La recuperación de la actividad no aparece: la economía transita la base de un «L», lejos de la «V»

Los datos oficiales y privados sugieren que se está transitando la base de una “L” y aún falta para que el rebote.

Los datos de actividad general sugieren que la economía está transitando la base de una “L” y que aún no hay garantías de que en el corto plazo se afirme una recuperación sostenida como sostiene el Gobierno nacional.

La demora en la salida de la recesión complica al Ejecutivo de Javier Milei y su ministro de Economía Luis Caputo, que desde el punto de vista económico necesita mayor dinamismo para fortalecer ingresos y desde la política le urgen resultados positivos para mantener consenso y credibilidad.


La industria y la construcción, con números negativos


El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este viernes la evolución de la industria y la construcción durante mayo. Los  resultados fueron dispares y se habilitan a diferentes interpretaciones.

Según el órgano estadístico la producción manufacturera cayó en el mes en estudio 14,8% respecto al mismo período del año anterior y 0,2% con relación a abril del corriente.

Si bien los números son indiscutiblemente negativos, se comprueba una desaceleración en la caída (había sido de 16,6% en abril y 21,3% en marzo) y cierto amesetamiento que permite suponer que se tocó el piso.

No obstante, no puede soslayarse que 15 de los 16 rubros relevados retrocedieron, lo cual exhibe un panorama complicado. Sólo la refinación de petróleo por el impulso de la producción de Vaca Muerta tuvo un saldo positivo (2,6%).

Pese a este desafiante escenario la expectativa de los industriales no se deterioró, dado que el porcentaje de compañías que esperan que la demanda se mantenga (en estos bajos niveles) o incluso se incremente se repitió en 46% por segundo mes consecutivo.

En el caso de la construcción el balance también muestra números contradictorios. La actividad en mayo se desplomó 32,6% contra mayo del año pasado, pero apuntó un alza de 6,2% frente a abril. De esta forma mejoró el 2% que había dejado abril contra marzo.

Este repunte se produce por impulso de la obra privada ya que el Gobierno nacional mantiene paralizada la obra pública. Al respecto, se espera algún tipo de reactivación en los próximos meses, luego que varias provincias aceptaron la propuesta del Ejecutivo de hacerse cargo de los emprendimientos en cada jurisdicción.   

En tanto, las primeras cifras que se conocieron del nivel de actividad de junio también son mixtas y deben leerse con la consideración adicional de que fue un mes atípico por los dos fines de semana largo que prácticamente se unieron desde el lunes 17 y recortaron la producción de esa semana.

Los despachos de cemento cayeron 32,4% contra igual mes del año pasado y 7,4% con relación a mayo y quebraron la tendencia de subas intermensuales. Pero la diferencia fueron 17 días de actividad contra 22.


Qué dijo el índice Construya de los insumos de construcción


Por su parte, el Indice Construya que mide la evolución de los volúmenes de insumos despachados a plaza mostró una caída de 32% en forma interanual pero creció 9,7% frente a mayo.

«Por tercer mes consecutivo recuperamos los niveles de despachos de materiales. Estamos observando una mejoría gradual, luego de varios meses de una profunda contracción. Vemos esto como una tendencia positiva. Creemos que el regreso del crédito y de las 12 cuotas sin interés está contribuyendo a la recuperación de la demanda”, explicó el informe sectorial.

En cambio en el sector automotriz el balance es mucho más negativo. La producción se derrumbó 40,2% contra junio de 2023 y 16% frente a mayo. En este caso, hubo empresas que pararon producción durante la semana irregular, lo cual influyó en el resultado final.

Los análisis privados confían en que finalmente sea el tercer trimestre que transcurre el período en el que se afiance la recuperación de la actividad a partir de que las paritarias impulsen la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y por añadidura de la demanda.

El Gobierno apuesta a este proceso y es una de las razones por las que se niega a una devaluación que vuelva a fogonear la inflación, deprecie salarios, enfríe la economía y demore la reactivación.

El último informe del Banco Central mostró que las proyecciones de 2024 pronostican una caída del PIB de 3,5%, pero concentrado en el primer semestre del año.

Ante la consulta de este medio el economista Daniel Artana se sumó a los que observan esta dinámica y evaluó que “mayo pudo haber sido el piso de la actividad”.


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