenzaron a retirar inmuebles que antes ofrecían en alquiler y los pasaron a publicar en venta, o los dejaron vacíos. Se estima que hay unos 280.000 departamentos que quedaron fueron del mercado.
Desde el lado de los inquilinos, la escasez es tan grande que a veces demoran entre 3 y 6 meses para conseguir, situación complejizada dado el contexto inflacionario.
Duración de los contratos
Otro gran problema fue la duración de los contratos. Con las normas previas, los contratos se hacían por el plazo de dos años y desde que ingresó la normativa, se pasó a 3 años.
Los propietarios sostienen que el plazo es extremadamente largo en el marco de una economía tan volátil. Por su parte, los inquilinos sostienen que la duración permite previsión, pero que también hay que saber adaptarse a la rigidez de los contratos.
Método de ajuste
Los aumentos de la Ley de Alquileres se rigen por el Índice de Contratos de Locación (ICL), que regula el Banco Central y para abril registró una suba interanual del 92,59%. Es decir que una persona o familia que renueva un acuerdo por $50.000 que pagaba hasta marzo último, ahora deberá abonar unos $93.000 mensuales.
Para las inmobiliarias es mejor es volver a acuerdos de 2 años con ajustes semestrales que se pacten libremente entre partes.
Escasa rentabilidad
Por los problemas económicos de la Argentina, a los propietarios el alquiler de sus propiedades les otorga una rentabilidad que promedia el 4%. Se estima que se necesitan 22,4 años de alquiler para recuperar la inversión inicial.
Impuestos
Los contratos deben ser registrados ante la AFIP, volviéndose un factor poco atractivo para los dueños de alquiles. Factor sumado a la imposibilidad de implementar más de un aumento anual, que sea capaz de equiparar a la inflación.
La reacción de los inquilinos
Los inquilinos carecen de representación y defensa de sus derechos. Desde el sector ruegan que la reforma que se aplique a partir de ahora sea equilibrada y justa.
Aun se desconocen detalles de cómo se reformularía la ley, pero lo cierto es que los intentos por hacerlo en la Cámara de Diputados no llegaron a ningún puerto.
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