El impacto de la Ley Bases y el paquete fiscal en Neuquén y Río Negro
Las consecuencias de los cambios normativos sobre las provincias norpatagónicas es dual. En el corto plazo, son comparativamente perjudicadas por los cambios en el impuesto a las ganancias, pero pueden ser compensadas en el mediano y largo plazo con grandes flujos de inversiones.
En la madrugada de este viernes, finalmente obtuvieron sanción la ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos (más conocida como Ley Bases) y la ley de medidas fiscales paliativas y relevantes (más conocida como paquete fiscal). Se tratan de los dos primeros proyectos del gobierno de Milei aprobados por el Congreso de la Nación.
Son normas cuya vigencia se extiende a lo largo y ancho del país. Sin embargo, las heterogeneidades propias de un país tan extenso y diverso provocan que los efectos difieran según la región que se considere. En particular, el impacto relativo sobre la Patagonia es dual.
La restitución del impuesto a las ganancias (ahora llamado impuesto a los ingresos personales) vino acompañada de la eliminación de la deducción adicional por zona desfavorable del 22% que poseen los trabajadores o jubilados de la región patagónica. Esto tuvo lugar debido a que el capítulo de Ganancias (que no contenía esta supresión) fue rechazado en particular en el Senado y a que la cámara de Diputados insistió con el proyecto que tenía media sanción.
Las consecuencias de este punto son directas e indirectas sobre Neuquén y Río Negro. La aprobación del Paquete Fiscal perjudica más a los trabajadores de la Patagonia y configura un esquema tributario desigual. Por igual tarea y bajo el mismo convenio colectivo de trabajo, un empleado de la Patagonia podría pasar a pagar Ganancias y uno de Buenos Aires, por ejemplo, no. En otras palabras, la eliminación de la deducción por zona desfavorable podría provocar que el salario de un trabajador patagónico supere el mínimo no imponible.
La aprobación del Paquete Fiscal perjudica más a los trabajadores de la Patagonia y configura un esquema tributario desigual.
Este cambio en la normativa conlleva la unificación de las tablas de la Patagonia y el resto del país, pese a las diferencias en los niveles salariales (y en el costo de vida). Así, otra distorsión que se introduce con la restitución del tributo consiste que, a igual tarea e igual convenio colectivo de trabajo, un trabajador de la Patagonia podría pagar una alícuota mayor que uno de otra región del país.
Estas situaciones implican que el deterioro relativo de los ingresos disponibles en Neuquén y Río Negro será mayor que en las provincias del centro y norte del país. Por ende, es esperable para las provincias patagónicas un mayor impacto negativo del impuesto en términos de consumo, de nivel de actividad e incluso de recaudaciones locales. Por el régimen de coparticipación, además se consolida el estatus de “aportante neto” de la provincia de Neuquén.
En el rubro de oil and gas, “se acota la cantidad de trabajadores que estarían beneficiados por la ley 26.176, la que pasaría a comprender solamente a aquellos que se encuentran en boca de pozo”, señaló el contador Gonzalo Gutiérrez, del estudio Chinni, Seleme, Bugner y Asociados. Este cambio normativo perjudica a Neuquén y Chubut más que a cualquier otra jurisdicción.
El turismo, la energía, el petróleo y el gas constituyen sectores fundamentales para Neuquén y Río Negro, y están todos abarcados en el RIGI.
En el mediano plazo, y en caso de que Neuquén y Río Negro adhieran al régimen de incentivos a las grandes inversiones (RIGI) contenido a la sancionada Ley Bases, un mayor flujo de inversiones podría compensar con creces los perjuicios ocasionados en el plano fiscal. El turismo, la energía, el petróleo y el gas constituyen sectores fundamentales para estas economías provinciales, y están todos abarcados en el RIGI.
Cabe mencionar que el RIGI también abarca obras de infraestructura. Este aspecto es relevante considerando que Río Negro podría ser la provincia donde se lleve adelante la construcción de una planta de gas natural licuado. El proyecto fue anunciado como la inversión en infraestructura más grande de la historia de nuestro país, y podría cambiar la matriz productiva de la provincia norpatagónica.
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