El día de la firma del Pacto de Mayo vencen US$2.500 millones con bonistas y suman presión sobre las reservas

Se trata de un compromiso asumido con la renegociación de la deuda pública, llevada adelante por Martín Guzmán en 2020. En julio se suman además vencimientos con el FMI y de Bopreales.

A las exiguas compras de reservas en el mercado único de cambios, en julio se suma un nuevo factor de presión sobre las reservas del Banco Central: pagos de deuda externa. El mismo día que se firma el Pacto de Mayo, Argentina deberá afrontar el vencimiento de más de US$2.500 millones de dólares a bonistas.

Debido a que el 9 de julio es feriado nacional, por celebrarse el Día de la Independencia, el Gobierno de Javier Milei efectivizaría el pago el día siguiente (10 de julio). Se trata de un compromiso por casi US$2.600 millones, asumido tras la restructuración de la deuda pública que encarara en 2020 el exministro de Economía, Martín Guzmán.

La deuda es con los tenedores de bonos AL30 y GD30 (bonares y globales), y lo que vence es el segundo cupón en dólares y euros de los mismos. Un 45,7% de la deuda que vencerá este martes corresponde a amortización de capital, mientras que el 54,3% restante representa el pago de intereses. Del total a abonar, 8 de cada 10 dólares corresponde a acreedores privados.

La cancelación de esta obligación ocurre en un contexto en el que al Banco Central de la República Argentina (BCRA) se le dificulta hacerse de dólares en el mercado único libre de cambios (MULC). La autoridad monetaria cerró el pasado mes de junio acumulando un saldo negativo por primera vez desde diciembre. Lo mismo sucede en lo que va del mes de julio.

La cancelación de esta obligación ocurre en un contexto en el que al Banco Central se le dificulta hacerse de dólares en el mercado de cambios.

Detrás de esta dinámica está el atraso cambiario, explicada por la veloz recomposición de precios relativos combinada con un régimen de crawling peg a una tasa real negativa. A esto podría deberse la liquidación a cuentagotas de la cosecha gruesa, sumado a las bajas tasas de interés para tomar préstamos.

Un síntoma del atraso cambiario es que la brecha de los tipos de cambio paralelos con respecto al oficial se ha incrementado significativamente en las últimas semanas, ubicándose por encima del 50%. Esto refleja expectativas crecientes de una mayor devaluación.

En la segunda mitad del año, las necesidades financieras en dólares tanto del Tesoro y del BCRA se elevarán también por el vencimiento de deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por aproximadamente US$900 millones y por el pago de Bopreales por US$1.200 millones. Con esto, la fecha del desarme de los controles cambiarios luce aún remota.


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