Con la Ley Ómnibus archivada, cuál es el Plan B de Caputo y por qué febrero es un mes clave
La decisión del Gobierno de retirar la Ley Ómnibus del Congreso abrió interrogantes sobre el herramental del Ministerio de Economía para arribar al anunciado déficit cero. Empleados estatales, planes sociales, subsidios y provincias serían algunas de las variables de ajuste.
El presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo han sostenido reiteradamente que el déficit cero es «innegociable». Tras el retiro, del paquete fiscal primero, y del proyecto de la Ley Ómnibus, se abren interrogantes acerca de cómo el Gobierno arribará a ese ambicioso objetivo de política económica.
El pasado 12 de diciembre, el Ministerio de Economía de la Nación había publicado en su cuenta en la red social X (ex-Twitter) un punteado acerca de cómo se preveía alcanzar el superávit fiscal durante el año 2024. «Los siguientes números reflejan el ajuste inevitable que enfrentaremos a fin de lograr ese objetivo«, decía el texto que acompañaba la imagen de a continuación.
Resulta llamativo que de los cuatro ítems incluidos en la categoría de «ingresos», solo se pudo avanzar con uno: el aumento de la alícuota del impuesto PAIS a las importaciones hasta un 17,5%. Ni la suba de derechos de exportaciones, ni la reversión de la reforma del impuesto a las ganancias, ni la moratoria impositivo ni el blanqueo de capitales se han concretado. Y la conflictiva relación del Poder Ejecutivo con un sector mayoritario el Poder Legislativo siembra muchas dudas acerca de la viabilidad de su implementación.
Al Gobierno le queda una carta para engrosar los ingresos, y avisó que la usará. Como había anticipado Diario RÍO NEGRO, el 1 de febrero venció el congelamiento de los impuestos al combustible, que acumulan un atraso cercano del 400% y que llevan 22 meses sin actualizarse.
La actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), que se aplica a las naftas, y del Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) que grava al gasoil le permitiría a Caputo recaudar desde marzo el equivalente a medio punto del Producto Bruto Interno (PBI) y compensaría, por ejemplo, el no aumento del porcentaje de retenciones a las exportaciones. La duda es si el descongelamiento será gradual como se había informado, o si ahora se optará por un shock.
En el mismo sentido, La Política Online reveló que el Gobierno planea aplicar el impuesto PAIS a los llamados Bopreal, los bonos que emitió para absorber pesos de los importadores con deudas comerciales con el exterior.
Más recortes
Arribar al superávit en la ecuación presupuestaria pública implica que, si no se pueden aumentar los ingresos tanto como se planeó, el recorte del gasto público deberá ser más agresivo, hablando siempre en términos reales.
Tras la guerra declarada a los gobernadores, el Ejecutivo nacional terminaría por bloquear las transferencias no automáticas a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que ya en enero se habían desplomado un 64,2% en términos reales, según Telam. Al tratarse de envíos de fondos por fuera de la coparticipación, no se requiere de la aprobación del Congreso para llevar adelante el recorte.
Tras la guerra declarada a los gobernadores, el Ejecutivo nacional terminaría por bloquear las transferencias no automáticas a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La reducción de los subsidios económicos, incluidos en la hoja de ruta original, se hará ahora a un ritmo más acelerado. Una primera muestra de ello es lo acontecido este jueves, con la decisión de quitar los subsidios al transporte en el interior del país, lo cual también se enmarca en el conflicto que mantiene con los mandatarios provinciales. Asimismo, es esperable una reducción de subsidios a la energía más brusca que lo inicialmente planeado, e incluso su eliminación para determinados sectores.
La Política Online informó que, además, se prevé la desindexación de los planes sociales, que hasta el momento ajustan en base a la actualización del salario mínimo, vital y móvil, lo que los llevaría a una feroz licuación. Además se contempla la supresión de todos los ítems no remunerativos que conforman el sueldo de los trabajadores estatales.
Febrero, mes clave
Caputo informó esta semana que el resultado primario del sector público nacional fue superavitario en enero, lo que le permitió arribar al buscado equilibrio financiero. Esto implica que no hubo déficit pese al pago de intereses de la deuda pública.
Sin embargo, estacionalmente enero es un mes de baja presión fiscal, ya que concentra pocos gastos. El gráfico siguiente, de la consultora Suramericana Visión, muestra que entre 2013 y 2023, el resultado fiscal primario del sector público nacional ha sido superavitario en promedio.
Por tanto, el saldo fiscal del mes de febrero será más representativo de la trayectoria y del plan del Gobierno nacional a lo largo del 2024. Se trata entonces de un dato muy esperado por analistas, operadores del mercado e inversores.
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