La economía arroja fuertes señales de fragilidad

En una semana signada por anuncios, volatilidad cambiaria y el dato de inflación de junio, la percepción entre agentes y especialistas es que se avecinan días complejos.

Complejo. El escenario que le toca gestionar a Silvina Batakis como Ministra de Economía de la Nación.

Una de las definiciones que surge de las ramas de la psicología, indica que la “percepción” es “un proceso activo-constructivo en el que el perceptor, antes de procesar la nueva información y con los datos archivados en su conciencia, construye un esquema informativo anticipatorio, que le permite contrastar el estímulo y aceptarlo o rechazarlo según se adecúe o no a lo propuesto por el esquema. Se apoya en la experiencia del aprendizaje”.


El concepto es central en economía, en tanto detrás de los números, de los agentes económicos y de los mercados, hay personas. Gente de carne y hueso, que antes de tomar decisiones debe asimilar los estímulos que llegan desde el entorno, construir un esquema informativo anticipatorio en base a la información con la que cuenta por su experiencia pasada, y procesar los datos para aceptar o rechazar esos estímulos.


Es exactamente la secuencia que se observó esta semana. El escenario económico arrojó nuevos estímulos con la flamante Ministra de Economía Silvina Batakis brindando su primera conferencia de prensa y poniendo sobre la mesa un paquete de medidas que a priori se suponen ortodoxas. Acto seguido el mercado (las personas que toman decisiones y mueven las variables del mercado) procesó esas señales y armó su menú de elecciones.

La cotización del blue, es la caja de resonancia de los temores que acechan a quienes guardan en su memoria las sensaciones y datos previos a otras crisis.


Al final de una semana vertiginosa, la impresión es que la percepción del mercado respecto al desembarco de Batakis en el área económica, no fue buena. El dólar, tanto el paralelo como el financiero, alcanzó su máximo histórico y marcha sin pausa a romper la barrera de los $300, mientras que la inflación parece no encontrar techo, y se encamina a abrochar un año récord en niveles nunca vistos durante las últimas tres décadas.


No obstante, siguen siendo las contradicciones de la política las que generan una percepción negativa entre quienes reciben los estímulos de las medidas económicas y deben elegir qué hacer con su dinero.

Inconsistencias

La primera conferencia de prensa de Batakis fue en sí misma todo un mensaje.
La foto conjunta de la Ministra de Economía al lado del Ministro de Agroindustria Julián Domínguez, el Ministro de Desarrollo Productivo Daniel Scioli, la Directora de AFIP Mercedes Marcó del Pont y del Presidente del Banco Central Miguel Pesce, buscó emitir una primera señal: “ahora sí habrá coordinación”, o lo que es igual “con Guzmán no la había”.


La segunda señal fue el tono de las medidas. La Ministra se esforzó por pronunciar exactamente aquellas palabras que el mercado esperaba escuchar. En repetidos pasajes de su mensaje habló de “equilibrio fiscal”, de “no gastar más de lo que ingresa”, de “eficiencia”, de “congelar el ingreso de nuevos empleados a la planta del Estado”, de “tasas de interés reales positivas” y de “cuotas presupuestarias”.
Pocas veces antes, un Ministro de Economía en un gobierno kirchnerista había ofrecido ese menú.

Coordinación. La primera intención de Batakis como Ministra de Economía.


Sin embargo las inconsistencias comenzaron a emerger antes de que la Ministra finalizara su primer encuentro cara a cara con la prensa.
Un periodista indagó a Batakis acerca de la brecha cambiaria.
La Ministra respondió que el mercado paralelo mueve apenas u$s 3 millones diarios frente a los canales oficiales donde se tranzan más de u$s 1.000 millones en cada jornada, y por lo tanto catalogó como una “exageración” el énfasis en la brecha cambiaria.


El dato es real. A ello se suma el hecho ostensible de que nadie sabe identificar físicamente el lugar en que se puede comprar dólar paralelo.
La primera inconsistencia es que el horario elegido para los anuncios del lunes fue las 9 de la mañana, con la clara intención de ofrecer los anuncios previo a la apertura del mercado cambiario, que tiene lugar a las 10.


Si el mercado paralelo fuese tan marginal, la conferencia bien pudo realizarse al mediodía, o en horas de la tarde. Sabe Batakis que por más escaso que sea el volumen operado en el blue, dicha cotización se trata de una de las señales más fuertes que arroja el tablero económico, y que la suba del blue fue principalmente el motor de las abultadas subas de precio que registraron las listas de proveedores en las últimas dos semanas.

«El Estado no está para ahorrar, sino para ser solvente. En ciertas situaciones inéditas, el déficit fiscal es un instrumento de política económica”.

Silvina Batakis – Ministra de Economía de la Nación


Una segunda pregunta de una de las periodistas presentes, consultó a la Ministra respecto a las metas acordadas con el FMI y al “ahorro” resultante de las cuotas presupuestarias que acababan de anunciarse.
Batakis respondió que “el Estado no está para ahorrar, sino para ser solvente”. Y luego agregó que “en ciertas situaciones inéditas, el déficit fiscal es un instrumento de política económica”.


Ese fue el cierre de la conferencia. Nada más parecido a un sincericidio. La Ministra dedicó toda su primera conferencia de prensa a elaborar un perfil ortodoxo, y como broche final aclaró (sin querer), que no cree en ese perfil ortodoxo que se esforzó por demostrar.


El poco apego al apretón del gasto que reside en el centro de la matriz de pensamiento kirchnerista y la confirmación de la contradicción, quedaron demostrados apenas tres días después. Las máximas autoridades del Poder Legislativo, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner, acordaron un incremento salarial anual del 69% para todos los trabajadores del Congreso de la Nación, incuídos los legisladores (o sea, también ellos mismos).


Cierto es que incluso si el aumento salarial de los legisladores y sus asesores fuese nulo, aun así difícilmente alcanzaría con eso solo para lograr la reducción del déficit fiscal necesaria según el acuerdo con el FMI. Se trata sin embargo de señales, gestos ausentes de la misma política que pide esfuerzos (más esfuerzos) a quienes desde hace tiempo ya ven recortado el poder adquisitivo de sus ingresos en pesos.

Sensación de fragilidad

“Las medidas no alcanzan por sí solas y deben ir acompañados de señales políticas. El discurso de Batakis está hecho en medio de la frágil tregua”. Fue el análisis del economista Carlos Melconian tras los anuncios del lunes.


Probablemente el gurú coincida con el perfil ortodoxo que intentó imprimir Batakis al inicio de su gestión. Pero entiende que si no existe soporte político que acompañe con determinación la decisión de marchar rumbo al ajuste, el ajuste está muerto antes de nacer.


Efectivamente, la principal percepción al final de la primera semana tras los anuncios de Batakis, es que la economía argentina se halla en un estado de fragilidad que no se observaba desde hace al menos dos décadas.


No le falta razón a Batakis. El dólar blue esconde en sus entrañas el juego especulativo de pocos actores grandes que con pocas operaciones tienen la capacidad de mover el precio, y generar un tsunami de expectativas negativas.


Tan real como el hecho de que trasladar la responsabilidad del desbarajuste económico al mercado cambiario paralelo y a quienes especulan en él, es un absoluto reduccionismo.
La cotización del dólar paralelo que la Ministra denostó en público, no es más que la caja de resonancia de los temores que acechan a quienes viven desde hace años en Argentina, y guardan en su memoria las sensaciones y los datos previos a otras crisis de magnitud. La percepción que sobrevuela entre los agentes económicos, es que estamos a las puertas de una crisis importante.


En ese marco, cualquier medida que pueda anunciarse luce inconsistente, insuficiente, incapaz de generar un cambio radical que tuerza el rumbo.


El descalce entre la política y la realidad es tal, que durante la misma semana en que el dólar blue voló por los aires y se confirmó que la inflación no se detiene, el gobierno se dio el lujo de instalar la posibilidad de la reelección de Alberto Fernández. Fue cuando el Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, indicó en una entrevista radial que “lo que Alberto Fernández ha hecho por el país en medio de una pandemia y una guerra, fue mágico, y merece ser premiado”.


Al intentar trazar vectores para el futuro inmediato, la complejidad es extrema.
El 5,3% de inflación de junio interrumpe una tendencia a la baja que se verificaba en los últimos tres meses (6,7% en marzo, 6% en abril y 5,1% en mayo).


Pero la certeza de que el dato de julio será el más alto en lo que va del año, enciende todas las luces de alerta. Los analistas más optimistas indican que el piso para el séptimo mes del año podría ser del 7%.
Con ese panorama, sería necesario que entre agosto y diciembre el ratio mensual sea del 3% para evitar un acumulado anual del 70%. Si en cambio el dato en los últimos cuatro meses del año se ubicase en torno al 4%, el acumulado anual sería del 75%, y si Batakis lograse ubicarlo en el 5%, a fines de 2022 la inflación cerrará en el 85%.


La pregunta es si alcanza el apretón fiscal que anunció Batakis, y que sucederá en septiembre cuando los vencimientos de deuda en pesos ascienden a un billón de pesos ($1.000 millones). De no lograr una renovación total, el Estado se verá obligado a emitir para pagar. Significaría combustible arrojado al fuego.


El telón de fondo es el corset que impone el acuerdo con el Fondo. El equipo de Batakis se encargó esta semana de comunicar que el supuesto ajuste que había llevado adelante Guzmán no era tal, y que el rojo fiscal que legó el ex Ministro asciende al 4,5% del PBI, frente a una meta acordada del 2,5%. Es una advertencia más: lo que viene es un ajuste aún más fuerte. Una advertencia que debiera llamar la atención primeramente a la política.

Dato

$1.000
Los millones que vencen el septiembre en concepto de deuda de corto plazo en pesos emitida por el gobierno nacional.

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