“Los dólares de la gente”, la llave maestra del ministro Luis Caputo

El resultado de la nueva estrategia cambiaria y monetaria, fue criticado por propios y extraños, y logró un resultado ambiguo: bajó el blue y se desplomaron los bonos. El ministro de economía encendió todas las luces de alerta al intentar explicar la decisión de utilizar las reservas del Banco Central para controlar la corrida.

Fue premonitorio. Ocurrió a principios de noviembre del año pasado, en plena carrera electoral por el balotaje que consagraría a Javier Milei como presidente de la Nación.
En un debate televisivo se cruzaban Agustín Rossi y Victoria Villarruel, los candidatos a vice presidente.


El segundo de Sergio Massa en la carrera presidencial, interpeló acerca del origen de las divisas necesarias para implementar la dolarización, una de las propuestas más famosas y promovidas de la plataforma libertaria. La respuesta que ofreció la hoy vice presidenta, no solo fue elocuente. También fue un anticipo.


“La realidad es que los argentinos ahorran en dólares, y Argentina es el tercer poseedor de dólares físicos en el mundo. ¿Qué vamos a hacer nosotros? Crear las condiciones de confiabilidad para que los argentinos decidan usar sus dólares en nuestro país, puedan comprar, puedan invertir, y puedan hacer su proyecto de vida acá sin salir exiliados”, afirmó Villarruel.


En pocas palabras, ante aquella consulta casi obvia respecto a la fuente de dólares para poder dolarizar, la respuesta de la vice presidenta señaló a los ahorros de los argentinos.
Ocho meses después, la referencia a tales declaraciones, no es para nada casual. Esta vez fue el ministro de economía el que apuntó con el dedo índice a los ahorros de los argentinos como la llave maestra para descomprimir el apretón monetario y cambiario en el que se encuentra el gobierno argentino.


La negación que a esta altura el gobierno sostiene hasta el nivel del ridículo respecto al atraso cambiario, llevó al presidente Javier Milei y a su ministro de economía Luis Caputo a fabricar una encerrona que resulta poco efectiva en el mediano plazo, pero que por sobre todas las cosas, es muy difícil de explicar dentro del marco conceptual y dogmático de “libertad” que embandera la propuesta libertaria.


Tapando el sol con la mano



La imagen que arrojan los datos es ostensible. Mientras la cotización del tipo de cambio subió un 15% desde diciembre, la inflación acumulada en el mismo periodo superó el 79%, según los propios datos oficiales.
Pero la evidencia más patente del atraso la ofrece el mercado “libre” del dólar, donde el Blue tocó un máximo de $1.500 y la brecha perforó la barrera del 60%.


Ante lo irrefutable del escenario, el equipo económico apeló a un recurso que dice detestar: el del Estado operando para controlar un precio libre. Y para “salvar la ropa” ideológica, decidió vestir de “épica monetarista” la intervención de la mano pública torciendo el resultado natural del mercado.
El anuncio de la semana pasada se presentó desde el discurso como “el cierre definitivo de último grifo de emisión monetaria que quedaba abierto”.

Fiebre. El precio del dólar sigue siendo el eje rector de las decisiones de política económica.


En la práctica, cada vez que el Banco Central compra dólares, es decir acumula reservas, emite pesos a cambio. La estrategia anunciada entonces, estipula que esos pesos serán retirados de circulación vendiendo una parte de esos dólares en el contado con liquidación.


Considerando la cotización actual, si el Banco Central compra u$s 1, en ese mismo momento emite $963,9. A fin de esterilizar esa emisión, la nueva estrategia consiste en vender reservas por u$s 0,73 en el contado con liquidación (CCL) que por estas horas cotiza a $1.320, rescatando así los $963,9 emitidos originalmente.
El relato oficial señaló que la idea es lograr “emisión cero”, a fin de fortalecer el sendero de inflación mensual a la baja.


El objetivo real del anuncio en cambio, siempre fue mantener a raya el CCL a fin de detener la mini corrida que tuvo lugar en el paralelo. Considerando que los exportadores están habilitados a liquidar mediante el “dólar blend”, 80% al tipo de cambio oficial y 20% en el CCL, el mensaje encriptado a quienes tienen los silobolsas llenos, era que “convenía vender” antes que el precio del CCL comenzara a bajar.


Piedra libre: ¡Inconsistencia!



Fueron los propios economistas liberales los que comenzaron a levantar la voz para señalar la inconsistencia ideológica y programática del gobierno.


Desde lo ideológico, un espacio político que sostiene como axioma innegociable la libertad de los mercados, usa los resortes del Estado que dice querer destruir desde adentro, para intervenir en un precio libre.
Desde lo práctico, un gobierno que debe administrar reservas famélicas, y elige usar las reservas que no tiene para entregarlas a cambio del control de precios.


Una rara concepción de “libertad” la del universo Milei. Fueron incluso los propios militantes libertarios los que comenzaron a advertir tímidamente en las redes la contradicción.
No obstante, el precio de la inconsistencia por el perfil intervencionista de la medida, no implica únicamente “tragar un sapo” desde lo discursivo, sino que tiene además consecuencias fácticas directas.

El estatuto del FMI señala que los países que son asistidos por el organismo, tienen prohibido utilizar los dólares de los desembolsos para intervenir en el mercado cambiario. Un “detalle” que Caputo ya pasó por alto durante su gestión al frente del Banco Central en 2018.


El estatuto del Fondo Monetario Internacional (FMI) señala explícitamente que los países que son asistidos financieramente por el organismo, tienen prohibido utilizar los dólares de los desembolsos para intervenir en el mercado cambiario a fin de sostener el tipo de cambio.
Un “detalle” que Caputo ya pasó por alto durante su gestión al frente del Banco Central en 2018 y utilizó prácticamente en su totalidad un desembolso de u$s 15.000 millones para evitar la disparada del dólar oficial, que en ese momento era libre.


En este sentido, el consenso generalizado esta semana entre economistas y especialistas de finanzas, indicaba que si alcanzar un acuerdo con el Fondo ya era difícil en las condiciones actuales, la decisión de usar reservas para intervenir en el CCL, terminó de sepultar esa posibilidad al menos en lo que resta de 2024.


Como en un espejo



Todas las luces apuntaron el lunes pasado a la dinámica del mercado cambiario paralelo, esperando validar el resultado real del anuncio de la nueva estrategia monetaria y cambiaria.
El viernes había culminado con un paralelo a $1.500 y tensión alcista. El lunes el blue retrocedió casi $100, y el mercado parecía darle la derecha al gobierno. Al menos desde la óptica de la cotización.


Diferente fue la percepción desde lo financiero. La contrapartida de la intervención en el CCL funcionó casi como un reflejo perfecto: mientras el blue volvía al terreno de los $1.400, la performance de los bonos soberanos argentinos era un tobogán a la baja, y el riesgo país perforó la barrera de los 1.600 puntos básicos.

No aclares que oscurece. La pregunta de los inversores sigue siendo de dónde saldrán los dólares que el gobierno necesita. No ya para dolarizar, sino para afrontar los vencimientos de deuda hasta 2027.


Desde la perspectiva de un inversor extranjero, el panorama está bastante claro: Argentina sigue sin tener los dólares necesarios para pagar. Y tras cartón, el gobierno elige usar las reservas que no tiene en una nueva aventura de control de precios.


En efecto, el vice presidente del Banco Central, Vladimir Werning, viajó el martes a Washington para intentar calmar el ánimo de los inversores. Allí, frente a los tenedores de bonos argentinos, preocupados por el tenor que comienza a tomar la experiencia libertaria, el número dos del Central hizo una presentación titulada “La segunda fase del gobierno”, en la que reconoce que las reservas son negativas por unos u$s 3.000 millones.


No aclares que oscurece. La pregunta de los inversores sigue siendo de dónde saldrán los dólares que el gobierno necesita. No ya para dolarizar, sino para afrontar los vencimientos de deuda hasta 2027.


Con los ahorros de la gente



Quienes tienen memoria presencial de las últimas tres grandes crisis económicas argentinas, comprenden a la perfección el significado profundo del eufemismo “con los ahorros de los argentinos”.
La referencia reapareció justamente esta semana, a raíz de un usuario de la red “X” (ex twitter), que interpeló al ministro de economía en relación a la polémica decisión de intervenir en el CCL para esterilizar los pesos emitidos por el Banco Central al comprar reservas.


Faltaba apenas una hora para la medianoche del viernes y el usuario Víctor Ybarra consultó a Caputo: “Toto te hago una consulta, si los dólares que compran no liquidan el equivalente emitido para absorber los pesos emitidos por CCL, lo pueden absorber por otro lado, ya sea mediante bancos por ejemplo?”.


Apenas unos minutos después, el ministro arrojó una respuesta que se hizo viral y despertó un tsunami de críticas e interrogantes.
“Los pesos emitidos son por compras en el Mulc. El objetivo siempre fue secar la plaza de pesos. Lo digo desde la primer entrevista, pero bueno, todavía algunos no se convencen. La realidad probará que en breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos y el peso va a ser la moneda fuerte!”, señaló el ministro.


La intención de “secar” la plaza de pesos no es nueva, y responde a la visión ultra ortodoxa que prima en el seno del gobierno en relación al “único origen” de la inflación.
El ruido se generó en torno a la sentencia respecto a las tenencias de dólares de “la gente”.
La afirmación de Caputo no solo confirma aquel anticipo de Villarruel en campaña, sino que avanza todavía un paso más allá.

Así como la licuación de jubilaciones habilitó el superávit fiscal, el gobierno espera que los ahorros de la clase media financien la escasez de dólares.


La propuesta de la vice presidente era “generar las condiciones de confiabilidad” para que los argentinos decidan voluntariamente usar sus dólares en Argentina. La idea que acaba de anunciar Caputo en cambio, es que los argentinos no tendrán otra alternativa que sacar sus dólares para poder pagar los impuestos.


En definitiva, así como la licuación de jubilaciones permitió el superávit fiscal del primer semestre, el gobierno espera que los ahorros de la clase media financien la escasez de dólares endémica de la economía argenta.


Quizá se trató de un sincericidio de viernes por la noche. Pero la estrategia que dejó a la vista Caputo, se parece demasiado a la toma compulsiva del ahorro (en dólares) de los argentinos.
Curiosa la forma en que el ministro espera lograr que cierren los números hasta fin de año. Por cierto alejada de la noción más básica de libertad económica.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios