La contracara de la pobreza: la distribución del ingreso empeoró en la primera mitad de 2024
La mitad de la población argentina percibe ingresos que equivalen a un tercio de la línea de la pobreza, y el salario promedio apenas alcanza a cubrir la línea de la indigencia. Además, la distancia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de 14 veces.
Casi como en un espejo, los datos oficiales que revelan el profundo deterioro de la distribución del ingreso en el primer semestre del año, son un reflejo casi perfecto de las cifras estremecedoras de pobreza publicadas la semana pasada. La distancia entre los que más tienen y los más postergados es de 14 veces según las cifras oficiales.
Mientras todas la luces apuntaban ayer a la marcha universitaria, el Indec dio a conocer el informe sobre la «Evolución de la distribución del ingreso (EPH)» correspondiente al segundo trimestre del año 2024. Las cifras oficiales muestran un sensible retroceso distributivo en la primera mitad de 2024 y explican en gran medida los datos de pobreza e indigencia del mismo periodo.
El primer indicio al respecto surge de un dato muy concreto pero al mismo tiempo descriptivo: la mitad de los argentinos percibe ingresos iguales o menores a $370.501. Tal es el valor de la «mediana» de ingresos publicada por Indec. Es decir el valor exacto de los ingresos que separa la población exactamente a la mitad (la mitad recibe una suma igual o menor y la otra mitad una suma igual o mayor).
La Canasta Básica Total (CBT) que determina el límite de la pobreza, se ubica hoy en $939.887 según Indec. La interpretación es cruda. El dato implica que la mitad de la población percibe ingresos que a lo sumo alcanzan a cubrir el 0,39% de la línea de pobreza. Teniendo en cuenta que la pobreza alcanza al 52,9% de los argentinos, la famélica remuneración de esa misma mitad de la población es una explicación en sí misma.
Alarmante: La mitad de la población recibe ingresos que equivalen a un tercio de la línea de pobreza, y el ingreso promedio apenas alcanza a cubrir la línea de la indigencia.
Al mismo tiempo, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que señala el límite de la indigencia, se ubica hoy en $443.298. La estadística oficial publicada ayer indica que el salario promedio al cierre del primer semestre es de $458.474 (esto es, la masa total de ingresos dividido por la cantidad total de habitantes que perciben ingresos). La conclusión es que el ingreso medio en Argentina alcanza apenas para escapar a la indigencia.
El panorama es verdaderamente crítico si se tiene en cuenta que la economía se encuentra en medio de una fuerte recesión, y que difícilmente el escenario permita una recuperación del empleo en lo inmediato. Pero sobre todas las cosas, porque ese mismo escenario garantiza que ante la parálisis económica y las dificultades para crear empleo, difícilmente los ingresos medios muestren una recuperación significativa que permita revertir la ecuación distributiva.
El informe de Indec es además un reflejo de la desigualdad. La estadística oficial muestra que el 10% de los hogares más ricos del país recibe el 24,5% de los ingresos totales, mientras que el 10% más pobre recibe el 3%. Si se ilustra con una torta dividida en 10 porciones para repartir entre 10 comensales, el comensal más rico de Argentina se come dos porciones y media, y el comensal más pobre solo recibe un tercio de porción.
Hace exactamente un año, la porción correspondiente al 10% más rico de los hogares llegaba al 21,7% mientras que la correspondiente al 10% más pobre era del 3,5%. La comparación arroja una certeza: durante el último año los ricos se hicieron un poco más ricos, y los pobres un poco más pobres.
La otra medida que sirve para cuantificar la evolución en la distribución del ingreso, es el Coeficiente de Gini, un indicador que se ubica entre 0 (cero) y 1 (uno), siendo el cero equivalente a la distribución más igualitaria posible y el uno la distribución más desigual posible. Es decir que mientras más cercano a cero, mejor es la distribución del ingreso.
El registro para la primera mitad de 2024 es de 0,436. Si se compara con el registro de 0,467 en el primer trimestre del año cuando se produjo el mayor impacto del ajuste, se trata de una mejora. Sin embargo al comparar con la situación de hace exactamente un año cuando el Gini era de 0,417, se aprecia un deterioro ostensible en la distribución durante el primer semestre de 2024.
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