Dólar: por qué se esperan dos semanas calientes hasta las elecciones 2023

Tras el segundo debate presidencial, la carrera electoral ingresa en su tramo final y con él, la tendencia a dolarizar carteras se acentúa. En el medio, un dato fundamental: la inflación de septiembre.

Se llevó a cabo este domingo el segundo y último debate presidencial previo a las elecciones generales del próximo 22 de octubre. Así, la carrera electoral ingresa en su tramo final, signado por la alta inflación y en el que se espera una muy fuerte presión sobre las cotizaciones del dólar.

Son dos semanas cortas pero muy intensas las que nos separan de la primera vuelta de los comicios presidenciales. Se espera que confluyan varios factores para acentuar el nerviosismo y la presión compradora en las plazas cambiarias de Argentina.

Dolarización de carteras


Es casi una costumbre argentina comprar dólares en la previa de los comicios presidenciales. Todavía está fresco el recuerdo del 2019, cuando en la semana anterior a la elección que consagró a Alberto Fernández como presidente el tipo de cambio oficial saltó un 7%, como se aprecia en el gráfico siguiente. Era un escenario con menor incertidumbre que el actual, pues el resultado se descontaba.

La contienda electoral del 22 de octubre tiene dos particularidades. La primera es el escenario de tercios resultante de las primarias, lo cual acentuó la incertidumbre. La segunda es que el candidato más votado fue Javier Milei, un outsider con propuestas económicas disruptivas y consideradas impracticables por muchos analistas. La más resonante de ellas es la dolarización de la economía.

Así, desde que la cuenta regresiva hacia las elecciones presidenciales ingresó al último mes, se verifica un notable desarme de posiciones en pesos con el fin de dolarizarlas. La simultánea ocurrencia de una fuerte caída en el stock de plazos fijos y de la disparada de las cotizaciones de los dólares paralelos lejos está de ser una casualidad.

Por tal motivo, y considerando el incremento en la cantidad de pesos disponibles a raíz de las medidas electoralistas de Sergio Massa, es esperable que en las dos semanas que nos separan de la primera vuelta electoral esos fenómenos se acentúen, con la consiguiente suba del dólar blue y del dólar MEP.

Inflación y dólar


El próximo jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicará el índice de inflación del mes de septiembre, que será muy alto. No se descarta que vuelva a ubicarse en los dos dígitos mensuales. El aumento de precios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en ese período podría ser un duro presagio de lo que acontecerá a nivel nacional.

Esta aceleración inflacionaria es consecuencia del salto devaluatorio del tipo de cambio oficial implementada tras las PASO del 13 de agosto, y acordada entre Sergio Massa y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue tal el traspaso a precios que hoy el dólar oficial está, en términos reales, más atrasado que antes de la devaluación, pues junto a ella se determinó dejarlo fijo hasta este mes y ya no actualizarlo diariamente. Asimismo, la brecha cambiaria está en niveles superiores al 120%.

Nosotros no vamos a devaluar porque gane Milei.

Gabriel Rubinstein, secretario de Política Económica.

Por tal motivo, hay fuertes expectativas devaluatorias. Los analistas y operadores del mercado especulan que, tras las elecciones, el dólar oficial sea nuevamente corregido al alza. No es casual que este fin de semana, el secretario de Política Económica y mano derecha de Sergio Massa, Gabriel Rubinstein, haya declarado que no prevén devaluar aunque Milei gane las elecciones. Se busca aplacar los ánimos del mercado.

Los posibles contrapesos


El Gobierno busca calmar la fiebre del mercado cambiario con antifebriles: ya no hay tiempo para intentar solucionar de raíz los problemas, sobre todo en un contexto donde las ambiciones electorales prevalecen por sobre el bienestar de la gente.

La prórroga del dólar soja y la creación del dólar Vaca Muerta y del dólar PyME son las medidas con que el Gobierno busca, por un lado, engrosar las reservas del Banco Central e incrementar su poder de fuego en los mercados cambiarios, y por el otro aumentar las ventas del dólar «contado con liqui» para descomprimir su tendencia al alza. Resta ver si las expectativas devaluatorias no terminan desincentivando la liquidación de los exportadores bajo estos regímenes diferenciales.

El Gobierno busca calmar la fiebre del mercado cambiario con antifebriles.

Asimismo, se espera que continúen las intervenciones oficiales en el mercado de bonos para intentar mantener a raya el precio del dólar MEP. Por último, la proximidad de un fin de semana XXL puede incrementar la venta de dólares en la plaza informal y atenuar parcialmente la presión alcista.


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