El dólar blue despierta mientras Milei se concentra en España y su show musical para el Luna Park

Pan y circo era el lema de los emperadores romanos en época de crisis política y social. Nada más funcional que un conflicto con el presidente de España para ocupar la centralidad de la agenda mientras la inflación ya se devoró la devaluación de diciembre. El blue llegó a $1.230 y quedó al borde del récord histórico.

Suele suceder de vez en cuando y tras una temporada, a veces más larga, a veces más corta. Y cuando sucede, todas las luces de alarma se encienden, los ánimos se inquietan, y la incertidumbre acecha: se despertó el dólar blue. Mientras tanto, el presidente está enfocado en una disputa irrisoria con el gobierno español, se arroga el liderazgo mundial y anuncia un show que lo tendrá como cantante en el Luna Park.

Tarde o temprano la mira se iba a posar sobre la estrategia cambiaria que el presidente Javier Milei y el ministro de economía Luis Caputo idearon desde el inicio de la gestión: devaluación inicial de shock, liberación total y absoluta desregulación de precios, y ancla nominal cambiaria para contener el salto inflacionario inicial.

Esto es: desde que asumió en diciembre, el gobierno estableció devaluaciones mensuales programadas y controladas del 2% para el tipo de cambio oficial, frente a datos mensuales inflación muy superiores, que registraron 25,5% en diciembre, del 20,6% en enero, 13,2% en febrero, 11% en marzo y 8,8% en abril.

Si se estima que la inflación mensual continuará bajando en mayo y se ubicará en torno al 7%, el acumulado de inflación entre diciembre 2023 y mayo 2024 es de 121%. En el mismo lapso, la devaluación del dólar oficial fue de solo el 10,3%.

A ello hay que sumar la decisión de acompañar la progresiva caída mensual de la inflación con una agresiva reducción de las tasas de interés en pesos, lo que a la corta o a la larga se traduce en un fuerte incentivo a «sacarse los pesos de encima». Y en Argentina todos tienen bien claro cuál es el lugar al que corre el dinero cuando hay que escapar de los pesos.

No hace falta ser especialista en economía. Alcanza con vivir en Argentina por un periodo de tiempo considerable para entender el significado del «atraso» de un precio frente a la dinámica inflacionaria. Cuando un precio en particular avanza a una velocidad diferente a la que lo hace el promedio de los bienes y servicios de la economía, se produce un rezago progresivo y acumulativo.


La furia de Milei por las críticas al atraso cambiario


El atraso del tipo de cambio ya es tema corriente entre economistas y especialistas desde hace meses, y en las últimas semanas comenzó a ser tendencia. Eso fue lo que despertó la furia del presidente, que no tolera las críticas, aún cuando provienen desde filas cercanas, que en otro momento incluso pudieron ser consideradas «filas amigas».

Previo a su polémico viaje personal a España, el mandatario aprovechó su exposición en el encuentro organizado por Cicyp la semana pasada en el lujoso Hotel Alvear, para denostar y tratar de ignorantes y deshonestos intelectuales a todo aquel que se diga economista y ose señalar lo evidente: el dólar está atrasado. Vale decir, muy atrasado.

Pero más allá del libreto teórico del cual le gusta hacer gala al presidente, la gestión se juega en el terreno de la realidad. Y el tablero de variables revela que la inflación acumulada desde que Milei es presidente ya se devoró por completo el efecto real de la devaluación inicial del dólar oficial.

Cuando Milei asumió el 10 de diciembre de 2023, el tipo de cambio oficial cotizaba en $462. En ese momento la brecha con el tipo de cambio paralelo, que cotizaba en $1.000, era del 116%. La decisión inicial fue aplicar una devaluación del 121% que llevó el tipo de cambio oficial a $823,50 y achicó la brecha al 20%.

Tras el puntapié inicial, la inflación acumulada desde que Milei es presidente hasta el mes de abril (último dato oficial conocido) llega al 107%. Si se estima que la inflación mensual continuará bajando en mayo y se ubicará en torno al 7%, el acumulado de inflación entre diciembre 2023 y mayo 2024 es de 121%. En el mismo lapso, la devaluación del dólar oficial fue de solo el 10,3%.

La cuestión es bien compleja de resolver. No hay alguna alternativa que no genere daños colaterales. El presidente y su ministro entiende que no es momento de romper la dinámica de precios minoristas a la baja, y que una devaluación del tipo de cambio oficial, sería hacer volar por los aires todo lo ganado en los últimos cinco meses en materia inflacionaria.

Tarde o temprano el precio ajusta. Si no es en el canal formal, sucede en el informal. Milei solía tener bastante claro el punto en época de campaña, cuando quien «administraba y dosificaba» el atraso era Sergio Massa.

Sin embargo y mal que le pese al presidente, el atraso cambiario es cada vez más evidente. Es insostenible un crowling peg del 2% mensual con datos de inflación mensual que siendo optimistas seguirán siendo tres o cuatro veces mayores. Tarde o temprano el precio ajusta. Si no es en el canal formal, sucede en el informal. Milei solía tener bastante claro el punto en época de campaña, cuando quien «administraba y dosificaba» el atraso era Sergio Massa.


La «cosecha gruesa» no aportó los dólares para salir del cepo


El punto es que estamos justo en medio de la época de «cosecha gruesa», la cuál supone el mayor ingreso estacional de divisas del año. En el escenario que Milei pensaba como ideal, la intención era reunir reservas con la liquidación del grueso de las exportaciones y contar con los u$s 15.000 millones que Caputo decía poder conseguir en el exterior, como antesala a una posible salida del cepo. Hasta el momento no sucede ni una cosa ni la otra.

Los exportadores evalúan que no es conveniente ingresar las divisas con un dólar «barato». Y los números así lo reflejan: la liquidación de exportaciones sojeras en el mes de abril fue un 22% menor a la de abril de 2023. Vale recordar que el año 2023 estuvo signado por la mayor sequía registrada en seis décadas. A la «sensación» de dólar atrasado, hay que sumar factores climáticos y de precio internacional, que tienen «planchada» la liquidación de los exportadores.

Lo cierto es que el combo de precios avanzando un 121% en cinco meses, dólar oficial anclado, y tasas en pesos a la baja, termina confluyendo en el escenario más que obvio: el gigante dormido del dólar blue, comenzó a despertarse, y lo hizo con elocuencia esta semana. Visto en términos del brecha, la foto es inocultable. La brecha entre el oficial y el blue era del 16% hace exactamente 30 días. En la jornada de hoy es de casi el doble: 35%.

Mientras todo esto sucede, el presidente parece ocupado de temas que a cualquiera le resultarían mucho más banales. Por el contrario, para Milei y el conjunto del gobierno, ocupan hoy la centralidad de la agenda pública. El presidente realizó un viaje con fines puramente personales a España, en el no solo hizo uso de los fondos públicos que teóricamente «no hay», sino que se dedicó a provocar un conflicto bilateral innecesario e improductivo.

Pan y circo, era el lema de los emperadores romanos en épocas de enormes crisis sociales y políticas. En Argentina, el presidente Milei ni siquiera ofrece pan. Nada más funcional que un conflicto con el presidente de España para ocupar la centralidad de la agenda con algo bien diferente a los verdaderos problemas que siguen acechando a la economía.

Una batalla ideológica pírrica, más propia de los canales de chimentos que de un programa de Estado, que al regreso tuvo como corolario una sucesión de entrevistas televisivas con periodistas afines. Y que será coronada en el día de mañana con un acto político partidario y personal en el Luna Park, donde Milei presentará su último libro, y brindará un show como cantante.

En una de esas entrevistas, Milei catalogó como «liliputienses» a quienes le critican el uso del avión presidencial para el viaje personal que realizó a España, y se arrogó ser el «segundo líder mundial». No aclaró quien es el primero.

Pan y circo, era el lema de los emperadores romanos en épocas de enormes crisis sociales y políticas. En Argentina, el presidente Milei ni siquiera ofrece pan. Nada más funcional que un conflicto con el presidente de España para ocupar la centralidad de la agenda con algo bien diferente a los verdaderos problemas que siguen acechando a la economía y al país.

Hay dos interrogantes que emergen al cierre de una agitada jornada cambiaria en la city. El primero es si el salto que acaba de dar el blue es simplemente un reacomodo de corto plazo o si comienza a trazarse un sendero de brecha cambiaria en alza. El segundo es cuanto tiempo podrá sostener la cortina de humo del conflicto bilateral y el show musical el presidente Milei, antes que la economía termine imponiéndole una nueva devaluación del oficial.


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