El boom del sector gastronómico es asimétrico en Neuquén y Río Negro

El deterioro real del peso argentino afecta de muchas maneras y por diversos canales a los restaurantes y bares de Río Negro y Neuquén. Su realidad se debate entre la macroeconomía nacional y las especificidades locales. Consultamos a referentes del sector gastronómico regional y presentamos datos oficiales sobre la evolución de los precios.

El pasado lunes 19 de junio, The New York Times publicó un artículo titulado “Argentina, entre la inflación y el auge de restaurantes”. El reconocido medio de comunicación se hizo eco de la paradójica convivencia de la pérdida de poder adquisitivo de la sociedad argentina y la elevada afluencia de clientes en locales gastronómicos.

Debido a que tal nota refiere principalmente a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en este artículo nos abocaremos a analizar la actualidad del sector en algunos centros urbanos que forman parte de la Patagonia argentina.

Para abordar el alza de precios, usaremos la subdivisión “restaurantes y comidas fuera del hogar” (que llamaremos restaurantes, de aquí en adelante) del índice de precios al consumidor (IPC) que publica mensualmente el Instituto Mensual de Estadísticas y Censos (INDEC). Para el tratamiento de la situación de la demanda por gastronomía en la región contamos con la perspectiva de referentes del sector en distintos centros urbanos de Río Negro y Neuquén.

De la provincia de Río Negro, entrevistamos a Gerardo Stocker, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica Bariloche (AEHGB), a Adrián Mucarsel, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de los Valles de Río Negro (AEHGVRN), y a Julio Pondal, presidente de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos Zona Atlántica de Río Negro (AHGZARN). De la provincia de Neuquén, consultamos a Gabriel Alonso y a Alejandro Marchant, miembros de la comisión directiva de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica del Neuquén (AEHGN) y de la Asociación Hotelera Gastronómica de San Martín de los Andes (AHGSMA), respectivamente. Todas las asociaciones mencionadas son filiales de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA).

La demanda en Neuquén y Río Negro


El artículo de The New York Times plantea que el sector gastronómico argentino está atravesando un gran momento, y lo atribuye a la alta inflación y a la devaluación del peso. “Los argentinos están ansiosos por deshacerse de la moneda lo antes posible, y eso significa que las clases media y alta salen a comer más a menudo”, hipotetizó, y agregó que “la fiebre de salir es un síntoma de la disminución de la clase media que, al no poder permitirse grandes compras o viajes, opta por vivir el aquí y el ahora”.

Con el fin de conocer específicamente el desempeño de la actividad en las provincias de Neuquén y Río Negro y sus determinantes, consultamos a los presentados referentes de las asociaciones empresarias gastronómicas locales acerca de este fenómeno.

Es un buen momento. Referentes hacen un balance positivo de la actualidad del sector gastronómico barilochense.

Stocker considera que en Bariloche la gastronomía “está en un buen momento en cuanto a demanda” debido principalmente a la afluencia de visitantes foráneos. “Bariloche recibe muchos turistas extranjeros, a quienes les resulta muy económico por la diferencia de precio”, apuntó. Sin embargo, ponderó también el turismo nacional y cree que la ciudad cordillerana está bien posicionada como capital gastronómica, al tener “mucha oferta, muchos precios y de mucho nivel.

En San Martín de los Andes la situación es similar. Al respecto, Marchant señaló que “los fines de semana para el chileno es programa venir a comer” pero que la alta demanda en el sector es también atribuible al Previaje y a “la necesidad de salir” de la población tras la pandemia.

En cuanto a demanda, la gastronomía de Bariloche está en un buen momento.

Gerardo Stocker, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica Bariloche (AEHGB).

La evaluación de la actualidad del sector de los valles del río Negro es también positiva. “El momento es bueno” resumió Mucarsel, y lo asoció asimismo a la mayor afluencia de turismo proveniente de Chile y a “las ganas de la gente por socializar después de tanto encierro y malos momentos”. Sin embargo, agrega un elemento más: Vaca Muerta. El dinamismo del sector petrolero provoca en los valles del río Negro “mucha ocupación hotelera y, en consecuencia, gastronómica”.

Alonso hace un diagnóstico más conservador de la situación del sector gastronómico en la ciudad de Neuquén. “Se mantiene el nivel de actividad pero está al límite, no podemos decir que la cosa esté bien”, sintetizó, y circunscribió el auge a “un sector específico de la gastronomía, que son las cervecerías y similares”.

Se mantiene el nivel de actividad pero está al límite, no podemos decir que la cosa esté bien.

Gabriel Alonso, miembro de la comisión directiva de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica del Neuquén (AEHGN).

El mantenimiento del nivel de actividad tiene lugar debido a que “Neuquén tiene varias actividades, como la construcción y el petróleo, que contratan a muchas personas, que son quienes pueden mantener un nivel de consumo como teníamos hace unos años de manera más extendida en la población”, señaló Alonso. Sin embargo, su cauto balance responde a dos motivos principales.

En primer lugar, la pérdida de poder adquisitivo en determinados sectores de la población neuquina. “Hay familias que tienen muchos problemas para llegar a fin de mes porque sus salarios no se actualizan, y lamentablemente se ven excluidas de la posibilidad de tener esas salidas en el mes”, indicó Alonso.

Las últimas dos temporadas de verano fueron poco redituables porque bajó mucho el consumo y la rentabilidad.

Julio Pondal, presidente de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos Zona Atlántica de Río Negro (AHGZARN).

En segundo lugar, lo que para los centros turísticos es beneficioso puede no serlo para las ciudades que no lo son. En particular, Alonso plantea que los fines de semana largos en la capital neuquina suelen ser un problema. “Al no llegar la misma cantidad de turistas que salen, obviamente queda menos gente en la ciudad y repercute en nuestra actividad”, señaló. “Nos afecta la falta de eventos que atraigan gente de la región”, agregó.

Finalmente, la actividad económica de las localidades turísticas de la costa atlántica ríonegrina tiene un componente estacional más pronunciado. El balance que Julio Pondal hace del sector gastronómico de esa región no da cuenta del boom evidenciado en otros lugares del país. Al respecto, señaló que “las últimas dos temporadas de verano fueron poco redituables porque bajó mucho el consumo y la rentabilidad”. Y en cuanto a la temporada baja, indicó que el pasado fin de semana largo fue “muy flojo” y que el Previaje 4 generó mucho menos movimiento y reservas que las ediciones pasadas.

Alza de precios en la Patagonia


En lo que va del 2023, los precios en los restaurantes en Argentina han aumentado más rápidamente que el nivel general. Lo mismo sucedió a lo largo del 2022, en que los precios de las gastronomía acumularon incrementos superiores al 100% en todas las regiones consideradas en el IPC.

Dato

7,4%
Fue el aumento mensual de los precios de restaurantes en la ciudad de Neuquén en el mes de mayo de 2023.

Así, desde el año pasado comer afuera se está está haciendo relativamente más caro. Esto se verifica en todas las regiones del país, pero más aun en la Patagonia. Para ilustrar el panorama de las provincias del sur del país en este sentido, aportamos dos datos:
– Entre enero de 2022 y mayo de 2023, la Patagonia fue la región con la mayor suba promedio de precios en restaurantes: +222%. Le siguen Cuyo y el Noroeste argentino.
Desde el año pasado, la Patagonia es la región argentina donde salir a comer más se está encareciendo en términos relativos. Por cada $100 de incremento de los demás precios de la economía, los de los restaurantes aumentaron en promedio $131. En este ránking, nuestra región está nuevamente escoltada por Cuyo y el Noroeste.

Si comparamos ahora la evolución de los precios de los restaurantes con el de los alimentos y bebidas (rubro fundamental en su estructura de costos), en lo que va del 2023 se observa una reversión de la tendencia exhibida el año pasado: los segundos están aumentando a un ritmo mayor que los primeros en la Patagonia. Entre los referentes consultados hay bastante coincidencia al señalar que esta situación afecta la rentabilidad del sector, pues al no poder trasladar la totalidad de los aumentos a las cartas deben absorber parte del incremento del costo. Al respecto, Alejandro Marchant advirtió que “si los comercios gastronómicos actualizaran los precios al ritmo inflacionario, a la gente local se le complicaría salir”.

En la misma dirección apuntó Gabriel Alonso, al señalar que “los salarios no se actualizan en concordancia con la inflación, y eso hace que no puedas trasladar todos los aumentos a los precios, lo cual en muchos casos pone en riesgo la viabilidad de la empresa”. En los primeros 5 meses del año, el precio de los alimentos aumentaron 3,4 puntos por encima del de los restaurantes en la ciudad de Neuquén, según la Dirección Provincial de Estadística y Censos de la Provincia del Neuquén.

Si los comercios gastronómicos actualizaran los precios al ritmo inflacionario, a la gente local se le complicaría salir.

Alejandro Marchant, miembros de la comisión directiva de la Asociación Hotelera Gastronómica de San Martín de los Andes (AHGSMA).

Gerardo Stocker también señala tal desfase de precios, pero lo atribuye a la propia dinámica inflacionaria. “Los aumentos son de acuerdo con la inflación y a veces uno se queda atrás producto de que esta evolución es día a día”, indicó. Por su parte, Alonso planteó que “los aumentos generalizados del nivel de precios hacen muy compleja la actividad empresaria, porque se pierden valores de referencia”.

Los actores consultados manifestaron su preocupación por el efecto de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios en el nivel de actividad del sector. Adrián Mucarsel fue asertivo al considerar que “el gran enemigo que tiene la gastronomía hoy es justamente la evolución de los precios”.

El gran enemigo que tiene la gastronomía hoy es justamente la evolución de los precios.

Adrián Mucarsel, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de los Valles de Río Negro (AEHGVRN).

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