Creció la exportación de peras y manzanas del Alto Valle
Los envíos de frutas desde Río Negro y Neuquén acumulan, hasta julio, el mayor nivel en años. Una buena campaña fue clave para mejorar las ventas al exterior.
Más exportación de frutas del Alto Valle (archivo Alejando Carnevale).
Aunque lejos de su épocas de máximo esplendor, la fruticultura del Alto Valle ha mejorado su performance en lo que va del 2024. Una muestra de ello es el incremento de exportaciones de peras y manzanas provenientes de Río Negro y Neuquén.
Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), entre enero y julio del 2024 los envíos de peras desde el Alto Valle al exterior crecieron un 4,9% interanual. En total, fueron 264.100 toneladas exportadas, y se trata del mayor nivel para ese período desde el año 2020.
Más de la mitad de las peras comercializadas en lo que va del año en las provincias de Río Negro y Neuquén se ha exportado, y de ese total más de un tercio tuvo como destino Brasil. Rusia y Estados Unidos fueron los mercados que siguieron en orden de importancias.
La exportación de manzanas acumuló en los primeros siete meses del año un total de 46.500 toneladas. Esto representa un aumento del 3,4% respecto de igual período del 2023, y es el mayor nivel desde 2021.
Por tratarse la manzana de una fruta muy consumida en el mercado interno, la proporción de la misma que se destina a exportación es menor que en el caso de las peras. Los principales destinos foráneos de las manzanas producidas en el Alto Valle este año han sido países vecinos (Brasil, Paraguay y Bolivia, por orden de importancia).
Buena campaña
Detrás de los mayores envíos de frutas al mercado interno y al exterior, hay una buena campaña. La temporada frutícola 2023-2024 se desarrolló sin inconvenientes de consideración, lo que redundó en una mejora en la cosecha, tanto en términos de volumen como de calidad, y en una reducción en los descartes.
La temporada no ha sido significativamente afectada por granizo ni por heladas tardías ni tempranas, acaso dos de las inclemencias climáticas más temidas por los productores de la región.
De cara a la campaña venidera, los actores del sector prestan especial atención no solo a la meteorología, sino también a la macroeconomía nacional. En ese sentido, la preocupación se centra en el atraso cambiario y la recesión económica, elementos que determinarán el desempeño frutícola en el mercado externo e interno, respectivamente.
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