La dicotomía inter temporal de Milei, y el regreso de un Macri desdibujado

Detrás de la cortina informativa de Venezuela, esta semana anidaron tres datos sensibles de la macro, y dos potenciales buenas inversiones a largo plazo. El presidente debe lidiar con el trade off entre el rumbo o la coyuntura, mientras el líder del PRO clama por los cargos que el libertario finalmente nunca le ofreció.

El trend topic inevitable de la semana fue el día después de la fallida elección en Venezuela. A diferencia de otros momentos de la historia reciente, el reclamo de transparencia y respeto por los derechos humanos fue trasversal y casi unánime en la política de la región y el mundo.


No obstante, Maduro y Venezuela terminaron convirtiéndose en una enorme cortina informativa que logró quitar de escena una serie de datos en materia económica, que quedaron relegados a un segundo plano y que en otro escenario hubiesen sido centrales.


Por más cómodo que se sienta el presidente Javier Milei en el terreno de la disputa ideológica internacional, las urgencias terrenales de la gestión no esperan. La velocidad a la que a avanza la coyuntura macroeconómica argenta, atropella sus aspiraciones de líder global de la libertad.


El mandatario debe lidiar con la tensión entre su implacable convicción respecto al destino al que pretende guiar la economía, y los emergentes inmediatos de la dañada estructura económica que pide soluciones de cortísimo plazo.


Tres de cal y dos de arena


En la columna del debe, esta semana aparecen tres datos sumamente delicados. El primero de ellos es que en el mes de julio, el gobierno de Javier Milei tendrá su primer rojo fiscal desde que llegó al poder. Así lo confirmó esta semana el ministro de economía Luis Caputo en un off que luego trascendió en los medios de comunicación.


El ministro atribuye el primer rojo fiscal financiero de Milei, al pago de bonos atados al durante el séptimo mes del año. Lo cierto es que la estrategia que ha desplegado el ministerio de economía desde enero, postergando pagos y apelando al efecto licuadora sobre las partidas, genera que los pagos se han acumulado en el segundo semestre, y tarde o temprano terminar impactando sobre el equilibrio fiscal. Según datos de la propia Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC), solo en el mes de junio se postergaron pagos por $1,4 billones, y las erogaciones pendientes ya suman $2,68 billones.


El segundo dato, pone en perspectiva el primero y es que la recaudación cayó un 10% en términos reales interanuales en el mes de julio. En definitiva la ecuación de equilibrio fiscal no solo se determina por erogaciones, sino también por ingresos. Un síntoma más que evidente en las planillas de excel, de la recesión que la calle ya siente desde hace un semestre. El último dato de ventas minoristas de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), muestra una caída interanual (en volumen) del 21,9% en junio y del 17,2% en los primeros seis meses de 2024. La merma en la recaudación no es más que un reflejo.

Postergado. El vencimiento de julio se pospuso, y el nuevo acuerdo con el FMI se aleja.


Pero la noticia no solo complica la decisión férrea de sostener el superávit fiscal a como dé lugar. También hace más difícil levantar el cepo cambiario, considerando que el Impuesto País debe bajar del 17,5% al 7,5% en septiembre, y que debiera desaparecer en diciembre.


El tercer dato, tiene que ver con las reservas del Banco Central (BCRA). Cuando la presión sobre el tipo de cambio paralelo arreciaba a principios de julio, y mientras el gobierno cerraba filas en torno a la negación dogmática del atraso cambiario, la entidad anunció una medida polémica. Con el objetivo de lograr la “emisión cero”, el BCRA anunció que vendería dólares en el MEP para “esterilizar” los pesos emitidos cada vez que la entidad compra reservas. La decisión real, fue intervenir con reservas en el mercado cambiario a fin de detener la mini corrida cambiaria.

Dato

17,2%
La caída del consumo (en volumen) durante el primer semestre de 2024 (CAME).


La noticia esta semana es que el gobierno postergó el pago al FMI por el vencimiento de u$s 840 millones que operaba a fines de julio. El trasfondo lógico es la escasez de las reservas. En pocas palabras, Caputo eligió desoir la recomendación explícita del Fondo de no usar reservas para intervenir en el mercado cambiario, y luego de usar los dólares que el BCRA no tiene para controlar el precio del dólar, le pisó el pago al propio FMI.


El contrapeso positivo, tiene rostro de largo plazo. La confirmación del emplazamiento de la planta de GNL en Punta Colorada, no solo implica el final de la enconada disputa entre Buenos Aires y Río Negro por el destino final de la mega inversión. Significa un horizonte de ingreso de capitales por unos u$s 30.000 millones, que se materializará en al menos ocho años. Un plazo que frente a la convulsionada coyuntura argentina luce infinito, pero que a la vez sienta las bases para comenzar a discutir el cambio estructural en la matriz productiva, capitalizando definitivamente el potencial exportador de Vaca Muerta.


La segunda noticia en este sentido, tiene que ver de forma directa con la aprobación del RIGI, el cuál ni siquiera se encuentra reglamentado, pero ya genera suficientes expectativas tanto a nivel interno como entre los potenciales inversores externos.

El presidente tiene claro “como debieran ser las cosas”, pero a la vez debe obligarse a comprender “como funcionan” en el plano realista de la gestión.

En efecto, la minera australiana BHP, una de las más grandes del mundo, anunció esta semana el desembarco en la provincia de San Juan para desarrollar lo que podría ser el proyecto exportador de cobre más grande del mundo, con una inversión cercana a los u$s 10.000 millones. La multinacional BHP compraría a la canadiense Lundin dos yacimientos de la provincia cuyana, uno llamado Filo del Sol implica una inversión de u$s 3.500 millones, y otro llamado Josemaría, significaría otros u$s 5.100 millones.


Teniendo en cuenta que Chile basa toda su macroeconomía en la exportación de cobre, aún las proyecciones más conservadoras señalan que si Argentina logra desarrollar el emplazamiento de cobre de este lado de la Cordillera de los Andes, el salto positivo en el ingreso de divisas durante los próximos 10 años podría significar el final de la restricción externa que comprime estructuralmente la economía nacional desde hace décadas.


La dicotomía intertemporal y la distancia con Mauricio Macri


Javier Milei tiene frente a sí un desafío enorme, uno que ya supo devorarse a muchos de sus predecesores. La decisión que el presidente enfrenta es elegir entre el corto plazo y el largo plazo.
El mandatario ha dejado claro una y otra vez sus convicciones respecto al rumbo, y al destino final al que aspira llegar. A la vez, la emergencia que impone el presente es tan cruda, que la tentación de tomar atajos de corto plazo es mayúscula y difícil de evitar por demasiado tiempo.

Dicotomía. La del presidente Milei en relación al rumbo elegido y la urgencia de la coyuntura.


En definitiva, el presidente debe lidiar con el trade off entre la dimensión normativa y la dimensión positiva. Sabe “como debieran ser las cosas”, pero a la vez debe obligarse a comprender “como funcionan” en el plano híper realista de la gestión.


Los datos de esta semana son una evidencia empírica al respecto. En la visión de Milei, la llegada de inversiones privadas como las de Petronas o BHP, son la piedra basal de una economía de mercado que tiene al sector privado como motor fundamental. Sin embargo, mientras celebra el inicio de ese derrotero de “libertad”, debe resolver el corset de la escasez crónica de divisas, las dificultades para afrontar los vencimientos en dólares, mantener a raya el dólar, y oxigenar la economía real en medio de la más grande recesión en dos décadas.


Allí precisamente apuntó Mauricio Macri en su reaparición pública de esta semana. “El presidente tiene ideas y tiene coraje, pero sigue teniendo pendiente la conformación de un equipo”, sentenció el ex presidente. “Entre quienes convocó para acompañarlo, hay personas muy valiosas. Eso es una condición necesaria pero no suficiente. La organización es clave en el ejercicio del poder, no puede haber zonas grises”, agregó.


En pocas palabras, Macri buscó pegar donde duele. El ex presidente acuerda casi en su totalidad con el rumbo a largo plazo elegido por Milei, pero los resultados inmediatos siguen siendo magros. Y lo que Macri reclama, es que le den pista.

En la superficie del discurso, se aprecia un reclamo respecto al lugar que Macri esperaba tener y el libertario jamás le concedió. Por debajo de la línea de flotación, Macri lanzó su ataque más furibundo: el malestar es puntualmente con Karina Milei y Santiago Caputo. “Doy fe de la buena voluntad que tiene el presidente. Pero lo que pudimos ayudar, fue a pesar de su entorno”, arrojó en el escenario de relanzamiento del PRO realizado en La Boca.


El acto tuvo lugar tras el encuentro a solas que Milei y Macri tuvieron esta semana por más de cuatro horas en la quinta de Olivos. Durante el mano a mano, el presidente habría ofrecido una fusión entre La Libertad Avanza y el PRO, con vistas a la necesidad de territorialidad provincial de los libertarios en 2025. El ex presidente en tanto, habría solicitado a cambio que avance la causa por el Correo, y que se de marcha atrás con el pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema. No hubo acuerdo.


Al día siguiente, Macri decidió arremeter en público, y termino ubicado en un lugar poco agradable. El reclamo que incluyó el discurso, se parece bastante a un pedido explícito de cargos en la estructura de gobierno. En el tramo más encendido de su discurso, el ex presidente apeló a una de sus frases célebres “No se inunda más, carajo”, gritó.


No hay mejor descripción de la distancia que separa hoy la foto ajada y vetusta de Macri secundado por dirigentes como María Eugenia Vidal, Guillermo Montenegro o Hernán Lombardi, y la inserción que ostenta Milei entre los jóvenes con figuras como Santiago Caputo o la propia Karina Milei. El grito de guerra “no se inunda más” es símbolo de obra pública. El meta mensaje de Macri es necesitamos “más y mejor Estado”, mientras que la idea fuerza de Milei sigue siendo “el Estado es una asociación ilícita, y vengo a destruirlo desde adentro”.


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