En qué consiste el Impuesto a la Renta Inesperada que se presenta hoy: tres puntos clave
El Presidente encabezará el acto desde las 17 Hs. en un gesto que se presume más político que económico. El nuevo gravamen busca captar las ganancias que se relacionan con la suba de precios internacionales a raíz de la guerra en Ucrania, y alcanzaría apenas al 3% de las empresas.
Agitado. Así fue el fin de semana que atravesó el gobierno tras el encuentro cara a cara entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner por primera vez en 90 días, y la salida precipitada del Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. En ese marco, la semana política inicia con la presentación oficial del proyecto de ley que impulsa el Impuesto a la Renta Inesperada.
El gravamen difícilmente tenga los apoyos necesarios para transitar con éxito el derrotero legislativo, pero cuenta con el aval del Fondo Monetario Internacional, y está en línea con la mirada que prima en el kirchnerismo respecto a la gestión de la crisis económica.
El Presidente Alberto Fernández será el encargado de hacer el anuncio oficial en un acto que está previsto para las 17 Hs. de hoy en el salón Museo del Bicentenario de Casa Rosada. Haber elegido la jornada de hoy para el anuncio presupone un gesto que tiene que ver más con la política que con la economía. El gobierno busca retomar la iniciativa, volver a marcar agenda, y al mismo tiempo hacer un giño hacia la feroz interna que vive el oficialismo. El mandatario estará acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien había adelantado la iniciativa el pasado 18 de abril
Tres son los detalles que se conocen hasta el momento respecto al nuevo impuesto.
El primero es que alcanzaría a aquellas empresas que en el último año hayan registrado ganancias netas imponibles mayores a los $1.000 millones. Durante su participación en la Jornada Pulso organizada por Diario Río Negro, Martín Guzmán fue consultado por este ítem y por una posible «doble imposición» con el Impuesto a las Ganancias. El Ministro de Economía aclaró que lo que se pretende es gravar aquellas ganancias que no responden a un incremento de la inversión productiva, sino al efecto del shock internacional de precios que provocó la invasión rusa y la guerra en Ucrania.
El segundo es que el universo de empresas que quedaría alcanzado por el Impuesto a la Renta Inesperada, es de apenas el 3,2%. Las pequeñas y medianas empresas quedarán muy lejos del radar del tributo y el foco está puesto en las mega empresas, en especial aquellas cuya actividad está relacionada directa o indirectamente al rubro alimentos, donde el salto en los precios internacionales es ostensible a raíz del conflicto bélico.
Se busca gravar aquellas ganancias que no responden a un incremento de la inversión productiva, sino al efecto del shock internacional de precios que provocó la guerra en Ucrania.
El tercero es que según anunció el Ministro Guzmán a mediados de abril, el fundamento del nuevo impuesto es financiar el bono extraordinario de $18.000 que el gobierno otorgó a trabajadores informales y jubilados. Tras el anuncio de hoy se conocerá si el gobierno mantiene esa finalidad como el principal objetivo del nuevo impuesto.
Repercusiones de apoyo desde afuera y rechazo por dentro
En cuanto a las repercusiones de la medida, la misma cuenta con el visto bueno del Fondo Monetario Internacional. El organismo había sugerido en abril que «los países deberían subir temporalmente los impuestos a las empresas que registran beneficios excesivos”.
Las empresas naturalmente consideran que la medida es abusiva, que la presión impositiva ya es demasiado alta, que la medida es confiscatoria, y que se incurre en una doble imposición al volver a gravar la renta, siendo que ya existen impuestos que tienen por objeto las ganancias en Argentina. Ese será el discurso con el que se encontrará esta tarde Martín Guzmán al participar del encuentro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Allí también se verá cara a cara con Paolo Rocca, el empresario señalado por Cristina Kirchner en el acto del pasado viernes.
Dos son los principales interrogantes de los empresarios. Por un lado cuál será el periodo tomado a consideración para calcular la «renta inesperada». Por el otro, cómo se estructuraría un tributo que desde lo operativo debe necesariamente ser retroactivo. Las empresas deberían pagar sobre ganancias que obtuvieron antes de saber que deberían pagar el impuesto.
Respecto a la interna descarnada que atraviesa el oficialismo, en el kirchnerismo ven con buenos ojos el nuevo impuesto. Con otros objetivos y en otro contexto, el Impuesto a la Renta Inesperada recae prácticamente sobre los mismos contribuyentes que en 2021 fueron alcanzados por el Aporte Solidario de las Grandes Fortunas. Paradójicamente, una parte del mencionado aporte es el que servirá para financiar el Gasoducto Nestor Kirchner que quedó envuelto en la polémica el fin de semana, cuando el ex Ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas pretendió señalar en off a la conducción kirchnerista de la Secretaria de Energía por la licitación con Techint.
Dato
- 3,2%
- Serían la porción de empresas que quedaría alcanzada por el nuevo Impuesto a la Renta Inesperada.
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