Perros asilvestrados: crece la amenaza sobre el ganado
La depredación sobre los sistemas ovinos es una problemática cada vez más preocupante en la Línea Sur. Apremia avanzar sobre programas de tenencia responsable de animales.
Por INTA
La depredación es un proceso natural en los ecosistemas, a través del cual los depredadores regulan las presiones de pastoreo que ejercen los herbívoros silvestres. Sin embargo, en los paisajes rurales no toda depredación ni todo depredador forma parte de estos procesos naturales.
Es el caso de la depredación por perros domésticos de libre movimiento y perros asilvestrados. En los últimos años los especialistas del INTA Bariloche identificaron un incremento en las pérdidas ganaderas por el ataque de estos animales.
A diferencia de los perros domésticos bajo tenencia responsable cuya alimentación, sanidad, reproducción y entretenimiento están controlados por sus propietarios, los perros asilvestrados son completamente independientes de los humanos. Estos se reproducen y buscan su alimento en basurales o de la cacería y carroñeo, tanto de ganado doméstico como de animales silvestres.
Una situación intermedia es la de los perros domésticos de libre movimiento, es decir, canes que mantienen cierta dependencia del hombre pero que vagan libremente, incursionando en áreas rurales, persiguiendo y matando al ganado como forma de entretenimiento.
Para Roque Rizza –productor ganadero de Mallín Ahogado, El Bolsón– la situación es alarmante: “El daño que hacen los perros es muy grave. En majadas de 80 animales, esos efectos se sienten aún más. El año pasado los perros mataron 30 animales y en lo que va de este año perdimos unas 10 cabezas más”.
Además de reducir el stock ganadero, los ataques afectan la productividad: “Las ovejas lesionadas tienen un tiempo largo de curación y si quedan corderos guachos, no se desarrollan y tienen un crecimiento muy lento. Eso hizo que no podamos vender los corderos y perdimos un año de trabajo de mejora genética”, explicó el productor.
Durante tres años, se realizó un monitoreo en seis establecimientos ovinos extensivos del departamento Pilcaniyeu cuyos resultados señalaron una problemática en aumento y la preocupación por la posibilidad de alcanzar las cifras registradas en otras provincias patagónicas.
Los ataques de perros silvestres afectan el stock de ganado y también la productividad con ovejas que quedan lastimadas.
“En Tierra del Fuego, la presencia de perros asilvestrados comenzó en 1990 en un 2,5 % de su superficie productiva. Para el 2014 los perros se habían extendido a casi el 70 % de la superficie, provocando que la provincia pierda dos tercios de su stock ovino”, señaló Pablo Gáspero –investigador del INTA Bariloche–
El monitoreo contempló la recorrida de establecimientos y la realización de necropsia de los ovinos recolectados para diagnosticar la causa de sus muertes. En casi 140 procedimientos, los resultados indicaron que el 21,6% de los ovinos murió a causa de ataques de perros.
Además, se instalaron 44 estaciones de cámaras-trampa en los mismos establecimientos para estudiar la abundancia y distribución de carnívoros nativos. Estos dispositivos tienen sensores de temperatura y movimiento que al detectar la presencia de animales de sangre caliente les toma una fotografía. “Tres de esas cámaras registraron la presencia de perros asilvestrados”, indicó el investigador.
La situación también afecta la calidad de vida de los pobladores rurales. “En algunos casos, los trabajadores rurales y crianceros no pueden disponer de los días de franco o descanso porque deben recorrer de forma permanente los campos para ahuyentar a los perros que llegan desde los centros urbanos”, explicó Abel Martinez del INTA Zapala.
Por su parte Raúl Reuque, del INTA El Bolsón, agregó: “En gran parte de los establecimientos colindantes a centros urbanos, los productores tuvieron que restringir el pastoreo ovino o incluso, abandonar la actividad”.
La raíz del problema está en la tenencia irresponsable de perros y la consolidación de poblaciones asilvestradas que constituyen un riesgo para las personas y el ambiente. De acuerdo con los profesionales del INTA, aunque existen alternativas para evitar la depredación por especies nativas como pumas y zorros colorados, los productores cargan con los costos y la angustia de lidiar con un problema cuyo origen se encuentra principalmente en los centros urbanos.
Es importante que los organismos del Estado y organizaciones civiles, articulen estrategias para implementar políticas de tenencia responsable y planes de control reproductivo de perros, para evitar que la problemática se profundice.
“Incorporamos alambrado eléctrico y eso nos permitió ahuyentar a los perros y otros predadores. Sin embargo, estos cambios implican mucha inversión. Por eso creemos que la solución debe ir acompañada de nuevas leyes que obliguen a un registro de los perros”, concluyó Rizza.
Dato
- 21,6%
- El porcentaje de las muertes de ovinos en Pilcaniyeu a causa de las mordidas de perros asilvestrados.
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